Sociedad
La hora de la venganza de los legisladores
** Creo que todo empezó a desmadrarse el día que empezamos a ponerles chalecos a los gatos. Hay pensadores vernáculos que no coinciden con esta observación y centran sus elucubraciones en el día en que aquel hombre renegó de la corbata negándose a usarla. Quisieron los arbitrarios caminos de la vida de aquel hombre que no usaba corbata, a su madura edad fuera presidente de la Nación. Desde entonces, unos consideraron un mandato no usarla, otros se esforzaron en parecérsele y otros consideraron una descortesía contradecir el gusto de un presidente, aunque abandonar la corbata pesara en sus conciencias como una traición a su mundo y a su tiempo. Yo mismo renuncié a esa mínima prenda que tan útil me había sido para ocultar mi mediocridad, además de los pliegues sobrantes de mi cuello.