La familia de Enrique Fabiani reclama que Bullrich les negó una audiencia

Enrique Fabiani lleva casi un mes desaparecido en un campo de Mojones Sud Segunda, en el distrito Villaguay. Desde entonces, su familia lleva adelante una búsqueda desesperada para dar con datos y pruebas que permitan avanzar en la investigación, y conocer qué ocurrió con el hombre de 74 años que había venido a cazar y pasar unos días en nuestra zona.

Además de constituirse como querellantes particulares en la causa que se tramita en los tribunales de la ciudad de Villaguay, cuya investigación penal preparatoria está a cargo de los fiscales Mauro Quirolo y María Catalina Mir, mantuvieron una reunión semanas atrás con el ministro provincial Néstor Roncaglia, y han tenido contacto con autoridades de distintas fuerzas que participaron del operativo. Incluso han aportado a la causa numerosas pruebas y testimonios, como es el caso de los videos de tres cámaras de seguridad que registraron los movimientos de los efectivos de Abigeato en la zona del último domicilio en donde se vio a Fabiani con vida. Sin embargo, después de muchísimas gestiones, viajes, diálogos e instancias, siguen sin al menos un rastro que les permita saber qué pasó con su padre.

Movidas por la incertidumbre y la falta de respuestas, Melisa y María Inés Fabiani se acercaron ayer hasta la cárcel de Coronda, en la provincia de Santa Fe, en donde la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich tenía prevista una visita para conocer el estado de las obras que se realizan en dicho edificio. Lamentablemente, tampoco pudieron encontrar en ella una respuesta.

La audiencia que no fue

“Es vergonzoso”. Así habría calificado un periodista el desplante que la ministra les hizo a las hijas de Fabiani, según contó Melina, una de ellas, en exclusiva para diario El Pueblo de Villaguay. “Nos enteramos que venía a la Penitenciaría de Coronda, y nosotras estamos a 40 kilómetros, así que nos vinimos con el presidente de comuna de Santa Clara de Buena Vista, que se ofreció a traernos”, explicó.

Las hermanas Fabiani se acercaron a la reja de la Penitenciaría para hablar con la seguridad del lugar, a quien le solicitaron que les consigan una audiencia con Bullrich. Se alejaron de la reja esperando respuesta, y se agruparon junto a los periodistas que esperaban a la ministra: “Había pocos medios, cinco o seis, en total unas 20 personas”. Junto a ellos, había una mujer vestida de traje. Cuando supieron que pertenecía a la seguridad de Nación, le pidieron por favor que les consiguiera una entrevista breve, y luego de algunos llamados telefónicos, les dijeron que las atendería luego de la rueda de prensa.

Una hora después, Bullrich se asomó a la reja y dialogó con el periodismo, mientras ellas permanecieron alejadas. “Yo quería acercarme gritando lo que nos está pasando, pero mi papá me enseñó a ser respetuosa, y a confiar en la palabra, y eso hicimos, confiamos en lo que nos habían dicho: que nos iba a recibir”, se lamentó Melina. “Cuando terminó de hablar con los medios, de inmediato se subió a la camioneta, y de ahí al helicóptero. Se fue”, explicó con cierto fastidio. En ese momento, los medios presentes las entrevistaron y les dieron espacio para que manifiesten su preocupación por la falta de avances en la causa y lo que ellas identifican como serias contradicciones en el operativo de búsqueda.

“Si ella no nos escuchó, quién lo va a hacer”

La desesperación toma por completo la voz de Melina. El pedido que pensaban hacerle a la ministra Bullrich es la intervención de la Policía Federal en la causa. “Si ella no nos escucha, quién lo va a hacer”, planteó a la cronista de El Pueblo.

La familia entiende que hay una contradicción en el hecho de que la policía entrerriana participe de la investigación cuando hay una división de las fuerzas provinciales que tuvo intervención en las horas previas a la desaparición de Fabiani. Además, exponen sus dudas respecto a que “hasta el día 22 de la búsqueda, los rastrillajes se hicieron por separado: por un lado los bomberos, por otro lado la policía”. Según contó Melina, recién desde la semana pasada, y a partir de un planteo que ella le hizo al fiscal de la causa, “los operativos se empezaron a hacer en conjunto”.

La difusión del caso

Otra de las cuestiones que por estos días preocupa a la familia de Enrique es que el caso vaya cayendo lentamente en el olvido. “Nadie está enterado de nada”, sostuvo Melina, y contó que preguntaron en comisarías, buscaron en terminales y otros espacios públicos, y el cartel oficial con su búsqueda “no figura en ningún lado”.

En cuanto a los medios de comunicación, la difusión del caso, que tuvo una gran repercusión en los primeros días, fue perdiendo fuerza con el transcurso de las semanas. Hoy por hoy, las novedades en la causa son reproducidas por el periodismo local, mientras que los de alcance nacional dejaron de contar sobre su misteriosa desaparición y la posterior investigación.