La colorida historia de las empresas más longevas de Argentina
(Luis Jacobi – Paralelo 32).- Hay más de 80 compañías con más de 100 años en nuestro país, no todas están en manos de descendientes de los fundadores. En Crespo sigue activa una con 125 años, presidida por un nieto del fundador. Por cierto, todas han tenido que reinventarse con el paso del tiempo por la evolución tecnológica, la competencia, los cambios en hábitos de consumo y en la moda. Por ejemplo Giesso no pudo seguir fabricando accesorios para la moda como sombreros y moños, por lo que se convirtió en sastrería y luego en creadora de modas. Aún así, algunas conservaron algunos de sus productos originales.
«En el mundo la tasa de permanencia de las empresas es muy baja. De una generación a otra, apenas sobrevive entre el 5 y el 10 por ciento. En la Argentina no hay estadísticas, pero entendemos que debe estar dentro de esos números o, incluso, por debajo», dijo alguna vez a El Cronista Norberto Rodríguez, socio de PwC Argentina, empresa de consultoría y auditoría.
Desde luego, la más antigua aún vigente es el Banco Provincia, fundado como Banco de Buenos Aires en 1822, pero si nos referimos a compañías privadas y en particular a empresas familiares debemos comenzar por Delfino Global, que provee servicios y soluciones logísticas para el comercio exterior; Magnasco Hermanos, empresa láctea especializada en la elaboración de quesos; y la mencionada sastrería Giesso. Todas ellas llevan varias generaciones al frente, según datos que pueden hallarse en registros periodísticos que han repasado esta historia, que llamativamente no incluyen a Sagemüller SA, empresa fundada en 1896 por el inmigrante alemán Otto Sagemüller en la (hoy) ciudad de Crespo, Entre Ríos.
Casi todas fueron iniciadas por emprendedores que lograron un buen desarrollo y fueron continuadas por descendientes. Es el caso de Bernardo Delfino, genovés con antecedentes familiares en el comercio marítimo, que a sus 17 años fundó en Buenos Aires Delfino en 1838, reconocida como la empresa privada argentina más antigua que todavía está en actividad con 183 años de recorrido.
Otra histórica. Fundada en 1855, es Magnasco Hnos, que a 166 años de entonces aún se dedica a la elaboración y comercialización de productos derivados de la leche y a la explotación agrícola ganadera.
Una de las más antiguas es Bagley fundada en 1864 por el norteamericano Melville Sewell Bagley, un visionario de los negocios, quien lanzó al mercado la Hesperidina, un bitter de naranja amarga que compitió mano a mano con la ginebra y la grapa, las dos bebidas alcohólicas más populares de esa época, pero pasó a ser controlada por un joint venture entre Arcor y la francesa Danone.
Con el éxito de Hesperidina y cansado de tantas falsificaciones, Melville Bagley impulsó la creación del Registro Único de Marcas y Patentes en 1876, y así, Hesperidina es la primera marca registrada en el país, y es la bebida alcohólica más antigua aún en producción.
La época de oro
Entre 1880 y 1914 fue el período industrial y agroexportador. La Argentina multiplicó en esos años casi 7 veces su PBI (de U$S 3.928 millones a U$S 27.563 millones), lo que atrajo inmigrantes -la población pasó de 1,8 millones a 8,3 millones- e inversiones de todo el mundo.
Solo a título comparativo, mencionemos que 106 años después (2020) nuestro país apenas logró duplicar aquella cifra de ventas al exterior, aun habiendo diversificado mucho los destinos. Con una cifra de 54.884 millones de dólares Argentina ocupa hoy el puesto número 44 en el ranking de países según el importe de sus exportaciones.
Pero mucho antes, en 1865 se estableció como industria Benito Noel y Cía.. Carlos, el padre de Benito, ya fabricaba chocolates desde 1847. Luego, Adolfo J. Bullrich, intendente de Buenos Aires durante el gobierno del Gral. Roca, fundó la firma que lleva su apellido desde 1867. Procedentes del Friuli (Italia), en 1878 se radicó en Colonia Caroya (Córdoba) la familia Panontini, dedicándose a la elaboración de chacinados y su fábrica es reconocida como una de las más viejas empresas nacionales que además aún opera de forma familiar.
Luego vino Alpargatas, empresa fundada en 1883; Bunge y Born (1884); Quilmes en 1888 y el 31 de mayo de 1890 se lanzó al público (Desde 2006 es parte de la empresa Anheuser-Busch InBev); Sagemüller (Crespo, E. Ríos) en 1896; Piccardo (hoy BAT Argentina) en 1898; Frávega abrió en 1910 y en ese período desembarcaron varias multinacionales, como Ford en 1913, Shell y Michelin en 1914. En el caso de la empresa crespense que es parte de esa historia centenaria –no tenida en cuenta en los rankings de antigüedad disponibles para la consulta–, fue fundada hace 125 años por Otto Sagemüller después de arribar a nuestro país trayendo caballos de raza –a cuenta de terceros- consignados a la empresa Bullrich. Es presidida en la actualidad por su nieto Franz Sagemüller.