Jubilados: Se esfuma la joya intocable de la abuela
Lo que sucedió esta semana en materia económica podría configurar en el futuro un delito de lesa humanidad. Seguramente habrá leguleyos que podrán decir que esta es una afirmación temeraria, o quizás estúpida, porque en este país a falta de razones sobran descalificaciones, pero el caso es que los bonos en dólares con los que el Anses respaldaba (precariamente) las jubilaciones de los argentinos, fueron tomados por el Ministro Massa, con el acompañamiento del presidente Fernández, entregando a cambio papel pintado, poniendo en riesgo la alimentación y salud del segmento poblacional más vulnerable del país.
Eso significa que los ya jubilados lo pueden pasar peor de lo que están y los futuros jubilados correrán la coneja, mejor dicho el conejo que Massa sacó este jueves de la galera por segunda vez. La primera fue siendo jefe de Gabinete de Cristina, tras renunciar a la jefatura del Anses y dejar a ese organismo a cargo de Amado Boudou. Entre ambos propusieron a la presidente de la Nación aquella jugada de expropiar, bajo el eufemismo de “nacionalizar”, los fondos de las AFJP. Fueron 98.000 millones de pesos (29.000 millones de dólares en octubre de 2008) que le dieron oxígeno al gobierno para tirar manteca al techo, y Boudou fue premiado con el ministerio de Economía.
Ahora está siendo vaciado el Fondo de Garantía Sustentable del Anses, que años atrás alcanzaba para pagar 20 meses de jubilaciones y hoy; cuando también pesa sobre ese organismo la jubilación de cada vez más argentinos y extranjeros nacionalizados sin aportes; ese fondo alcanza para pagar solo 4 meses.
El déficit de esa Caja, así como el constante abuso para financiar hasta la compra subsidiada de electrodomésticos, fue esmerilando esos fondos destinados a garantizar el sustento de personas mayores. Desde el jueves ya no serán dólares sino pesos fáciles de reponer cuando hagan falta más, siempre y cuando la maquinita aguante. Se trata, a todas luces, de remar de cualquier forma hasta diciembre y que el problema le queme las manos al próximo gobierno, para el cual las piedras ya están preparadas.
En diciembre los jubilados ya habían perdido un 27,2% de su salario del año 2022. A fin del presente mes de marzo se les aumenta un 17,2%, cerrando un trimestre en el que se estima una inflación superior al 20%, más alto aún en alimentos y otros insumos básicos. Esto significa que la pérdida de ingresos podría ampliarse a una brecha de -30%. No les hacía falta saber además, a los jubilados y a los aportantes previsionales (jubilados del futuro), que Economía está echando mano a las últimas –y por ello deberían ser intocables- joyas de la abuela.