“Jamás vi que el arroyo estuviera seco”, contó el productor al que se le murieron 17 vacas por la sequía

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Entre Ríos (Por Paola Robles Duarte/La Nación).- La semana pasada la Bolsa de Cereales de Entre Ríos advirtió sobre la crítica situación que se atraviesa y como la continuidad de la sequía y la falta de lluvias continúan generando enormes pérdidas económicas. En ese marco el productor ganadero, Carlos Antonio Borré, quien vive a unos 40 kilómetros al norte de la ciudad de Nogoyá en un campo lindero con el arroyo Don Cristóbal; se refirió a cómo la sequía produjo una catástrofe en la zona.

“Jamás vi que el arroyo estuviera seco de esta manera, pese a que históricamente ha sido un curso de agua muy caudaloso y con vertientes, ahora tiene importantes tramos en donde se lo puede cruzar caminando. Los animales desesperados caen en busca de verde, porque en los campos prácticamente solo hay tierra porque el calor y la seca han quemado todo el pasto, las vacas se introducen en lugares donde se ha formado pantano y mueren asfixiadas en cuestión de minutos. Una cosa es contarlo y otra muy distinta verlo”, dijo.

“Este último tiempo encontré 17 vacas y un toro de mi propiedad muertos y algunos novillos de los vecinos también hundidos hasta el lomo, pero sobre todo vi vacas con cría, que son las más afectadas por esta situación. Hemos tenido que colocar kilómetros de alambre eléctrico para que los animales no entren al cauce del arroyo, se empantanen y mueran. La sequía viene golpeando desde hace tres años dejando desierta toda la superficie, sin nada de pasto. Las garúas que cayeron en la primavera, algunas de 8 o 10 milímetros, no significaron alivio alguno para la tierra, agobiada por la intensidad del sol, el gran calor y los fuertes vientos”, señaló Borré al diario La Nación.



Consultado sobre la declaración de emergencia agropecuaria decretada en la provincia de Entre Ríos hace una semana, Borré opinó: “La declaración de emergencia agropecuaria del año previo a la medida difundida durante la última semana fue un verdadero engorro administrativo. El gobierno demoró unos tres meses en dictarla, las entidades pedíamos audiencia y nunca nos recibían, después hubo una demora de otros tres meses para hacer una enormidad de papeles y luego demoraron unos cuatro meses más para adjudicar algún crédito: todo eso se acumuló en una demora de casi un año para que le llegara algo de dinero a un puñado de productores, porque no todos accedieron”.

“Si esta sequía continúa durante otros 45 días, quedamos sin agua la gran mayoría de los productores de la zona porque se están secando todos los cursos hídricos, podrán seguir los que tengan algún pozo sumisurgente. Tenemos pozos que ya se han secado, porque cuando se prenden los equipos de riego con grandes bombas, la situación empeora para otros productores que sufren la sequía de sus pozos por la bajante de las napas”, agregó Borré.

Luego insistió: “Lo de la emergencia agropecuaria no sirve, porque nos corre los impuestos inmobiliarios para el año que viene, que se nos juntan con nuevos vencimientos de uno de los impuestos inmobiliarios más caros del país y se nos amontonan con las deudas que venimos arrastrando, sin producción. Corren el problema para adelante, no aportan soluciones, y se nos agrava el tema”.

El productor dijo que no ha calculado todavía cuales serán sus pérdidas: “Esto no ha terminado”.

“No voy a tener producción anual de terneros por falta de preñez, sumado a la pérdida de vacas que ya vengo arrastrando, la situación es acuciante”, se lamentó Borré.

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