Hoy más que nunca, resiliencia
Victoria.- El extrañamiento al que nos enfrentamos sobre el cierre de un nuevo ciclo, calendario, o como quiera llamársele, nos lleva a repensar lo vivido. La emoción está a flor de piel, hemos sufrido. La incertidumbre ha caminado pasos incontables acompañándonos por senderos oscuros y desalentadores. Y no se puede borrar en una Nochebuena, o el cambio de cero a uno, para empezar la nueva década; sería cínico afirmarlo.
Este proceso llevará tiempo, hay que aceptar, soltar, entender, cambiar, comenzar, dejar, pero aquí siempre hay otras palabras que durante más de un siglo formaron parte del discurso de cierre. No se alientan los abrazos ni los besos, tampoco sentarse cerca del otro para que el clima muestre interés, se impone la distancia.
Sin embargo, en medio de malas noticias que se acumulan hasta dejar de asombrarnos la muerte en números, quizás hayamos aprendido mucho más de lo que podemos reconocer a simple vista, pero no de un virus que parece sacado de una película de Hollywood, sino de lo que somos como seres humanos y nuestra irrefrenable voluntad de socializar.
Nos propusimos preguntarles a algunos de nuestros auspiciantes ¿Qué reflexión les cabe ante el ocaso de este 2020? Y la sorpresa en la contundencia de los conceptos nos llevó a reflejarlo lo más fiel posible en estas líneas:
Desde Café Martínez, Alejandra dijo: “Para este año que se va…distinto, difícil, de replanteos y enseñanzas. Volveremos a él cada vez que necesitemos dar un ejemplo de ‘Resiliencia’. Para el año que viene, el deseo es que sane las heridas en todos aquellos que perdieron seres queridos, parte de su salud o vieron afectado su bienestar en cualquiera de sus formas. En lo estrictamente empresario, el anhelo es recuperar el poder adquisitivo del dinero, que se revierta el progresivo achicamiento de la clase media que ha sido orgullo y característica distintiva de nuestra sociedad; que regrese el crédito para inversiones y se reduzcan las múltiples cargas impositivas que hoy desalientan a los emprendedores. Para nuestros clientes y amigos, el deseo de paz, salud, amor y prosperidad. ¡Vamos 2021!!!”
En tanto los amigos del Jockey Restaurant (parrilla – pizzería), enviaron un mensaje del grupo, donde si bien reafirmaron lo difícil que ha sido este período, “esta no es novedad para nadie, aun así, el Jockey a través de su gente ha hecho su mayor esfuerzo por mantenerse en pie. Es por eso que queremos finalizar el año agradeciendo especialmente a todo el personal, a nuestros clientes y amigos, a los proveedores, y a todos los que de una u otra manera nos han brindado su apoyo.
Nuestro mayor deseo es que sigamos trabajando juntos para sacar adelante nuestro querido país, desde el lugar que nos toque, sin egoísmos ni diferencias, unidos por un mismo objetivo
Feliz Navidad y un 2021 de reencuentros y de trabajo para todos”.
Diego y Muriel de Rotiseria Veo Veo también dijeron presente en este sentido: “Para el 2021 deseamos que la inclusión sea genuina, no que la inclusión de unos sea la exclusión de otros. Me gustaría sentir que le importamos como seres humanos a alguien más que a nuestros seres queridos; que el futuro sea a largo plazo y no a lo inmediato. En fin, cuidar y que nos cuiden en toda la extensión de la palabra”.
Para Gilda, de Aberturas Perfil “llegamos a esta fecha donde internamente movilizamos tantas emociones, y por ello es un año diferente, donde la vida nos enseñó a detenernos y animarnos a decir basta y trabajar sobre nosotros mismos. Hoy pido la unión desde la verdad, que en cada hogar reine la paz, que cada uno encuentre el amor profundo y despierte esa felicidad innata que llevamos dentro. Transformemos la quietud y angustia en luz y alegría; cambiemos la ansiedad e incertidumbre en un viaje hacia nosotros mismos.
Brindo por cada uno de los clientes que ya pasan a ser amigos y muchas veces el encontrarnos y recordar… ¡¿Viste aquella vez…!? Y la risa nos envuelve en recuerdos de tantos años.
A todos ustedes gracias y felices fiestas diferentes”.
En tanto que Julia Piano- representante oficial de Essen, añadió: “Me dejó un aprendizaje en que siempre podemos reinventarnos. Nos cambió la forma de vivir, de comunicarnos, de aprender a estar aislados de nuestros afectos, de tomar conciencia del cuidado propio y del prójimo. Con respecto a mi trabajo, a Dios gracias, continuó.
Antes para capacitar a mis emprendedores realizaba reuniones presenciales y viajaba a otras ciudades y provincias. Por la Pandemia nos reinventamos y nos acostumbramos a los talleres virtuales de capacitación y de cocina saludable”.
Julia amplio su mensaje poniendo acento en que a partir del aislamiento para evitar la propagación del Covid 19, “Muchas personas vieron la oportunidad de cocinar… Y lo bueno es que compartía con su familia… yo siempre pregoné la comida casera… ese olor a comida en el hogar es el mejor recuerdo que dejamos a la familia”.
Comenzamos este recorrido con una palabra, que no nació con la Pandemia, pero sí cobró relevancia conforme este panorama de avance de la enfermedad que se expandió y multiplicó en millones de pérdidas humanas, descalabros económicos, perplejidad de cuantos expertos analizaban su comportamiento, y que asestó sobre nuestros adultos mayores su mayor caudal de daño. Sin dudas nos hemos adaptado a situaciones adversas, hemos tenido esa capacidad llamada resiliencia, pero más que nada, entendimos el verdadero valor de las cosas que como dice el Nano, si se rompen “No tienen repuesto”. Gracias a todos por expresar su punto de vista, seguramente sea el de muchos otros que no podemos llegar a registrar; sabemos lo que costó, fuimos parte de ese desafío, y aquí estamos, intentándolo cada día.