El hielo como terreno de batalla
Entrenar en la Antártida
Confesiones de un ultramaratonista que en enero correrá en Estados Unidos la prueba más exigente del mundo con bajas temperaturas extremas (-40º). Será el único argentino. Si la cumple, habrá participado en las tres ultramaratones más exigentes en el término de un año calendario.
Ya habíamos relatado en esta columna que, como preparación para su competencia de enero, necesitaba hacer una práctica en sitios de altas temperaturas bajo cero. Sus antecedentes como ultramaratonista le abrieron las puertas del avión para un viaje al congelado suelo de la base Vicecomodoro Marambio.
El avión partió desde Río Gallegos, voló durante 4 horas de ida y no pudo aterrizar. Volvió al continente y volvió a intentarlo al día siguiente, pudiendo aterrizar. Dejó el motor en marcha durante las 7 horas de su estadía (no hay otra opción) y en ese lapso Juan hizo su entrenamiento. Aquí lo cuenta en primera persona.
Imaginate correr en un paisaje de hielo, donde cada paso, cada huella, cuenta una historia muy diferente a la de cualquier deportista, corredor en sus entrenamientos habituales.
La Antártida, es eso…
Aunque dura y desafiante, también te regala paisajes impresionantes y momentos deportivos únicos…
Como llegue ahí:
Fui Invitado por el Comando Conjunto Antártico, ya que estaban bajo conocimiento de que en muchas oportunidades he representado a la Argentina en competencias extremas en todo el mundo y siempre haciendo flamear nuestra bandera Argentina.
Fue una excelente ocasión, este privilegio, para poder testear la indumentaria Garmont, uno de mis patrocinadores, que usaré en mi próximo desafío, como muchos ya saben, en Arrowhead 135 en Enero.
Entrenar en la Antártida no es solo una hazaña deportiva; es una experiencia que desafía límites y conecta con la esencia misma de la naturaleza helada. En este escenario blanco, todo es diferente y el esfuerzo que hay que hacer para salir de la zona de confort, merece la pena.