Victoria.- En el SUM del INTA de nuestra ciudad se llevó a cabo un encuentro de profesionales en el que especialistas abordaron distintos aspectos sobre sistemas de producción, bajo el título “Cambio de Paradigma”.

Uno de los disertantes fue el Dr. Luis Wall, investigador del CONICET y profesor universitario,  quien abordó todo lo relacionado a la importancia de la microbiología del suelo y a vez planteó cómo modificar positivamente este aspecto a través del manejo, apuntando esencialmente a las rotaciones de cultivos. A modo de ejemplo explicó “es lo mismo que un ser humano, si se alimenta bien, hace ejercicios y tiene una vida sana, tiene menos posibilidades de enfermarse”. Agregó que lo mismos pasa con el suelo, cambiando el sistema de cultivo se logra un mejor suelo, la rotación permite mejorar la estructura física del mismo esencialmente por el efecto de los microorganismos. Es lo que en generaciones anteriores lo denominaban “engordar la tierra”. Los gérmenes patógenos –con estos cambios- pueden desaparecer disminuyendo la cantidad de  plagas, lo que finalmente, en forma indirecta, lleva a un menor uso de agroquímicos.

Las malas prácticas con uso intensivo de monocultivo han sido determinantes para el empobrecimiento de los suelos, pero consideró que no es un tema grave, porque si se retoman las rotaciones y se modifica el manejo, la capacidad del suelo se puede recuperar. Un piso con buen trabajo, con cultivo de cobertura, puede rescatar los microorganismos  y se mejora la capa rica en nutrientes. Para Wall –en diálogo con Paralelo 32– una combinación de cereales y leguminosas  puede ser el camino adecuado.

Cada cultivo selecciona una parte de la microbiología para desarrollarse y en la medida que se pierden microorganismo desaparecen elementos importantes para el crecimiento y productividad de las plantas.

También comentó que el uso de agroquímicos produce efectos negativos para el desarrollo de gérmenes, se pierde la diversidad de los mismos y eso hace que falten algunos elementos necesarios para el crecimiento del cultivo.

Por otra parte comentó que está promoviendo el uso de análisis microbiológico de los suelos, que se realizan en laboratorios especializados, aunque hay otros  estudios nuevos más complejos que se derivan a centros de alto nivel.

Cada una de las bacterias u hongos cumple una función, en consecuencia el suelo fértil debe tener una variedad importante de estos microorganismo. Además tiene que haber abundancia porque después de una sequía o inundación esa presencia permite recuperar el piso de siembra.

Si bien es algo nuevo, está trabajando con productores, con miembros  de AAPRESID y el INTA. “Se debe partir de la base que la microbiología del suelo es parte constitutiva del mismo, como todos los otros elementos, y tiene mucha importancia su cuidado”.

Agroquímicos

También disertó la Ing. Agr. Carolina Sasal, quien explicó que el tema que abordó estuvo relacionado al destino que tienen los fitosanitarios que se utilizan en el agro-sistema. Consideró que el ambiente es uno solo y cualquier actividad que modifique el mismo tiene influencias colaterales negativas.

Para la profesional, esto es un tema que se debe conocer porque las características de nuestra provincia son muy particulares, estamos rodeados de arroyos y ríos con una topografía que incluye ondulaciones.

El escurrimiento se lleva todo, agroquímicos, nutrientes y parte del suelo, pero el primero de los mencionados es el que genera mayores problemas.

“La toma de decisión de controlar una maleza o un insecto en un potrero, en muchos casos no tiene en cuenta el ambiente, el momento o la oportunidad para llevarlo a cabo”.

En diálogo con Paralelo 32, Sasal explicó que hay aspectos que se tienen que evaluar, entre ellos hacer rotaciones de cultivos, no darle continuidad al moncultivo de soja que deteriora la estructura del suelo, favorece la erosión y el escurrimiento.

También se debe mirar el pronóstico meteorológico, porque ante la inminencia de lluvias no se puede realizar una aplicación de agroquímico, porque no se le da el tiempo biológico para que se degrade en el suelo. El agua de la precipitación lo traslada en estado puro por escurrimiento. “Se deben hacer terrazas, proteger el suelo con cultivos de cobertura, acercarse lo más posible a lo que es la naturaleza”.

El nuevo concepto sería “intensificación respetando la ecología”. “Aprender de la naturaleza y utilizarlo en agronomía”.

Hace unos 7 años  hicieron un monitoreo desde el INTA Paraná donde desarrolla su actividad,  y en agua de arroyos encontrando restos de glifosato. Esto es coincidente  con el trabajo publicado por Paralelo 32 en febrero pasado, elaborado por el biólogo Damián Marino, del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (Cima), quien demostró valores detectables de glifosato en el trayecto final de río Paraná, evidenciando un determinado grado de contaminación.

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