Hablemos un poco de lealtad
Paraná.- Hablar de lealtad en términos políticos ya es un desafío. Con tantas coaliciones, frentes y demás, las disidencias suelen encontrar caminos comunes. Por eso ¿Dónde está el punto de inflexión para pensar en lealtad en el peronismo? ¿Tiene lugar todavía en este contexto político del siglo XXI; o es hoy más que nunca cuando ese concepto debe ganar protagonismo en quienes nos representan?
“La lealtad, es un concepto que en el ámbito político se lo relaciona directamente al movimiento del peronismo, que más allá de la definición tradicional, está más ligado a un sentimiento y no tanto a las personas que lideran los espacios”, comienza diciendo el Lic. en Comunicación Social Daniel Almada, integrante de Instituto de Formación Legislativa (Vicegobernación).
Amplía que “digo, esto porque todas las personas tenemos fecha de vencimiento y más allá de eso, el peronismo como partido continúa, quizás con otros matices, pero continúa”.
Añadió a Paralelo 32 que “Si consideramos el dinamismo de los espacios políticos, de la sociedad en general, mantener determinadas luchas y sostener liderazgos no es una tarea sencilla. Para mí, lealtad, es no darle la espalda a aquellas causas, compromisos y valores que uno considera importante y decide sostener en su vida; pero eso no significa que todos lo que integramos el peronismo pensemos igual y no se generen debates internos y propios de la política. Cada uno en su accionar de vida, tiene el poder de decidir que luchas y causas lleva adelante, particularmente hay algunas que no me identifico y no participo, pero eso no me hace menos peronista”.
En este sentido, Almada habla de “causas baluarte”, que están más allá de los años y de las personas que temporalmente integran los espacios, “los peronistas podemos debatir internamente, podemos tener diferencias entre nosotros, pero siempre el Peronismo garantiza derechos a los ciudadanos, no se los quita. Además, genera oportunidades, construye con los ciudadanos sentados en una mesa y no fuera de ella”.
El entrevistado insiste en destacar a ese otro, “que no es un simple número o un gasto”. Y menciona que este concepto de otredad se puede comprobar a diario, “porque cuando un vecino necesita un acompañamiento, lo más probable que golpee la puerta de un peronista, que el de alguien de otras fuerzas políticas. Es simple, en determinadas puertas se encuentra sensibilidad y respuestas; no en todas”.
No falta quien diga un poco en broma y un tanto en serio, “todos tenemos un poco de la causa peronista”, y aquí Almada lo trae a colación diciendo: “más allá de cualquier cuestión ideológica y partidaria, todos tenemos convicciones que nos mueven a las que somos leales. De cierta manera además, militamos por el bien común porque creemos que sosteniendo esas causas, podríamos tener una vida mejor. En realidad el ser humano necesita creer en algo o alguien. Por eso, a veces es poco incomprensible que algunos se ensañen tanto con el concepto de lealtad y su relación con el Peronismo, porque el problema no lo tiene con la lealtad, sino con el antiperonismo que les corre por las venas y ahí ya estamos hablando de otra cosa”.
— Lealtad significa no cuestionar nada de quienes nos gobiernan y están por sobre nosotros en un partido; o tiene que ver con las esencias y configuraciones de un partido y de otros tantos como el peronismo, que responden a una figura central y preponderante
— “Si hay un espacio político que siempre tiene debates, disputas, miradas distintas es el peronismo. También, a veces hay quienes no comprenden eso porque no forman parte, porque quizás no son tan pasionales en su acción política. Lo que hay que comprender es que el Peronismo al igual a otros espacios políticos, tiene sus estrategias, sus prácticas propias, que lo caracterizan. Por ejemplo, si analizamos Juntos por el Cambio. ¿Qué es? Un grupo de personas de diversos espacios políticos que los une un determinado objetivo. Que en esa búsqueda de alcanzar su objetivo, realizan actividades, realizan encuentros, comen pizzas, sándwich, sushi o lo que sea. Me pregunto: ¿Se puede cuestionar a este grupo de personas por desarrollar ese tipo de actividades? Seguramente coincidiremos en que no. Ahora digo: ¿Por qué se cuestiona al peronismo porque se juntan sus militantes y comen unos choripanes? Quizás como sociedad tenemos que hacer una mirada interna, porque nunca puede ser considerado intolerante cualquier acto que se realice con respeto y alegría”.
— Resulta curioso que incluso quienes ya no forman parte de sus filas se siguen preocupando por la lealtad, ¿no es un contrasentido?
— “Comparto lo que me dijo alguien una vez hace varios años y creo que tenía mucha razón: “Aprende a sentarte en la misma mesa con Judás sin que te robe la paz”. Por lo tanto, quien en algún momento decidió irse del peronismo no tiene autoridad para hablar de lealtades, es un simple traidor de convicciones oportunistas. De igual modo, hay que valorarle la cuota de coherencia que tuvo al retirarse porque este espacio político ya no lo representaba”.