Habemus o no habemus conspiración
Por Luis Jacobi (Periodista. Director periodístico de Paralelo 32)
Cada año se suman a la población mundial unas 81 millones de bebés. Este cálculo surge del woorldodometer, que marca unos 390.000 nacimientos diarios y 163.000 muertes, lo que indica un crecimiento de la población de 227.000 almas diarias, que multiplicadas por los días del año nos dan un crecimiento vegetativo de 81/82 millones de seres humanos que demandan alimentos, agua y energía.
Por causa del covid, en 285 días han fallecido 1.693.852 personas (20 de marzo hasta 29 de diciembre). Esto es 5.943 fallecidos “por día”, por esta patología, sobre 163.000. Matemáticamente los fallecidos por covid promedian 36 cada 1.000 muertos por las más variadas causas (3,6%). No estamos hablando de un porcentaje sobre la población, activa sino sobre fallecidos.
Es cierto lo que nos dijo un contagiado de Covid19 que lo pasó muy mal: este virus mata solo al uno por ciento de los que contraen la enfermedad, pero cuando vos sos ese 1% pasaste a ser el 100%. Esto es así, pero la pregunta que queremos hacernos es otra: ¿Es necesario vacunar a casi 8 mil millones de pobladores de la Tierra? ¿Por qué no solamente a las personas de riesgo, con patologías que pueden complicar su estado, o los que están muy expuestos por causa de su trabajo, como el personal sanitario?
Está claro que los fallecidos por covid19 en todos los casos han tenido complicaciones por enfermedades o trastornos preexistentes.
¿Por qué un plan para vacunar a todo el mundo? Según informó el doctor y periodista Nelson Castro (quien estudia las historias clínicas de todos los políticos en eminencia), el presidente de los argentinos, Alberto Fernández, padece trombofilia y toma diariamente una medicación para evitar la formación de coágulos en sangre. Ahora bien, cuando dijo que sería el primer argentino en vacunarse con la Sputnik V, ¿sabía que entre las contraindicaciones de esta vacuna se advierte que podría formar coágulos sanguíneos en las personas propensas a ese trastorno? Hipótesis 1: Su ministro de Salud no se lo informó; Hipótesis 2: Alberto lo sabe pero será vacunado en público con un placebo. Descartamos esto último porque sería ocultamiento de una información ultra sensible.
Lo que a esta altura tenemos en claro todos los sobrevivientes de la pandemia es que, si realmente existe un plan para ralear la población mundial –que a fines de 2022 estará redondeando las 8.000 millones de almas–, ese plan no ha salido del todo bien porque han fallecido por Covid19 en el mundo el 0,00022% de la gran masa poblacional. Hablamos en términos globales; en nuestro país es ampliamente mayor la proporción de casos fatales.
Hay que evitar que esto continúe, pero ¿vacunando a todos los sanos con algo que ha sido puesto en dudas por importantes científicos del mundo entero? Por cierto, a esos científicos solo se los llama “conspiranoicos” o “antivacunas” (aunque se oponen solo a las de covid, sin excepciones) pero no hay quien los desmienta, sencillamente porque no hay información suficiente sobre esa ‘cosa’ que nos inyectarán en las venas, según nos ha asegurado el genetista Luis Marcelo Martínez y lo hemos escuchado de otros colegas suyos.
Ese afán por vacunar a chicos y grandes sin excepciones, o de establecer graves penalidades para quienes se niegan a hacerlo en algunos países europeos, no hace más que alimentar la hipótesis de un perverso control poblacional, y aparte de la estigmatización a quienes lo denuncian, no hemos visto refutaciones convincentes. Por favor, que se constituyan foros con científicos que arbitren entre las partes y nos digan la verdad a los mortales que no queremos enfermarnos con este virus, tampoco caer en otra trampa peor mientras huimos de él.