Funcionario policial se declaró culpable de abuso a una menor
Victoria.- El jueves pasado, a partir de la figura de Juicio Abreviado, un funcionario público que se desempeña en la jefatura de Policía local se declaró culpable ante la Justicia de Gualeguay, reconociendo los delitos de abuso sexual con acceso carnal por los que se le acusaba. Se fijó una pena de 11 años de prisión, pero mientras se ultiman detalles del proceso condenatorio, esta persona sigue en libertad, hecho que para la familia de la víctima y allegados representa una afrenta más a la vulneración de los derechos, que han sufrido.
Fue por esta razón precisamente que se convocó a una marcha exigiendo justicia bajo la premisa: “Los violadores a la cárcel”. La concentración se convocó ese jueves por la noche, con epicentro en Plaza San Martín.
La leve llovizna no amedrentó a los presentes para trasladarse hasta el frente del edificio policial (lindante a la justicia) oportunidad en que los familiares de la víctima estuvieron acompañados por la Asamblea Poder Feminista. Allí también estuvo la abuela de la joven, quien habló ante los medios de comunicación exigiendo el encarcelamiento de esta persona que fuera el padrastro de su nieta, y dijo acosarla desde los 11 años con abuso verbal, psicológico, y más adelante, sexual.
Estas situaciones a las que fue expuesta la joven la han obligado a someterse a tratamiento psiquiátrico, “este hombre le destrozó la vida. Se lastima el cuerpo, y ha intentado quitarse la vida, la destruyó”, dijo la abuela.
Durante esa noche además, entre 30 y 50 personas —dependiendo el momento del inicio de la protesta hasta su finalización— repartieron volantes con leyendas como: “Los niños no mienten, los violadores sí”; “buscá ayuda no te quedes callada/o”.
Fuentes allegadas a la víctima mencionaron que el confeso agresor tiene hasta el 17 de diciembre para apelar la sentencia, caso contrario quedaría firme. Recién entonces se definiría si va preso o se espera hasta el mes de febrero próximo.
Hasta el miércoles último, y luego de más de dos años de proceso, el acusado seguía cumpliendo tareas pasivas en dependencias de la policía departamental. Quienes acompañan a la familia de la víctima insisten en que estas dilaciones ante la aceptación de la culpa aumentan el malestar en el entorno de esa joven, que espera pronta y efectiva justicia. Al parecer, todos los juicios abreviados tienen esa característica de permitir la libertad hasta finalizar la tramitación del papeleo, hecho que —de ser cierto— debería revisarse.