Curiosidades del destino
Evocación de un grande de la historia médica victoriense
Hace más de dos décadas fallecía el Dr. Marcos Waisesntein, referente de la salud local en los años que la ciudad fue azotada por la poliomielitis. El recuerdo de su hijo, Dr. Carlos Waisenstein.
«Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en tí el resorte misterioso de un ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones… custódiala… si la dejas apagar, no se reenciende jamás…»
Palabras aquellas escritas por José Ingenieros, médico, psiquiatra y filósofo del siglo pasado, que bien hacen espejo en el nombre y figura de la salud entrerriana, que hoy ocupan estas líneas, doctor Marcos Waisesntein; recordado médico afincado desde los albores de su profesión en Victoria, casado con Doña Fanny Doctorovich y padre de Gladys y Carlos, hijo este último, que siguiera sus pasos.
Curiosidades del destino, hicieron que Marcos asomara a la vida un 17 de octubre de 1911, en Villaguay, tierra ésta cuya significancia habla de «tierra de tigres»…
Asi nació en aquella primavera entrerriana, en el Hospital Noé Yarcho de Villa Domínguez, a pocos kilómetros de la mencionada localidad, en dicho establecimiento médico de avanzada de nuestra provincia, el cual porta la bandera de ser la primera institución que funcionara con la llegada de la mayor colonización judía, impulsada por el Barón Maurice de Hirsch, empresario y filántropo, que buscara rescatar familias de la Rusia de los Zares.