Evalúan anticuerpos contra virus de aftosa en cerdos
La Revista de Investigaciones Agropecuarias (RIA) es una publicación científica de carácter multidisciplinario editada por el INTA. En su última edición publica un informe que destaca los avances de esta investigación tecnológica que mejora la capacidad predictiva de la serología en vacunas, reemplazando a las pruebas costosas. Se trata del test “ELISA”, que se usa para medir la interacción de los anticuerpos específicos en los cerdos. Se trata de un conocimiento nacional que ya se aplica en el mundo y que permite caracterizar otros aspectos de la respuesta inmune.
De acuerdo con un reciente artículo científico publicado en la revista Plos One, “el objetivo fue desarrollar técnicas serológicas para evaluar diferentes aspectos de la respuesta de anticuerpos contra el virus de la fiebre aftosa en cerdos vacunados”, destacó Alejandra Capozzo, investigadora del CONICET en el Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT) del INTA Castelar y a cargo de la investigación. Con la novedad de que utilizaron partículas virales purificadas que pueden prepararse a partir de cualquier virus de campo.
En este trabajo recientemente publicado, que además de Capozzo contó con la participación de Florencia Mansilla, Cecilia Turco, María Cruz Miraglia y Mariano Pérez Filgueira, investigadores del INTA y el CONICET en el Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT); Fernando Bessone, de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Marcos Juárez del INTA -Córdoba-, y Juan Manuel Sala, de la EEA INTA Mercedes -Corrientes-, se demuestra que es posible contar con una nueva forma de hacer los tests de ELISA para reemplazar la seroneutralización, una técnica para la detección de anticuerpos frente a virus.
“La puesta a punto de la técnica de ELISA permite hoy evaluar la eficacia de vacunas nuevas como también realizar relevamientos de la eficacia”, detalló Florencia Mansilla y agregó: “Se trata de varias técnicas asociadas destinadas a medir distintos aspectos de la respuesta inmune como la maduración de la avidez, entendida como la fuerza de pegado que tienen los anticuerpos”.
Se trata de técnicas que han demostrado buenos resultados. “Son de sencilla aplicación y de utilidad para países con bajos recursos donde el virus es endémico”, señaló Capozzo.
El contexto actual del crecimiento de la industria porcina en todo el mundo requiere de técnicas serológicas simples y de alto rendimiento “aplicables a la vigilancia epidemiológica y a los estudios de eficacia de la vacuna para esta especie”, puntualizó Mansilla.
Se sabe que los cerdos son altamente susceptibles a la infección por el virus de la fiebre aftosa. Un animal infectado puede excretar hasta 3.000 veces más partículas virales por día que una oveja o una vaca. Afecta a especies biunguladas -de pezuña hendida– tanto domésticas como silvestres.
Evaluación serológica
En la actualidad se aplica la prueba de seroneutralización o neutralización vírica, considerada prueba de referencia para la valoración serológica . Asimismo, se trata de un ensayo “difícil de estandarizar, engorroso e inadecuado para ser utilizado a gran escala”, indican las investigadoras.
Además, implica la manipulación de virus vivos, lo que resulta en el riesgo de un brote. Un aspecto más que relevante para las regiones libres de virus de la fiebre aftosa, donde los virus vivos solo pueden manipularse bajo condiciones estrictas de bioseguridad. Por esta razón, desarrollaron los test ELISA ya que usan virus inactivados, son de alto rendimiento y fáciles de implementar en cualquier laboratorio.
En la investigación publicada “se buscó correlacionar las pruebas de neutralización con los ensayos serológicos de ELISA, siendo este tipo de test más sencillo de hacer y de estandarizar así como de armonizar entre laboratorios”, indicó Mansilla.
El problema no es el ensayo en sí mismo, “sino la partícula del virus”, argumentaron las investigadoras y detallaron que si esta pierde integridad, “lleva a medir anticuerpos que no están relacionados con la protección”.
Según Capozzo, como las vacunas suelen desarrollar estos anticuerpos ya que “muchas veces el virus se comienza a degradar, resulta normal encontrarse con anticuerpos que no son protectores”.
La solución a estimaciones erróneas
Tras realizar las evaluaciones el equipo de científicos concluyó que “cuando los laboratorios de referencia preparan antígenos para los test ELISA realizan un proceso de inactivación que puede llegar a romper por completo la integridad de la partícula provocando, al momento del ensayo serológico, la falta de correlación”.
Sus consecuencias se observan “en una estimación errónea de la eficacia de la vacuna, porque no se están midiendo anticuerpos que protegen”, afirmó Capozzo y agregó: “Frente a este problema, la solución fue desarrollar test ELISA indirectos que utilizan el virus purificado pegado a la placa”. De este modo, al colocarse allí un virus que no está desarmado genera una buena correlación entre el ELISA y la neutralización.
Además, por ser más sencillas “las técnicas de ELISA sirven para medir anticuerpos protectores sin necesidad de hacer la seroneutralización”, aclaró Mansilla.
Actualmente los test para vacunos desarrollados por el equipo del IVIT, que dieron lugar a pruebas para porcinos y búfalos, están siendo validados por expertos de la Organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Unión Europea.
Se trata de técnicas que ya fueron transferidas por el IVIT al Laboratorio Mundial de Referencia en Fiebre Aftosa para la OIE en Pirbright, Reino Unido, y a laboratorios de Sudáfrica y Australia.
Cabe destacar que el instituto del INTA forma parte de la Red Interinstitucional de Investigación y Desarrollo en Fiebre Aftosa (RIIDFA), generada luego de la crisis de 2001 a partir de la unión de laboratorios del organismo con otros del CONICET, SENASA y Biogénesis Bagó SA, empresa nacional de manufactura de vacunas anti-aftosa. El INTA forma parte además de la Red Global de Investigaciones en Fiebre Aftosa que nuclea más de 30 laboratorios de todo el mundo.