Entrevista a Martín Salvetti, el docente argentino compite por el “Nobel” de Educación
Crespo.- El docente de educación técnica Martín Salvetti, de Temperley (Partido de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires) ha logrado trascendencia internacional al estar nominado entre diez docentes de todo el mundo, para recibir el próximo 24 de marzo en Dubai el Premio Global Teacher Prize, que otorga la Fundación Varkey. En una amable entrevista concedida vía telefónica a Paralelo 32 describió el trabajo que lo catapultó a la fama internacional y que, si gana el premio, le permitirá volver de Dubai con un millón de dólares: el desarrollo de una FM estudiantil en la escuela donde trabaja, la Técnica Nº5 de Temperley.
Otro proyecto que desarrolló Salvetti en su escuela es la iniciativa llamada “Un carro por un caballo”. A través de esa propuesta, los estudiantes aprendieron a hacer motocarros con motos de baja cilindrada donadas por el municipio y carros diseñados por ellos mismos. El objetivo es reemplazar las carretas de tracción a sangre que utilizan muchas personas que viven del reciclado y recolección de basura, para evitar el maltrato de animales. El entrevistado resumió en una frase su lema fundamental y su filosofía de vida como docente: “La educación es el futuro y es responsabilidad de todos”.
La lista corta
– ¿Qué hizo para estar en la ‘lista corta’, los ‘top ten’, para el premio internacional?
— Una periodista que me hizo una entrevista por los proyectos educativos que tengo a cargo, me invitó a participar del premio. Apliqué a través de la página web de la Fundación Varkey, presenté mi curriculum, toda mi experiencia laboral, el desarrollo de los proyectos, los concursos que había ganado. A los 15 o 20 días, se comunicaron conmigo telefónicamente, me realizaron una entrevista vía Skipe. Después siguió otra instancia, vino el director académico de la Fundación a entrevistarse conmigo y con el director de la Escuela, Héctor de Luca. En diciembre me informaron que estaba seleccionado entre los 50 maestros del mundo. Después de reunirme con ellos y mostrar mi experiencia a un jurado más amplio, quedé seleccionado como uno de los diez maestros del mundo.
– ¿En las próximas semanas se va a definir el premio?
— El 17 de marzo viajo a Dubai, donde se realiza el Foro Mundial de Educación, organizado por la Fundación Varkey, y el último día del foro, el 24 de marzo, se va a anunciar el ganador.
– ¿Estarán los 10 esperando quién recibe este ‘Oscar’ de la Educación?
— Exactamente. Igual viajan al foro los 50 maestros seleccionados de todo el mundo. Y viajan otros maestros seleccionados en años anteriores.
El proyecto educativo
– ¿Cuál es el proyecto que resultó tan interesante a la Fundación Varkey, para ubicarlo en la ‘lista corta’ de finalistas?
— El proyecto que más me representa es el proyecto de radio FM que arranqué en el año 2001. El proyecto es una radio escolar dentro de nuestra institución; creada por chicos de la escuela y la programación que sale al aire es íntegramente realizada por los chicos.
Dentro de los estándares de evaluación de la Fundación, determinaron que el proyecto es innovador; que hay uso de tecnología; que tiene replicabilidad; que tiene durabilidad porque dura y va a seguir adelante, ya llevamos 18 años; que tiene relación con el medio social, con la comunidad; que incide en el aprendizaje de los chicos; que se somete a evaluaciones cuantitativas y cualitativas de organismos internos.
– ¿Los alumnos son los ‘dueños’ de la radio; desarrollan sus contenidos?
— Trabajan con el profesor Fernando Castellani y conmigo en el desarrollo de los programas.
– ¿Qué pasaba en 2001, plena crisis social y económica del país, para decidirse por hacer la radio?
— La radio arrancó en plena crisis. El director Héctor de Luca, junto al equipo directivo y un grupo de docentes, pensamos que debíamos realizar proyectos dentro de la escuela. Porque cualquier proyecto, al ser innovador, genera otras expectativas en el chico. Esto nos permitió que el chico venga a la escuela, porque la crisis no permitía que vengan. Con los chicos dentro de la escuela, nosotros podemos trabajar, y mientras podamos trabajar la educación es el futuro. Podemos pensar en cómo salir de la crisis pensando para el futuro.
– ¿Qué le estaba pasando a los chicos, que ustedes vieron que era necesario el proyecto radial?
— Los chicos no venían a la escuela, primero, porque no les alcanzaba la plata para el viaje. Segundo, por la situación en sus casas con muchas presiones, con padres sin trabajo, que no llegaban a comprar la comida. Los chicos venían a la escuela pero estaban pensando en otra cosa. A través de la radio valoramos el derecho a la comunicación que tienen los chicos. Vimos que ellos empezaban a contar sus vivencias, se desahogaban y sentían que tenían un lugar donde hablar.
– Funcionó como un lugar de contención.
— Sí, contención, pero no sólo por brindar contención, sino con un proceso de aprendizaje, que es lo más importante de todo. Porque la contención, solamente, nunca pensamos que era lo que correspondía. Hay que dar contención y también aprendizajes.
Influencias
– ¿Se notó en los egresados posteriores la influencia que tuvo el proyecto educativo de la radio?
— Sí, lo veo en muchos chicos con los que aún me encuentro. Siempre cuento una serie de experiencias que más significan para mí. Por ejemplo, Sebastián Aguirre, después de hacerle una entrevista al historiador Osvaldo Bayer, decidió cambiar de técnico electromecánico a profesor de Historia. Matías Católico, después de hacer un programa con chicos con capacidades diferentes y con chicos ciegos hoy está estudiando para maestro especial y psicopedagogo. Franco Peraschini después de realizar imitaciones en los programas de radio, hoy está en el Complejo La Plaza (complejo teatral y cultura de la Ciudad de Buenos Aires, N. de R.), y es técnico en automotores. Tenemos varios casos en los que el chico descubrió, al trabajar en la radio, otra pasión. Si la radio no estaba, quizás no la hubiese descubierto.
– En una entrevista, Ud. señaló que ‘las estudiantes de escuelas técnicas son los que más cerca están del arte’. En general, se cree lo contrario. Que el estudiante técnico tiene poco que ver con el arte o con las Humanidades.
— No, no. Humanidades y artes son fundamentales en el desarrollo, ayudan a crear. Pensar sólo en la formación en tecnología, es pensar sólo en un modelo de producción y replicabilidad. Y creo que nosotros, los docentes, debemos desarrollar el conocimiento en crear, en gestar una cabeza más abierta.
– Tener otros conocimientos culturales, siempre brinda más capacidades para el desarrollo profesional en la especialidad de cada uno.
— Tener los conocimientos técnicos específicos es muy importante, pero hoy, cuando se prepara un ciudadano al mundo, no podés pensarlo como hacías 30 años atrás. Hoy, necesitás un técnico que, primero, sepa expresar y contar lo que él hace. No es sólo un elemento de producción masiva un técnico. Puede crear y desarrollar un proyecto, es el ciudadano del mundo que nos proponemos a través de nuestra escuela.
– Quizás la base de nuestro sistema secundario debería ser la formación técnica, unida con Humanidades y artes. Muchos adultos no saben ni cambiar una lamparita, con lo cual se transforman en analfabetos tecnológicos.
— Sí (sonríe). Mi viejo no era egresado de escuela técnica y no sabía cambiar un enchufe. Mi mamá me decía ‘tenés que enseñarle a arreglar las cosas’. Siempre es bueno eso de tener más educación técnica. Pero deberíamos ver cómo ensamblar esos pequeños conocimientos que tiene la educación técnica, en todas las escuelas.
Docentes y padres
– ¿Qué opinión tiene sobre el rol que tienen y cuál deberían tener los docentes?
— Los docentes son magos, hacen magia, generan recursos, ponen una pasión increíble. Son 200 mil docentes argentinos comprometidos con la educación. Tendrían que tener mayor reconocimiento y mejores condiciones laborales. En algunos casos, el docente hace magia.
– Con pocos recursos, muchas veces, se trata de retener alumnos y motivarlos.
— Sí, pocos recursos. Pero con poco acompañamiento, ya hace magia.
– ¿Cómo ve a los padres?
— En mi escuela los veo más comprometidos en la educación de sus hijos que años anteriores.
– ¿Por qué cree que ocurre eso?
— Me genera esperanzas y evalúo que todos estamos entendiendo que la educación es el futuro y es algo de lo que tenemos que ocuparnos.
Crisis educativa, grieta y Estado
– ¿Cree que hemos tocado fondo en los problemas educativos de Argentina y ahora sólo nos queda ir trepando la cuesta y mejorar?
— Espero que sí, espero que no haya un piso más abajo. Espero que estemos apuntando hacia el futuro. Veo que hay muy buenas capacitaciones, que se apunta mucho mejor que en años pasados. En eso, la situación me genera esperanzas.
– ¿Qué rol juega el Estado en el tema educativo?
— En algunos sectores veo que están trabajando para el futuro. Pero yo creo que el Estado somos todos y en las políticas educativas tenemos que participar todos. Tenemos que hablar de transformación educativa y poner metas a corto, mediano y largo plazo. Veo funcionarios públicos comprometidos, pero no los veo a todos trabajando juntos.
– Esto va más allá de la historieta de ‘la grieta’.
— Yo estuve con el ministro nacional de Educación, Alejandro Finocchiaro, y hablábamos de eso, que la grieta no tiene que existir. Estaba totalmente de acuerdo con Finocchiaro. También estuve con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y conozco lo que hace él por la educación pública. Entonces, uno dice que esa grieta no tiene que existir, tienen que trabajar entre todos juntos para que la educación sea el futuro.
Los alumnos
– ¿Cómo ve a los alumnos en el sistema educativo? ¿Cómo llegan, cómo salen del sistema?
— Los alumnos son el mejor eslabón del sistema educativo. Pienso que son los protagonistas del sistema educativo. Tenemos que analizar el sistema para ver cómo viene el alumno. Hay muchos que dicen que hoy los chicos no saben nada, que vienen con bajo conocimiento. Pero saben mucho más de lo que nosotros pensamos. Tienen mucho mayor conocimiento que el que nosotros teníamos a su edad, hablo de los que tenemos cuarenta o cincuenta años de edad. Se preocupan por el medio ambiente, se preocupan por la integración, se preocupan por otros derechos que quizás nosotros no evaluábamos en aquella época. Creo que en muchos casos, el chico viene mucho más formado. Por otro lado, debemos trabajar mucho mejor, mucho más en lectura, en matemática, que son dos ejes esenciales dentro de la educación. Pero, después, en muchas otras cosas tienen mayor conocimiento del que teníamos nosotros.
– ¿No cree que el docente evalúa al alumno en las cosas que el docente sabe, y no en aquellas que sabe el alumno y el docente ignora, por esa diferencia generacional a la que hace referencia? Los alumnos son ‘digitales’, la mayoría de los docentes ‘analógicos’ y de la cultura gráfica.
— Claro (sonríe), nosotros somos 32 bit y ellos 128 bit (la metáfora de Salvetti hace referencia a capacidades de la tecnología de computadora: computadoras 32 bit son más antiguas, las 128 bit más modernas y con mayor capacidad de procesamiento, N. de R.). Van a otra velocidad. Por eso, la educación es un ‘feedback’ donde uno enseña y aprende. Esto es lo que nos permiten los proyectos. Trabajar un proyecto con los chicos, te permite conocer cuáles son sus necesidades y cuáles sus inquietudes. A través de esas dos variables que vos desarrollás desde que te sentás a la mañana en el taller con los chicos tomando un mate, mientras trabajan en un programa de radio. Desde ahí se pueden trabajar los contenidos curriculares. Ese conocimiento, que uno puede trabajar con ellos, se desarrolla a partir de sus inquietudes y a partir de sus necesidades. Desde ahí logramos que el chico sea protagonista.
– ¿Cuál es su opinión sobre los exámenes PISA, que dejan habitualmente mal a la Argentina en el concierto mundial en materia educativa?
— No tengo una evaluación puntual realizada sobre ese tema. La evaluación que tengo es que yo puedo evaluar si primero enseñé. Si no enseñé algo, no puedo evaluarlo. En ese caso, estoy evaluando algo que me va a dar error siempre. Entonces, si evalúo el sistema educativo y no desarrollé capacitaciones docentes, innovaciones tecnológicas, otro tipo de evaluaciones internas, y no tengo esos índices para ir mejorándolos en el transcurso del tiempo, siempre me va a dar mal. Es como si yo les doy conocimiento de materiales a los chicos, hablo de la fe y les salgo tomando historia. Sabemos que me va a dar mal. Hay que ver si el formato de esas evaluaciones nos sirve para algo.
– ¿Han servido para algo, hasta aquí?
— No creo, porque el sistema educativo no está bien.
– Ud. vive en un área, el gran Buenos Aires, del que al interior sólo nos llegan malas noticias. ¿Cómo ve la situación, es dramática o no tan grave como la pintan?
— Siempre que voy a Aranguren lo charlo con mis primos y tíos. Les digo que de Buenos Aires sólo llegan las imágenes malas, como Ud. dice. Vi lugares en Buenos Aires con mucha hambre, que la están pasando mal y es complicada la situación. Pero hay gente que se la juega en serio, son los que mejor nos representan y son los que más se deben valorar.
Quién es
Martín Salvetti tiene 45 años, está casado y tiene dos hijos de 15 y 12 años. Es docente de la Escuela Técnica Nº5 “2 de abril” de Temperley (Partido de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires) con formación en Educación Técnica. Ha sido preceptor, actualmente es jefe del área de Automotores y profesor de materias como Dibujo Técnico y Mecánica de Motores.
Salvetti nació y vivió toda su vida en Temperley. La familia materna, de apellido Borget, es oriunda de Villa Clara; tiene familiares en Aranguren y en General Ramírez. El entrevistado comentó que viaja a nuestra zona a menudo de visita a sus familiares, y suele leer Paralelo 32 cuando está en Entre Ríos.
El Premio Nobel a la educación
El Global Teacher Prize (GTP) es promocionado como el “Premio Nobel a la Educación”. El certamen mundial es organizado por la Fundación Varkey, con sede en Londres, y va por su quinta edición. Fue instituido en 2014. La fundación fue creada por el empresario indio Sunny Varkey, que dirige Gems Education, operador privado que gestiona 70 escuelas en más de 10 países, como Emiratos Árabes Unidos, India y Gran Bretaña, entre otros. La Fundación otorga al ganador un premio de un millón de dólares. Puede participar cualquier docente del mundo, que de clases a chicos en los niveles de escolaridad obligatoria. Deben enviar datos personales e información sobre los proyectos que realizan. Grupos de expertos analizan cada presentación y van preseleccionando los mejores proyectos presentados; en el proceso quedan 50 participantes semifinalistas, de los cuales se eligen los diez candidatos finalista.
Finalistas
Además, de Salvetti los otros 9 finalistas que competirán con el docente bonaerense son: Vladimer Apkhazava, de Georgia; Débora Garofalo, de Brasil; Daisy Mertens, de Holanda; Andrew Moffat MBE, del Reino Unido; Swaroop Rawal, de la India; Melissa Salguero, de los EE.UU; Yasodai Selvakumaran, de Australia; Hidekazu Shoto, del Japón y Peter Tabichi, de Kenia. “Salvetti conecta el aprendizaje con la conciencia de los problemas globales”, explican desde la página web del Global Teacher Prize Perfil al justificar la selección del docente argentino.
En 2018, la docente Silvana Corso, de Buenos Aires, quedó entre los 50 mejores educadores para el Premio Global Teacher Prize, por su trabajo de inclusión de adolescentes en riesgo, como directora de una escuela secundaria de Capital Federal.
Este año, en la preselección de los 50 docentes semifinalistas más destacados, junto a Salvetti también estuvo incluida otra argentina, la profesora de Historia María Cristina Gómez, por su contribución con innovadoras estrategias de enseñanza para frenar el desinterés y el fracaso escolar en un ambiente del conurbano de Rosario, donde predominan y se hacen la guerra pandillas dedicadas al narcotráfico.