Obra pública
Entre Ríos en una grave encrucijada en materia vial
No hay posibilidades inmediatas de inversión y la única salida parece ser el bacheo de mantenimiento • Sobrevuela el recurso que se observa en casi todo el mundo; la inversión privada con recupero por peaje.
La ruta 32, tramo Seguí Crespo, despierta ansiedades y no es para menos, con su enorme tránsito vecinal e internacional. Se anunció su terminación hace un par de semanas, con presencia del gobernador, el ministro de Obras Públicas y directivos de Vialidad Provincial, en el sitio que había quedado abandonado y que tantos accidentes costó, con pérdidas materiales.
Las razones ya fueron explicadas. El gobierno anterior no pagó la totalidad y el que asumió no tiene dinero. Finalmente hubo acuerdo con la empresa Pitón, a quien se le pagaría lo pendiente y lo que falta hacer. Ese mismo día hubo una máquina trabajando en la recuperación de la base, completamente deteriorada. Se inició el trabajo con una máquina recicladora, que mezcla cemento y broza y compacta una base con esos materiales, para posteriormente continuar con la carpeta negra, sin la cual no hay durabilidad posible.
Al promediar esta semana hubo alarma entre vecinos y usuarios de esa ruta por notarse que aquella máquina había sido retirada y no se observaba movimiento. En realidad, según se nos explicó en fuentes consultadas, está cumplida esa parte de la tarea y vendrán otras máquinas para la etapa siguiente. Cierto es que mientras tanto hubo una nueva paralización por cuanto la empresa no había cobrado la deuda vieja como se había pactado, situación que al parecer se resolvió el jueves al mediodía.
No ahondaremos en aspectos que conciernen a la ingeniería vial, pero está claro que ninguna ruta puede decirse terminada con la llamada carpeta negra, sin la carpeta superior, más gruesa y de material más consistente. Es la que habrá que hacer cuanto antes entre Ruta 12 (rotonda Crespo) y Ruta 18.
También quedó inconclusa esta etapa en la ruta nacional ex 131, en su tramo de Crespo a Racedo. Allí la empresa Dos Arroyos se retiró sin haber construido la capa superior de 8 centímetros, y sin indicios de que Vialidad Nacional quiera hacerse cargo de lo que no terminó la gestión de Alberto Fernández.
El tramo referido soporta un alto tránsito de vehículos de carga y es de manual que la precariedad por la falta de la carpeta superior en todo su recorrido, le augura una corta vida útil. Ni qué decir de la unión de Racedo con Puiggari al oeste y con María Luisa al este.
El deterioro de la infraestructura caminera es evidente. Según el relevamiento de Vialidad Provincial, por su deficiente transitabilidad no resisten mayor espera rutas como la 23, Caseros-Jubileo; la 6 desde la rotonda de R. del Tala hasta Paso de la Laguna; la 22 de Concordia a Federal; la 1 de La Paz a Feliciano, y podríamos seguir nombrando tantas otras, como la 26 Victoria-Nogoyá, que también presentan riesgos para quienes las transitan.
Lo preocupante es que, si la provincia obtuviera los recursos para bachearlas con asfalto en frío, estaremos aún muy lejos de su repavimentación y construcción de terceras manos para el tránsito pesado, donde hace falta. Hay rutas como la 12 con una sobrecarga de tránsito entre Aranguren y Paraná, donde al ritmo de viaje lo imponen los camiones más lentos, que justifican desde hace tiempo una doble vía que no ha logrado superar las promesas vanas.