Encuesta sobre creencias religiosas: En Argentina la increencia está en franco aumento, sobre todo entre los jóvenes
Hay católicos a favor del aborto, evangélicos que creen en la virgen María y personas sin religión que asisten a templos. Esa podría ser una buena síntesis del nuevo diagnóstico que arroja el segundo estudio sobre creencias religiosas que realiza el Conicet a nivel nacional y que permite conocer cómo son esos importantes cambios que se están produciendo en la composición religiosa del país.
Los resultados fueron presentados esta mañana por Fortunato Mallimaci, director de la investigación que ya se había realizado en 2008. En síntesis: hay menos argentinos que dicen ser católicos (62,9%), los que declaran no creer (18,9%) son el segundo grupo más importante en el mapa de las religiones y los evangélicos (15,3%) son el grupo religioso que más creció en estos once años. Paralelamente, el 82% de los argentinos dice que cree en «Jesucristo» y un 76% en «la energía». El 60% afirmó que no lee la Biblia o el libro sagrado de su culto
Pero, además, aparece una gran dispersión en lo que se cree puertas adentro de cada culto. Crece el cuentapropismo religioso. Unos 6 de cada 10 creyentes se relacionan con Dios por su propia cuenta, mientras que 3 de cada 10 eligen hacerlo a través de una iglesia o templo.
Los grupos como mormones y testigos de Jehová representan el 2,1% de la población, sin aumentar ni retroceder, y los judíos, musulmanes, umbandas y otros suman entre todos un 1,2% de la población.
«Hay movilidad y disputa en las creencias. La gente va a un lugar religioso para encontrar fe. No aparece representatividad política de los grupos religiosos. Se cree en Dios por fuera de las instituciones», explica Mallimaci
Los resultados surgen de un relevamiento que llevó más de dos años de diseño y que visitó unos 2300 hogares en todo el país para que la muestra fuera representativa de la población. Entre los hallazgos aparece el fin de los dogmas uniformes, explican los especialistas. Hay dispersión de creencias. Pertenecer a un credo no significa creer lo mismo que ese grupo de personas o lo que enseñan las autoridades. La tendencia es creer lejos de las instituciones y armar el propio crisol de creencias. «A esto lo llamamos proceso de individuación de la fe», explica Mallimaci.
Creencias
Las creencias sobre el aborto muestran una gran dispersión de opiniones, incluso dentro de una misma religión. El 51,8% dijo que debería estar permitido en las circunstancias que hoy contempla el protocolo del Ministerio de Salud. El 27,3% dijo que es un derecho de la mujer y debe legalizarse en todos los casos. Y el 18,7% dijo que debe estar prohibido.
«A nivel general, podría decirse que la mayoría de los encuestados está de acuerdo con la situación legal actual del aborto, esto es, que esté autorizado en circunstancias específicas.», explica Mallimaci.
El aborto es uno de los temas que entre una medición y otra dejó de estar en la esfera de lo privado para estar en el espacio público, muy cargado de religiosidad, pero con individuación de creencias. Entre 2008 y 2019 se duplica la proporción de quienes afirman que el aborto es un derecho de la mujer. La mayoría considera que debe estar permitido en algunas circunstancias. Los evangélicos son quienes más se oponen al aborto, los sin religión, aquellos que están más a favor. Sin embargo, hay matices. El 7% de los evangélicos dijo que es un derecho de la mujer y debería ser legal, lo mismo que el 23% de los católicos. Además, más de la mitad de católicos y evangélicos están de acuerdo con el aborto en circunstancias especiales como violación o riesgo de vida.
«Vivimos en una sociedad diversa con una importante serie de transformaciones en los últimos años y que van más allá de las prácticas y adhesiones religiosas. De hecho, el 61,3% de los consultados cree que una pareja de gays o de lesbianas debe poder adoptar niños, así como también el 51,9% afirma que el consumo de marihuana debería estar legalizado para el uso medicinal, a la vez que el 70% no pediría a los médicos que pusieran fin a su vida en caso de una enfermedad terminal o irreversible», explica Verónica Giménez Béliveau, otra de las directoras de la investigación del Conicet.
«Es evidente el fin del esencialismo. Y la no adhesión a creencias dogmáticas. Al interior de las religiones, las creencias son heterogéneas. Se puede ser creyente, estar a favor del aborto y adherir a críticas al Papa, sin que eso admita fisuras. Vamos hacia un cuentapropismo religioso», dice Mallimaci. «En este tiempo, también han aparecido expresiones sobresalientes dentro del mundo religioso que han fijado posturas sobre temas como aborto, comienzo y fin de la vida, entre otros pero no reflejan la creencia de la mayoría de las personas que pertenece a ese credo. Los creyentes toman distancia de las instituciones que históricamente los representaban y muestran capacidad de pensar distinto a sus referentes», agrega.
La investigación también indagó sobre cómo influyó en la religiosidad de los argentinos la elección del papa Francisco. «A partir de la elección del Papa Francisco, ¿usted diría que su religiosidad aumentó?», fue la pregunta. El 82,4% dijo que se mantuvo igual, porcentaje que se repite parejo en las distintas religiones, incluso los católicos. En un marco de indiferencia, el Papa Francisco motiva posiciones dispares: el 27,4% dijo que es un líder mundial que denuncia las situaciones de injusticia en el planeta. El 27 % «que está demasiado metido en política en lugar de ocuparse de la parte espiritual» y un 40,6% dijo que le resultaba indiferente su figura. Además de un 5% que no supo contestar.
También se consultó sobre si el estado debe financiar las confesiones religiosas. El 50% cree que no. El 18,8% que sí, pero a todas las religiones y el 6,4% sólo a la Iglesia católica. Hace 11 años, el 34,4% tenía esa opinión y el 51,4% decía que había que financiar a todos los credos.. «La mayoría de la sociedad considera que se debe financiar a las religiones. Esto, junto con otros factores muestra una tendencia a la separación entre los asuntos del Estado y las religiones», explica el informe.
Perfil de los fieles
Entre los católicos, las mujeres son mayoría, así como los hombres en el mundo evangélico y entre aquellos que no tienen religión. Además, el 25% de los jóvenes se declara no religioso, siendo el grupo más amplio. También los evangélicos se hacen fuertes entre los más jóvenes, ya que dos de cada 10 menores de 30 años dice ser evangélico.
Educación
En cuanto a la formación académica, entre aquellos que sólo tienen estudios primarios hay mayoría de evangélicos, entre los que tienen estudios secundarios, los católicos, y entre los universitarios y profesionales, son mayoría los que no creen en Dios. La presencia de evangélicos se hace más evidente en todo el país en esta medición. Incluso en regiones como el Noroeste donde la tradición católica era mayoría. También allí creció el grupo de los que no creen en nada. Y en la Patagonia, la mitad de la población dijo no ser católica.
La asistencia a cultos dominicales o semanales es baja: sólo el 23% de los católicos asiste al menos una vez al mes, en cambio sí lo hace el 55% de los evangélicos, entre los que es más frecuente la respuesta de asistir a la iglesia una o dos veces por semana.
Los que creen en Dios son menos que en 2008, aunque el que tiene mayor protagonismo es Jesucristo, que parece ser una figura más cercana para aquellos que quieren relacionarse con la religión por cuenta propia. «En el estudio anterior creíamos que íbamos de una nación católica a una cristiana. En cambio nos encontramos con un fuerte crecimiento del mundo no creyente», dice Mallimaci.
Los que no creen son el segundo grupo religioso más grande del país. Despiertan un interés de los sociólogos, porque tampoco en el interior de este segmento las creencias son homogéneas ni estáticas. El 28% de ellos asiste a misas o celebraciones ocasionalmente o para fechas especiales. Y el 30% dijo que cree en Dios.
Los evangélicos aparecen como el grupo más cercano al modelo patriarcal de familia y los que con mayor frecuencia consideran que el matrimonio solo es posible entre hombre y mujer. Además, son los que más se oponen a la adopción por parte de parejas del mismo sexo y los que más de acuerdo se mostraron con la frase de que la mujer no debería trabajar para quedarse en la casa con los hijos, publicó la Nación.
En cambio, los católicos se mostraron con mayor predisposición a opinar que el gobierno debería restringir el ingreso de los inmigrantes, que los planes sociales fomentan la vagancia y que debería existir la pena de muerte. Los evangélicos, en cambio, se alejan de esas posturas y se acercan más a la visión de aquellos que no tienen una religión.