El zapallazo de don Walter
Crespo.- Walter Primitivo Delgado es un vecino de más de 70 años que, junto a su esposa, hicieron una pequeña huerta en el patio de su casa de Barrio Azul. Allí pasan tiempo a diario, entreteniéndose con el riego y cuidado de las diversas especies de verduras. Días atrás se sorprendieron al pesar un zapallo cosechado, que a simple vista se veía mucho más grande de lo común; pero no podían suponer que pesaría 27 kilos al ser cosechado.
Por eso durante la semana Paralelo 32 habló con Walter, jubilado de la construcción, quien habló sobre este zapallo gigante y además contó cómo trabaja la huerta, que se convirtió en una gran ayuda para ellos a la hora del consumo personal, en estos tiempos difíciles que atravesamos.
“Mi hermana me mandó semillas de zapallo desde Uruguay y yo las planté hace cuatro meses aproximadamente. Fueron cinco en total las semillas y hemos sacado ya 37 kilos de zapallo. Uno de 27 kg y otro de 10 kg. Y creo que van a salir dos o tres más de ese tamaño”, comenzó contando.
Cuando le consultamos qué destino le dio a ese zapallazo, supimos de su espíritu abierto a compartir: “Hicimos dulce y cubitos en almíbar. Obviamente no comimos todo nosotros, regalamos a nuestros hijos, nietos, amigos y también a algunos vecinos. Lo que no consumimos, lo regalamos siempre”.
Sobre cómo trabaja la huerta, dijo: “Tengo un pedacito de tierra donde planté lechuga, acelga, espinaca, y ahora veremos con mi mujer qué plantaremos para el invierno. Me gusta la huerta, no paso mucho tiempo porque es chico el espacio pero todo lo que podemos plantar, lo plantamos. Trabajo con abono orgánico, toda la basura la pongo en tachos de 20 litros y la dejo cuatro o cinco meses revolviéndolo cada tanto, para después ponerla en la tierra. Pienso que eso ayuda a que todas las plantas crezcan de manera abundante.
No es la primera vez que Delgado cosecha a lo grande. Respecto a esto, mencionó: “Hace poquito sacamos 40 kilos de zapallitos y salimos a regalar a todos los vecinos y conocidos. También tenemos una higuerita y este año hemos hecho mucho dulce de higo. Y tomate teníamos muchísimo pero la última temporada de mucho calor nos quemó todo, porque también dependés del clima obviamente”.
Por último, aseveró: “Esta huerta en casa la hicimos con mi esposa hace como dos años. Regarlar y pasar tiempo ahí nos despeja, ayuda como terapia pero más ayuda a la olla en estos tiempos difíciles. A nosotros nos sirve para sobrevivir, porque con la jubilación mínima no llegamos a fin de mes casi nunca”.
La palabra zapallazo siempre estuvo ligada a un gran golpe de suerte y en este caso se funde en un mismo significado, porque en tiempos del ‘no alcanza’, ¡quién podría decir que no es un verdadero zapallazo cosechar semejante zapallazo!