El uso inapropiado de los alfileres

** En esta columna –lo saben nuestros seguidores- no nos metemos con la casta política (engloba a los que son señalados y a los que los señalan). A sus dignos representantes solo los pellizcamos de onda, o los corremos a la par, a lo Bilardo, pinchándolos con alfileres. Sin embargo haremos una excepción para felicitar a próceres argentinos, comenzando por el gran Alberto (¡¡maestrooo!!), acerca de quien dijimos aquí mismo y reiteradas veces que muy poco le importaba lo que se pensara o dijera de él, que vivía conteniendo la risa mientras disfrutaba de las mieles del máximo poder sabiendo que pasaría rápido y después… ¡a vivir!... ¡Vengan a quitarme los privilegios vitalicios que me llevé!