Sociedad
El país de los espías a la carta
** Los polos helados del planeta se están derritiendo, por lo que nuestros candidatos harían una gran contribución si dejaran de hacer calentar a tanta gente que, levantando temperatura todos los días, empeoran las cosas. Lo que se puede observar por estos días en el tramo final de la campaña proselitista argentina, además de tanta falacia, agachada, zancadillas, tirabuzones, e incluso lo que en lucha libre y sucia se conoce como Desnucadora clásica o la más popular Doble Nelson, es que las calles están sembradas de cadáveres sacados de los placares. Son los famosos cadáveres del… ¿que quién no tiene uno escondido en el placar?, con que se consuelan los delincuentes en su táctica de hacer parecer que todos son iguales a ellos.
** Es cosa sabida que los gobiernos del mundo están cada vez más manejados por sus servicios de inteligencia, y que en Argentina esto ya es una joda. No en vano tipos y tipas atrincherados en el poder cultivan la pasión por mantener un pié dentro de la Secretaría de Inteligencia, y cuando ésta se corrompe, el gobierno es un triste rehén de las mafias.
** Los famosos espías ‘no orgánicos’ de la Secretaría de Inteligencia, revisan los trapos sucios de muchísima gente para vender sus datos a sus enemigos y opositores. Allí se espía a tiempo completo y se arman carpetas sobre los espiados. También organizan operaciones periodísticas, en las que se ‘invierten’ cifras multimillonarias. Por otra vereda van los que contratan a espías para espiar a quienes los espían, como forma de protegerse. Para pelear en la caca hay que armarse. Te metes con la mía, te remuevo la tuya. Así sostienen una tensa paz, tipo Rusia y Estados Unidos.