Streaming de Alta Pinta
El Ojo Blindado: Un vistazo a la historia de un fanzine único en Crespo
El fanzine dejó una huella indeleble en la memoria de quienes lo vivieron y continúa siendo un recuerdo de una etapa única en la historia de Crespo, donde las amistades se forjaban en persona y la expresión artística no conocía límites.
En la era actual de las redes sociales y la conectividad digital, es difícil imaginar un tiempo en el que las amistades se forjaban en las calles y las diversiones se formaban en creatividad pura. Pero en la década de 1990, Crespo vivió un período que algunos consideran su propia versión de "Facebook". En esa época, el grupo de WhatsApp se manifestaba como reuniones de amigos en las casas, y los teléfonos móviles eran raros y voluminosos. Es en este contexto que nace una historia singular: el fanzine ‘El Ojo Blindado’, creado por Martín Eclesia y su hermano.
Martín, uno de los co-fundadores de este fanzine único, recuerda con nostalgia esa etapa de su vida. "Fue en el apogeo de la adolescencia, que en ese momento era como nuestro Facebook," comenta en una charla con Ezequiel en el programa ‘Alta Pinta’ transmitido los miércoles en el canal de YouTube de Paralelo 32. "Era el único en ese entonces que tenía un celular, que era del tamaño de un ladrillo más o menos. Mi mamá me lo regaló con una riñonera, porque había que transportarlo de alguna manera. En el último tiempo de vida de la batería, tenía que estar siempre conectado en la base. Y cuando me llamaba mi vieja, todos nos juntábamos alrededor del celular, porque era todo un evento."
La tecnología de la época no se asemeja en nada a los smartphones que conocemos hoy. Martín recuerda su primer celular, un Nokia 1100, que traía un juego que se convertiría en un clásico: el ‘Snake’ también conocido como ‘La Serpiente’ o ‘La Viborita’. Este juego simple se lanzó por primera vez en la década de 1970 y se convirtió en un estándar en los teléfonos Nokia en 1998. "Los sábados por la noche nos juntábamos a jugar el juego de la viborita; y ahí es donde surge ese fanzine al que llamamos, 'El Ojo Blindado'," relata Martín.
Pero, ¿quién se encargaba de dibujar en aquel entonces? La respuesta es tan inusual como el contexto en el que se desarrollaba la historia. Según Martín, cualquiera que estuviera inspirado en ese momento podía tomar la pluma y plasmar sus ideas en el papel. Sin embargo, había un personaje en particular que destacaba: un hombre que trabajaba como funebrero y que, en sus momentos libres, cuando no tenía que lidiar con los difuntos, se dedicaba al arte del dibujo. Sus obras eran notables por su carácter escatológico, posiblemente influenciado por su trabajo en el sector funerario.
La censura no era una preocupación en ese entonces, y el fanzine ‘El Ojo Blindado’ era un espacio creativo sin restricciones. Las imágenes y las historias que surgían en estas páginas eran a menudo intensas y directas. "Algunas eran historias algo fuertes. Y en ese momento desarrollábamos una creatividad desinhibida donde no existía la censura sobre lo que se dibujaba o escribía" recuerda Martín.
El relato se vuelve aún más intrigante con las leyendas que circulaban en torno a este excéntrico dibujante funerario. “En sus dibujos utilizaba tinta china; pero se decía que utilizaba una tinta muy especial, para plasmar su arte en el papel. El rumor era que usaba la sangre de sus clientes. Incluso se dice que firmaba sus obras con un plumín que sumergía en sangre”, relata Martín. “La sangre al secarse en el papel, se convierte en un profundo tono negro, lo que añadía un misterio adicional a estas creaciones únicas”, cuenta el entrevistado, mencionando que guarda algunos originales de ‘El Ojo Blindado’ de los cuales se dice que podrían haber sido escritos con sangre.