El mundo fue y será una pooorrrquería
** Esta es una columna pródiga en metáforas y ocurrencias, la mayoría propias –puestas muchas veces en boca de Don Leoncio- y otras tantas del acervo popular. Esta semana un amigo nos repitió una que parece haberse instalado en algún sitio del imaginario popular: “los que pastan en los dulces alfalfares del Estado”. Oír la frase en boca de otro nos inspiró a contar una historia que, si bien no es propia, fue publicada en Paralelo 32 en febrero del ’79. La escribió un columnista de lujo que teníamos por entonces, Prof. Facundo Arce, paranaense que hoy le da nombre a una calle de Paraná; a la Escuela Técnica de Seguí; y a una escuela e internado de Puerto Víbora.
Entre otras colaboraciones, el profe Arce nos escribió la siguiente historia con anécdota:
** “En los últimos días de setiembre de 1926, un gobernador de Entre Ríos estaba meditabundo en su despacho. Apoyaba su canosa cabellera en la fuerte mano derecha. Era la figura de un vasco. Se trataba de don Ramón Mihura, un hombre querido por su pueblo por su hombría de bien y su empuje progresista. Transcurrían los últimos momentos de su periodo gubernativo. Era por lo visto la hora de la reminiscencia y del gran balance.
Estaba el hombre en una profunda meditación, cuando de pronto exclamó: ¡Y los “troncos”! Sí, había olvidado por un breve tiempo a sus dos fieles servidores. Cuando en 1922 asumió el poder, se trajo don Ramón dos hermosos caballos de tiro, para tirar del coche oficial. Lo hicieron cumplida y acabadamente. Ahora (cumplido el mandato gubernamental. N de R) era llegado el caso de hacer algo por ellos.
No me llevaré lo que comieron
** Era la media tarde de un día soleado y ventoso de octubre. Don Ramón dejó su asiento en su despacho y ante la azorada mirada de su secretario, salió al corredor y por la escalera del norte, tomó para la planta baja. Iba a paso redoblado, ¿adónde? A despedirse del cuidador de sus “troncos”. Cruzó calle Córdoba y en un minuto estuvo en las caballerizas, en el actual solar de la Jefatura de Policía. El caballerizo, sorprendido, atinó a decir:
— ¿Cómo está don Ramón?, ¿qué anda haciendo por estos lados?
_ Antes de irme vengo a darle la mano y a pedirle que me cuide mucho a los dos Troncos que traje y que tan bien se han portado.
— ¿Y… no los va a llevar?
— No.
— ¿Por qué?
_ Porque han comido pasto del gobierno.
** Después don Ramón Mihura pasó a los talleres de la Imprenta de la Provincia y halló entre otros amigos al joven Gerardo Mendaza. Fue él quien nos contó el episodio en el propio sitio, poco antes de jubilarse y me pidió que de alguna forma lo divulgásemos en la entrerrianía. Es lo que hacemos hoy, en homenaje a la memoria de don Ramón Mihura, vasco todo, pues había nacido en Gualeguay el 27 de julio de 1862. De tal modo recordamos al egregio varón, modelo ciudadano y hombre cabal”, concluye el ilustre profesor.
Mihura fue antes diputado provincial por Nogoyá y luego diputado nacional, ocupando también distintos cargos ministeriales durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen.
A palos la letra entra
** Sin cuestionar la excelente y honesta gestión de don Ramón (ampliación de la red telegráfica y teléfonica provincial; 48 escuelas creadas entre 1922-1926; la instalación de obras sanitarias de la provincia en Gualeguaychú, Gualeguay y Victoria -agua corriente y cloacas-, etc. etc,), agregaremos otro episodio que puede tener méritos o desméritos según quién lo mire o de qué lado de la zanja esté (que es en lo que se está convirtiendo la grieta).
** Habiéndose enemistado con los sectores socialistas, conservadores, demócratas progresistas y antipersonalistas en la legislatura, la situación llegó al punto de quiebre cuando grupos de hombres armados no identificados, que habrían salido del Comité Radical de Paraná, ingresaron en la legislatura provincial apaleando a los diputados provinciales opositores. Tras la garroteada que puso a las víctimas en fuga, con una legislatura en minoría, con la sola presencia de legisladores que respondían a Mihura, se aprobó la ampliación de la Corte provincial de 3 a 7 miembros”
** Mencionamos aquella situación de casi un siglo atrás, confiando en que esta columna no se leerá en Buenos Aires ni el Río Gallegos, porque no deseamos cargar con la culpa de haber tirado ideas ahora que la pelea es ampliar la Corte Suprema de la Nación, de 5 a 30 miembros, con posibilidad de negociar una rebaja a 15 amigos incondicionales de Max and his mother, suficientes como para ensartar la cabeza del fiscal Luciani en una caña tacuara y exhibirla en Plaza de Mayo, si los piqueteros y el indecible Partido Obrero los dejan entrar.
Dame Stanley: re mapuche
** La historia nos enseña, entre otras cosas, que poco hemos evolucionado en un siglo. Con todo respeto por don Mihura, de quien habla muy bien la historia y no lo ponemos en duda, es probable que ese día haya hecho atar los dos “troncos” a la berlina para salir de la ciudad y poder emitir, a su regreso, un bando de repudio a los fieles bárbaros sediciosos que atentaron contra uno de los poderes centrales de la democracia, pero nunca para vetar aquella ley aprobada “a degüello”.
** No hay nada que nos falte tras la asombrosa evolución material y su sombría involución moral. En algunas cosas hemos evolucionado si es que lo sajón representa al mundo moderno, porque tenemos mapuches con apellidos ingleses. Finoli, finoli. Quienes quieran sumarse para hacerse de tierras a fuego y degüello, sin importar su origen o nacionalidad, así se llamen Pochita Morfoni o Antonino Cocoliche, pueden dirigirse al nº 6 de Lodge Street, en la ciudad portuaria inglesa (Bristol, Inglaterra). Es real, no es chiste.
** Pregunte por el Centro de operaciones de la «lucha por la autodeterminación» de los mapuches de Chile y Argentina. No se piden muchas condiciones más que jurar fidelidad a la causa de la izquierda internacional que se dispersó con la caída del Muro de Berlin. Pregunte por Edward James (Relaciones Públicas), Colette Linehan (administradora), Madeline Stanley (coordinadora de Voluntarios), Fiona Waters (Derechos Humanos). Para evitar sospechas importamos un mapuche: Reynaldo Mariqueo, que hace las veces de secretario general pero, hasta que apruebe el curso de prómanos, le hemos puesto a la par a Dame-Nina Saleh Ahmed, como vice secretaria general.
** No te lo pierdas. Si andas medio nostálgico esperando el regreso de los Montoneros, venite al 6 de Lodge Street que te vamos a explicar, bolú.