Victoria.- En junio publicamos una nota que realizamos con Mónica Urig, la mamá de Sebastián, que con tan sólo 21 años intenta sobrellevar una cruda enfermedad epiléptica refractaria —la más cruel de ellas— que lo aqueja desde los 9 meses. Por ese entonces y gracias a la consulta médica en Rosario había accedido a probar una medicación a base de aceite de cannabis que se fabrica en Córdoba a muy bajo costo, y que ha registrado buenas respuestas para contrarrestar la serie de convulsiones que este cuadro (sin por ello abandonar los 14 comprimidos que ‘Sebas’ debe ingerir diariamente), “ha llegado a tener 40 en un día”, nos comentó aquella ocasión.

Mientras develamos esta aleccionadora historia de los Urig, donde también mostramos cómo vivían en una casa del Barrio Festram en la que luchaban contra las malas terminaciones, humedad y demás imponderables, Mónica dijo a Paralelo 32 “yo tengo fe, vamos a salir adelante, Sebas es un amor y se merece algo mejor… sí esta medicación funciona yo les voy a avisar porque recién vamos 4 días de tratamiento”.

El miércoles de la semana pasada ingresó en la casilla de mensajes una de esas noticias que vale la pena destacar: “Hola soy Mónica, la mamá de Sebastián. Acá estamos re felices, pasó un mes desde que comenzamos con la utilización del aceite de cannabis y se está viendo un cambio”.

El probado paliativo al dolor que demuestra este aceite rico en omega 3 y 6, y sus propiedades para minimizar episodios en personas con epilepsia recién empieza a mostrar signos de lo que puede ser su alcance en un futuro.

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