Crespo.- Cumpliendo su año de estadía en Crespo, cuatro estudiantes secundarios extranjeros llegados a través de los intercambios que realiza la organización internacional AFS, estuvieron en la redacción de Paralelo 32 para una entrevista en la que repasaron este período de sus vidas lejos de su país y sus familias. Son la francesa Ombline Fabre – Aubrespy; el alemán Benjamín Maisenbacher, el suizo Jonás Winkelmann y la groenlandesa Aima Heilmann. Están en Crespo desde agosto del año pasado y tienen fecha de retorno a sus países para el 18 de julio próximo.

–  ¿Qué les dejó este año en Argentina?

— Ombline (O): Conocí mucha gente, pude juntarme mucho más que en mi país con amigos, el sacerdote del domingo… También logré más autonomía. Es la primera vez que salí de mi país por mucho tiempo y lejos de mi familia

–  ¿Qué hacen tus padres en Francia?

— O: Mi mamá vende artículos de cocina originarios de Alemania, mi papá es contador y ahora está buscando trabajo.

–  ¿Te pudiste adaptar bien a la cultura argentina?

— O: Sí. Muy bien.

–  ¿Hay mucha diferencia entre los chicos argentinos y los de Francia?

— O: Si, la educación es muy diferente. Tampoco tenemos costumbre de salir los sábados por la noche con amigos en mi país. Allá estudiamos todo el día, en la escuela. Acá…

–  …estuvieron de ‘joda’ (Sonrisas)

— O (sonríe): Sí.

Lo que les gusta

–  ¿Qué es lo que más te gusta y podrías extrañar de Argentina a tu regreso?

— El mate y las relaciones con las personas.

–  En tu caso, se puede suponer un gran cambio al venir de Groenlandia a Argentina. ¿O no fue tanto?

— Aima (A): El calor, el mate y aprender a compartir todas las cosas. Son las cosas que me llamaron la atención.

–  ¿Las relaciones humanas son muy diferentes en tu país?

—  A: En Groenlandia las relaciones son, más o menos, lo mismo que acá. Con mis amigos salimos también los fines de semana.

–  ¿Y el estudio?

— A: Me resultó más difícil acá, por el idioma, pero más porque se hacen más cosas en la escuela que en Groenlandia.

–  ¿Qué hacen tus padres?

—  A: Mi mamá es periodista y mi papá es empleado gubernamental.

Amistades

–  ¿Cómo te fue este año?

— Benjamín (B): Me fue muy bien. Encontré muy buenos amigos, un grupo muy lindo en la escuela, que me aceptaron como soy, sabiendo que soy de otro país y que me voy en un año. Igual me aceptaron y dijeron ‘queremos pasar tiempo con este chico porque va a ser interesante la experiencia’. Y mi familia de Crespo, lo mismo, porque entendieron que iban a tener un chico de intercambio por un año. Para mí, lo que más vale es cómo me aceptaron acá. Tengo diferencias en lo que pensamos. Nuestro pensamiento no es igual, pero en general nos hemos entendido muy bien.

–  ¿En qué cosas tienes diferencias?

— B: Por ejemplo, con mis hermanos de Crespo, yo soy mucho de salir y juntarme con amigos, pero ellos son de estar más aislados. Me aburro si estoy solo cinco minutos, pero ellos pueden estar cinco horas sin salirse de su pieza, mirando Netflix o con música, o dormir. A mí me gusta también mirar una película, pero es mejor si la puedo compartir con otros amigos al lado. Por ejemplo, no tengo más Netflix, dije que no lo quiero más y mi papá me lo cortó desde Alemania. Yo prefiero salir y estar con amigos.

–  ¿En Alemania también te gusta salir mucho?

— B: Yo quiero. Pero para mi mamá es muy importante estar en familia y pasar tiempo con ellos. Acá, también vale la familia pero no es tanto.

–  ¿Qué hacen tus padres?

— B: Mi papá es ingeniero y mi mamá profesora de secundaria.

–  ¿Qué te dejó este año a tí?

— Jonás (J): Para mí la diferencia más grande entre Argentina y Suiza, es que en Suiza vos vivís para trabajar y acá trabajás para vivir. Es la frase para dar la diferencia. Como se comenta en la escuela, allá voy 11 horas a la escuela y a estudiar; acá son cuatro o cinco horas; seis si vienen todos los profesores. Acá no hay muchas pruebas, en Suiza tenemos cada semana tres exámenes. Esa es también una razón por la que no podés juntarte con amigos cada día, allá. Sólo los fines de semana, sí te juntas. Son cosas que creo ni en Suiza está muy bien, ni acá. Habría que buscar algo intermedio. Igualmente, hasta ahora me gustó esta experiencia. Como se dijo acá, vine como extranjero y me recibieron con los brazos abiertos.

— B: todos nos recibieron bien. El más grande miedo que tenía en Alemania era no encontrar amigos, quedarme en mi pieza. En mi casa, tuvimos muchos chicos de intercambio, pero ellos nunca estaban por un año y no encontraban gente ni amigos, menos los amigos que nosotros teníamos. Yo acá tengo muchos amigos.

Volver

–  Hubo casos de jóvenes que, después de la experiencia en Argentina, decidieron volver y quedarse. ¿Ninguno de Uds. está pensando en volver?

— J: Para mí sería volver para vacaciones, pero no para vivir acá. Porque allá tengo mi familia y mis amigos. Creo que ni Argentina ni ningún otro país podría llegar al punto de preferirlo a mi país, porque tengo tantos recuerdos y vivencias. Podría ser capaz de volver por un intercambio en la universidad.

–  ¿Qué cosas no les gustaron de Argentina o que son difíciles de aceptar para ustedes?

— O: Hay muchas personas que me ven y me dicen ‘vos sos la francesa’. ‘Sí, y vos’, les digo. Me molesta porque me cuentan mi vida sin conocerla, a veces es molesto.

— B: Depende cómo te conocen. Como ‘Ah, vos sos el alemán, ¡qué bien!’ O, ‘ah, vos sos el alemán, mejor con vos no hablo más’. A mí me gusta el contacto.

— O: No me molesta estar en contacto con las personas, más si son de otra cultura. Pero cuando me dicen dónde estudio, qué hago. Me molesta porque parece que conocen mi vida más que yo.

— A: Está todo bien, pero lo difícil para mí fue aprender el idioma. Nosotros hablamos en groenlandés y en danés, porque Groenlandia es parte de Dinamarca.

–  ¿Dominás otro idioma?

— A: Ahora, cuatro, porque aprendí inglés y español. Ya sabía inglés, pero pude mejorarlo acá.

— O: A mí lo que me molesta es la humedad.

— Todos: También (risas).

— B: A mí me molesta la impuntualidad. Por ejemplo, nos queremos juntar con amigos a las nueve y media; yo estoy a esa hora, a veces cinco minutos antes. A las 9 y 40 empezamos a escribir ‘chicos, ¿pueden venir?’ y me responden ‘ahora, me voy a bañar’. Y no me pasó una vez, me pasó muchas veces. Otra situación, yendo a casa de amigos nos citábamos a las 9 y media. Yo llegaba, como tarde, a las 9 y cuarenta sabiendo cómo es la cosa, ¡y todavía no se habían bañado! Hablaba un buen rato con la familia, hasta que mi amigo se terminaba de bañar. No tienen un ‘plan de la vida’; ahí falta una organización de la vida; por lo menos, lo que vi entre los chicos de mi edad.

– Jonás, ¿también te quejas de la impuntualidad argentina?

— J: No, tanto. Porque algo sabía de la impuntualidad y no me hago tanto drama. Además, lo que no me gusta de acá es la educación, que para mí es bastante grave que, por ejemplo, tienen más años que yo en clases de inglés, pero muchos chicos todavía no lo saben hablar. Otra cosa que me parece grave es que los chicos se van a la escuela sólo para hablar y tomar mate. Es como ‘no hacer nada’.

Expectativas

–  ¿Lo que vieron acá es muy diferente a lo que esperaban antes de venir?

— O: No, yo escuché que la gente acá es muy agradable, que comparten mucho. La cultura del mate no la conocía, pero es interesante.

—  A: Yo sabía algo del mate y de los alfajores y que hablan español.

— B: Mi hermano fue a Chile para un intercambio, y me contó sobre la mentalidad de los latinoamericanos. El me dijo que ‘América del Sur es muy parecida’. Él me explicó cómo iba a ser la gente, pero no me podía imaginar eso, porque si no lo vivís, si no estás en el momento con las personas… Toman un mate, frente de vos, pero no me lo podía imaginar. Mi hermano me regaló un mate y me habló que hay muchas fiestas, pero no mostró fotos y no me dijo cómo se baila. Cuando decía que me venía para Argentina, me hablaban de la ‘rica carne, fiestas’. Carne y fiestas, es lo que me dijeron y es la verdad. Acá vi muchas fiestas. Cerca de todos los días estamos comiendo carne y muy a menudo hay fiestas.

—  J: Yo vine a Argentina sin saber mucho, sólo que comen mucha carne y que hay buen vino. La verdad, mucho más no sabía. También, que juegan al fútbol y que el fútbol es lo máximo, y que la gente es amable. Que tienen mucha mentalidad de latinos. Lo que sabía también es cierto.

–  ¿Es habitual tantos fines de semana largos en sus países?

— O: En Mayo sí.

— J: En Suiza tenemos uno o máximo dos. Acá hay muchos ‘finde’ largos.

–  ¿En Suiza se habla el alemán como en Alemania?

— No. Suiza tiene cuatro idiomas oficiales, el alemán suizo, el francés, el italiano y el romance. Yo vivo en la frontera entre las partes suizoalemana y francesa. Los que viven en la parte suizoalemana, hablan un dialecto, el suizoalemán. Cuando nos conocimos con Benjamín, yo hablé en suizoalemán y él no me entendió. Cuando comenzamos la escuela, aprendemos el alemán oficial, que se usa en los medios, en el Estado, en todo lo oficial. Pero el alemán hablado, el suizoalemán es distinto.

El futuro

 

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–  ¿Qué van a hacer en el futuro cuando vuelvan a sus países?

— O: Yo, estudiar organización de eventos de nivel internacional.

—  A: Yo quiero ser periodista.

–  ¿Hay noticias en Groenlandia? (Sonrisas)

— Sí. (Sonríe) Mi mamá está en un diario, y antes estuvo en una radio.

– ¿Qué quieres ser, Benjamín?

— B: Yo quiero ser futbolista profesional (risas). Yo sé que nunca va a pasar eso, pero la cosa es… no sé todavía qué voy a hacer. Quizás, sea profesor, porque necesitás saber bien sobre una o dos cosas, y el resto no importa. Pero la verdad, todavía ni idea que hacer.

— J: Yo tengo pensado ser arquitecto. En Zurich, hay de las mejores universidades del mundo.

— B: yo quiero decir que, quizás Alemania tenga mejor economía, pero yo no le puedo decir a la gente que disfruta la vida como los argentinos, o como muchos argentinos, yo no puedo decirles que hacen mal, porque me gusta más el estilo de vida de acá.

— J: Creo que debería hacerse una mezcla entre los dos países; ser como en Suiza está bien, pero acá también. Sería una mezcla entre ‘ser serios’ y ‘vivir bien la vida’.

– En Argentina hay corrupción ¿y en sus países?

—  J: Cuando vivía acá uno ve todos los días la corrupción, pero para mí era tan raro; la conocía de las películas.

— B: Hablando con mi hermano que estuvo en Chile, me vino a visitar y hablamos sobre Chile, Argentina y Alemania. Y me dijo que en Alemania hay corrupción, pero no la ves, porque no la muestran tanto. En este gobierno, Buenos Aires es todo el país y se nota en todas partes la corrupción. En Alemania, en Berlín no manejan todo. En Argentina si las provincias votan en contra de los que gobiernan Buenos Aires, no les dan más plata.

— J: Por otra parte, yo veo que Crespo es una ciudad, pero le falta infraestructura. Mi ciudad, Murten, tiene 8 mil habitantes, es más chica, pero tiene cine, tiene piletas, un montón de restaurantes multiculturales con comidas de China o de Tailandia.

Quiénes son

Ombline Fabre-Aubrespy vive en Reyrieux, ciudad cercana a Lyon, en el centro sur del país. En Crespo está viviendo en la casa de la familia Eberle – Venutti. Estudia en el último año de la Escuela Nº70 “San José”.

Aima Heilmann es de Groenlandia, y vive en su capital, Nuuk. En Crespo se aloja en la casa del matrimonio Gallardo – Berg. Está estudiando en 6º año del Instituto Comercial Crespo.

Benjamín Maisenbacher es nativo de Stuttgart, en el Estado de BAden-Wurtemberg, Alemania. Vive en la casa del matrimonio Weiss – Becker. Y estudia en el ICC, también.

Jonás Winkelmann es suizo, vive en la localidad de Murten, del Cantón de Friburgo, cerca de la capital del país, Berna. En Crespo, habita el domicilio de la familia Lambrecht – Hentschel. Estudia en la Escuela Técnica Nº35.

De las nieves de Groenlandia a la humedad subtropical

Aima es la primera groenlandesa que está viviendo en Crespo. Su país, Groenlandia (Kalaallit Nunaat – “Tierra de los Kalaallit” en su idioma autóctono) es un territorio dependiente de Dinamarca, con alto grado de autonomía. Es una gran isla de más de 2,166 millones de kilómetros cuadrados ubicada entre el Océano Atlántico Norte, Canadá y Noruega. Alrededor del 80% de su territorio está bajo nieve permanente, y sólo están habitados algunos fiordos en la costa. Son apenas 56 mil habitantes, de los cuales alrededor de 16 mil viven en la capital, Nuuk.

Otro estudiante groenlandés está en el país.  Como Groenlandia es una dependencia de Dinamarca, recibe un cupo de estudiantes que cada año realizan intercambios con el resto del mundo.

La experiencia

–  ¿Qué piensan de esta experiencia de intercambio?

— Ombline: Hacer un intercambio es una suerte para nosotros, y además, tener la posibilidad de conocer una cultura muy diferente, que a todos aporta muchas cosas, con amigos y familiares.

— Benjamín: AFS necesita muchas familias. A mí me tocó una familia hermosa en Crespo, sin una familia así no sería la misma experiencia. Y no es solamente un cambio para nosotros, si yo entro en una familia, la familia también aprende de mi cultura. Claro, yo saco muchísimas experiencias de esto en un año. Pero ellos también.

–  ¿Cómo definirías a tu país?

— Ombline: Tiene una arquitectura muy especial, mucha variedad de espacios diferentes; también, el arte, que es muy bueno allá; y la comida, muy rica. La comida es más sana allá; por ejemplo, se usa menos aceite.

—  Aima: De Groenlandia extraño más la naturaleza y la comida. En verano tenemos días de 24 horas con luz, en diciembre y enero sólo cuatro horas de luz de sol. La comida es muy diferente, nosotros comemos focas, reno y ballenas, y mucho pescado.

— Benjamín: Para mí Alemania no tiene tantos lugares lindos, todo está en Berlín; mucho de las guerras mundiales. Tenemos muchos castillos que a mí no me gustan, pero dicen que hay lindos casinos. Hay mucha cerveza, pero a mí no me gusta. Para mí, la naturaleza en Suiza es más linda que en Alemania. Mi mamá es muy de la familia, para ella el domingo es día de familia y todos los domingos no nos quedamos en casa; estamos viajando para visitar lugares, castillos y paisajes. A mi mamá le gusta pasar tiempo juntos, pero para mí no es lo mejor (Sonríe).

—  Jonás: En Suiza lo más interesantes del país para Uds. son los Alpes, más del 50% del país son montañas. Acá, si salís al campo ves el horizonte. En cambio, en Suiza en ningún lugar ves horizonte, porque hay tantas montañas. Además, tenemos el chocolate y el queso.

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