Investigación
El INTA Paraná desarrolla software innovador para calcular la erosión del suelo
Con estas innovaciones, el sector agrícola podrá implementar estrategias de manejo más efectivas, asegurando la sostenibilidad y productividad de los suelos a largo plazo.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Paraná ha desarrollado un software revolucionario que permite calcular la erosión del suelo, brindando información crucial a los productores para definir estrategias de manejo y alternativas que protejan el suelo. La erosión hídrica se ha identificado como un problema significativo para la producción agrícola en Argentina, especialmente en Entre Ríos, donde más del 57% del suelo productivo enfrenta problemas de erosión que van de leves a severos.
Factores que predisponen a la erosión
Investigaciones realizadas por un equipo de la Estación Experimental Agropecuaria Paraná del INTA han determinado que la erosión del suelo es influenciada por varios factores, como las altas intensidades de precipitación, suelos con moderada a baja permeabilidad debido a elevados contenidos de arcilla, el relieve ondulado y las pendientes entre el 2% y el 4%, así como el uso predominantemente agrícola de la tierra.
A pesar de la eficiencia de las labranzas superficiales para captar agua, cuando el suelo se encuentra degradado o saturado, los excedentes de agua pueden erosionar las pendientes y anegar las zonas bajas.
Desarrollo del software Erosión Hídrica USLE-RUSLE Argentina
Para abordar esta problemática, los especialistas del INTA Paraná, en colaboración con referentes de universidades y otras unidades del INTA, han desarrollado un software de uso libre que mide la cantidad de suelo que pierde cada lote. Jorge Gvozdenovich, especialista en manejo y conservación de suelos del INTA Entre Ríos, destacó que esta herramienta tecnológica es una de las pocas a nivel mundial que aborda esta problemática involucrando cinco factores clave: clima, suelo, topografía, cultivo y prácticas de manejo.
“La degradación de recursos en los sistemas productivos actuales resalta la importancia de contar con modelos que permitan estimar con precisión qué porcentaje de suelo y agua se escurre con cada lluvia”, afirmó Gvozdenovich. "Con esta información, se podrán diseñar sistemas productivos más resilientes."
Recomendaciones para los productores
Gvozdenovich enfatizó la necesidad de aprovechar la mayor cantidad de agua posible y reducir el escurrimiento superficial para conservar los recursos y mantener el potencial productivo de los cultivos. Para minimizar la pérdida de suelo, los especialistas del INTA recomiendan diversas estrategias de manejo.
Rotación de cultivos: La rotación de cultivos como trigo-soja-maíz, cultivo de cobertura-maíz, sorgo, avena, entre otros, es una técnica de costo cero que implica tener cobertura en el suelo, protegiéndolo del impacto directo de la lluvia.
Sistematización con terrazas: Crear pequeños montículos de tierra que funcionan como canales para controlar la velocidad del agua, evitando la erosión. Esta práctica, aunque costosa a corto plazo, tiene beneficios a largo plazo, como la mejora de los rendimientos y la producción de forraje.
Siembra en contorno: Sembrar perpendicularmente a la dirección del agua para generar obstáculos que reduzcan su velocidad y erosión. Esta práctica, utilizada en varias provincias argentinas, es efectiva en paisajes homogéneos.
Funcionamiento del software
El software Erosión Hídrica USLE-RUSLE Argentina utiliza la Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (USLE) y su versión revisada (RUSLE) para estimar el nivel de pérdida de suelo por erosión hídrica en cualquier lote del país. Pedro Barbagelata, investigador de la Facultad de Agronomía de la UNER, explicó que el programa ajusta las predicciones del modelo mediante modificaciones en factores como la longitud y grado de la pendiente, cultivos de cobertura y rotaciones, y factores de suelo específicos de distintas regiones del país.
El software realiza una estimación cuantitativa de la erosión y propone cultivos y prácticas de manejo para disminuir la pérdida de suelo a niveles tolerables, compatibles con la viabilidad económica del productor. Estas prácticas incluyen la rotación de cultivos, labranza adecuada, cultivos en contorno y terrazas de evacuación, entre otras.