El estado provincial y sus obras en el departamento Victoria
Victoria.- El 95 por ciento de los problemas que atiende la Zonal de Arquitectura están en las escuelas. No obstante, no solo se ocupa de esto, sino también a todo lo atinente a obra del Estado provincial en edificios públicos, incluyendo aquí también al hospital Cúneo o el Salaberry, por citar dos casos donde hoy tiene injerencia de trabajos puntuales.
La zonal no tiene una caja chica, personal ni maquinaria, pero el trabajo en conjunto con la Departamental de Escuelas, a partir de cederle esta un espacio en su edificio, contribuye a canalizar las demandas de una gran parte de los edificios escolares. El Maestro Mayor de Obra Gastón Gabial es el responsable visible frente a la demanda de los distintos espacios que dependen del Estado provincial.
“Hace aproximadamente cuatro años y medio que estoy ocupando este cargo, desde marzo de 2014”, comenzó Gabial en diálogo con Paralelo 32. A su vez, recordó que a poco de su llegada se iniciaron los trabajos de puesta en valor, refacción y ampliación de la Escuela Laprida. “Pero como al momento de la licitación no había nadie en la zonal (tras la salida del anterior encargado) la llevó adelante un arquitecto enviado desde la Subsecretaría de Arquitectura de Paraná”, prosiguió.
Seguidamente, tomó la dirección de obra de la Escuela Nº 13 Florencio Varela- en Rincón de Nogoyá, una obra de ampliación de tres aulas y la construcción de grupos sanitarios. “Finalizada esa obra continué con la inspección de obra de la Escuela Nº 21 Manuel Lavarden, que fue la construcción de tres aulas y un playón deportivo, grupo de baños y una sala profesores. Después se han hecho diversas obras por intermedio del Ministerio de Planeamiento e Infraestructura y Servicios, que por ejemplo coincidieron con la crecida del riacho a finales de 2015, principios de 2016, donde se vieron afectadas la mayoría de las escuelas de islas. Por medio de la Emergencia Hídrica se arreglaron las diez escuelas que están en esta sección”, narró.
A pedido de este Semanario, el profesional realizó un detalle donde involucra lo realizado desde finales de 2017, y las obras durante 2018. Aquí se mencionan al Campo Experimental de AgroTécnica; el Registro Civil; Escuela Rural Nº 22 Mariano Necochea; Nº23 J.B. Mihura; entre otras 13 intervenciones. Además, las obras donde intervino la Unidad Ejecutora Provincial (U.E.P.), destacándose la Unidad Educativa Nº 25, con más de 6.000.000; la ampliación y refacción de la Nº 48 por más de 28 millones de pesos.
Escuelas flotantes
También consultamos al profesional sobre qué ocurrió con la escuela flotante que estuvo varios meses amarrada en nuestras costas y cuál fue el destino que le tocó en suerte. “En general la mayoría de escuelas de islas están plantada sobre pilotes, y tan solo hay tres escuelas flotantes: 42 (que se hizo a nueva); 37 que ahora está en préstamo para la escuela 62; y la escuela 58. Y la que estaba acá que es la 37, fue porque en una de las crecientes la familia que estaba se tuvo que mudar a la ciudad (estaba en la intersección del Arroyo Barrancoso y la traza Vial), y para que la escuela no quede inhabitada se la trajo preventivamente a nuestra costa”, señaló. “Al tiempo arribó la 58, y también fue reparada a nuevo, desde los pontones, maderas, parte eléctrica, aberturas, etc.”, continuó.
Con cada intervención que involucra a la zonal, no solamente hay que atender el monitoreo de la obra, sino también dedicar varias horas a la parte administrativa. “Es el pedido del Ministro Luis Benedetto, que tratemos de estar lo más posible en conocimiento del estado de las situaciones edilicias”, comentó al respecto.
– ¿Qué pasa cuando aprobás un certificado de obra, y aparece una rajadura u otro imponderable como el caso de la Escuela de Comercio, por citar un caso, que suele traer aparejado tanto la denuncia del gremio y/o los mismos docentes?
— El caso de la Escuela de Comercio también fue inspeccionado por una persona de la Subsecretaría. Pero si hubiera sido mi responsabilidad, uno certifica mes tras mes, y si hay algún problema de ejecución, se pide la reparación. Y terminada la obra, se hace un acta de recepción provisoria, a los seis meses, si está todo en orden, se acepta definitivamente. Funciona como una garantía. Comercio tenía filtraciones en los techos, y tuvimos que hacer los relevamientos pertinentes y el consecuente reclamo para la posterior impermeabilización.
Paralelo 32 también consultó qué pasa en coyunturas como la actual, donde la variable económica no es la mejor para solicitar este tipo de intervenciones, que seguramente son tan necesarias como urgentes: “Lo bueno de trabajar con Departamental es que cada año recibe fondos para intervenciones generales, y podemos llevarlo adelante con esos fondos. Se contrata profesionales que lleven adelante la reparación eléctrica, gasistas, sanitaristas, otros”.
La situación compleja que atraviesa el país también se traduce en las cotizaciones, que al producirse desfasajes casi diarios, es muy difícil acordar un precio de lista o precio oficial para la aprobación de una obra. “Por ejemplo, ahora estamos haciendo un proyecto que va a abarcar la reparación de la instalación eléctrica y de gas, mejorarla, tanto en escuelas rurales como de ciudad. De esto se hace un presupuesto, se manda a autorizar a Paraná, y si está todo en orden se aprueba. En este caso, las empresas no reciben una re-determinación de precios por el tiempo transcurrido, como sí ocurre en una obra pública que se certifica mensualmente”, refirió.
Nuevos establecimientos educativos
Antes de la salida de Gustavo Broin como director de Departamental de Escuelas, se habló en reiteradas oportunidades de la necesidad de nuevos establecimientos escolares, fundamentalmente en las zonas de mayor crecimiento poblacional.
— ¿Hay alguna posibilidad en este sentido, o no hay margen para ello en la actualidad?
— Siempre está presente la posibilidad, el problema siguen siendo la falta de terrenos. En este momento la actual directora, Claudia Pereyra, está en esa empresa, tanto para construir Unidades Educativas como Escuelas.
Hay escuelas grandes y de arquitectura centenaria donde seguramente es tan o más difícil una intervención que en un edificio de menor detalle o patrimonio histórico como ocurre con el Altillo de Normal. Este Semanario preguntó en qué medida son las cooperadoras un elemento de fuerza para afrontar gastos que involucran sectores en altura, o de compleja y especializada reparación. “Muchas veces son las cooperadoras las que sostienen edificios de importancia, como el caso de Normal. Si bien hemos visto el caso del mirador, y cómo las palomas han desprendido parte del cielorraso. No trabajamos en conjunto, pero atendemos sus sugerencias. El tema de palomas y murciélagos siempre va a estar en esos edificios, y desde esta zonal no tenemos personal, fondos o herramientas para ahuyentarlos”, explicó.
“Anteriormente venía seguido la cuadrilla del Consejo de Educación, pero hoy no tenemos esa posibilidad. De igual manera, es una entidad que ha recibido muchos fondos, dado su envergadura, pero el que sea un edificio centenario representa un desafío permanente el que esté en perfectas condiciones. El paso del tiempo les juega en contra, además no están permitidas modificaciones, por ejemplo en el techo, dado lo emblemático del edificio”, especificó.
En la agenda, Gabial reconoce que en una semana ajetreada puede llegar a visitar más de una escuela por día. “Ahora también me ocupa bastante la refacción de odontología del hospital Salaberry y la ampliación del SUM del Cúneo, escuelas rurales, o centros de salud. Siempre hay que tener en cuenta la logística y colaboración de otras entidades como Prefectura, por ejemplo”, concluyó.