Política
El antikirchnerismo: una falacia ad hóminem que devastará la UCR
Hace tiempo ya que tengo muy claro algo: Javier “El Desqui” Milei, no es antiperonista, sino clara y decididamente anti - radical. Odia visceral y cerrilmente a Yrigoyen y a Alfonsín. Sólo usa términos ofensivos para referirse a ellos y a nosotros, los militantes del partido. Recuerdo, no exento de enorme molestia y fatiga moral, cuando se refirió al ex presidente Hipólito Yrigoyen como el iniciador de la catástrofe Argentina, o a los “gobiernos fracasados” de Arturo Illía y el “zurdo” de Raúl Alfonsín.
Más allá de ser el flamante novio de Yuyito González, un tipo audaz, improvisado, ostensiblemente violento, fabulador hasta el empalagamiento y portador de una mayúscula insensibilidad patológica, es, derechamente, un activo antiradical, odioso y visceral odiador de los “boinas blancas”.
Por eso, no entiendo y saca lo peor de mis sentimientos del ámbito reptilíneo del cerebro, cuando cachivaches políticos como De Loredo, Petri, Cornejo, Valdes, entre otros, ocupando lugares destacados gracias al añejo y más que centenario partido que su nuevo jefe político denosta, permanecen callados la boca e impávidos cuando escuchan, o algunas veces están presentes en lugares en que se propinan estos infamantes e injustos agravios, haciéndose los pelotudos y pelotudas, mirando para otro lado, como si nada se hubiera dicho y pasado.
Este gobierno de Los Locos de Atar (LLA) no puede nunca terminar bien, menos que menos cuando existen antecedentes de experiencias muy similares fracasadas rotundamente con altísimos costos que debieron pagar compatriotas, sin comerla ni beberla. A ocho meses de su inicio, el (des) gobierno libertario, ha logrado sólo y en el más indulgente de los supuestos, una falaz, artificial e inconsistente desaceleración del IPC (inflación), con mantenimiento de la inflación núcleo, pero a despecho, clara y dolorosamente, del nivel de actividad, erosión del mercado.
Interno, estrepitosa caída de las importaciones, de los salarios reales, jubilaciones y pensiones, escandalosos y alarmantes aumentos de los índices de pobreza e indigencia más deserción escolar, desfinanciamiento de la educación, especialmente de las universidades nacionales, de los sectores relacionados a la investigación, la ciencia, la tecnología y la salud pública; pago de deudas a las generadoras de energía o pago con quita del 50% a través del pago con bonos que cotizan al 50% de su paridad teórica; con el no envío de partidas coparticipables a las que están obligados por ley; recortes enormes y cuando no del 100% de las discrecionales, sumado a ventajas grotescas, más bien bizarras, para empresas extranjeras a través del RIGI, un diabólico instrumento legal de naturaleza claramente neo colonial, votado increíble y bochornosamente por la enorme mayoría de legisladores de la UCR, que nos condenará, sin dudas, a ser un país de enclave o una pobre y dependiente factoría, sumida en el subdesarrollo sistémico, profundizando la reprimarización de la economía, en detrimento de las fuerzas productivas, en clave de un modelo de industrialización integrado, que apueste a la generación de valor, rompiendo la cíclica y sempiterna.
Inercia del deterioro de los términos del intercambio, propio de una estructura productiva desequlibrada, con recurrentes estrangulamientos y crisis del sector externo.
Ante este panorama desolador y decadente, con pérdida creciente de la calidad institucional y republicana, debemos levantar la vara por la nuestra e izar bien altas las banderas fundacionales sostenidas en los principios identitarios con los que nació la Unión Cívica Radical hace 134 años. Hagamos además un sano e ineludible ejercicio de autocrítica e introspección, terminando con esa inercial justificación de que nada decimos o terminamos cediendo a amontonamientos desprolijos con facciones políticas que están en las antípodas de nuestro ideario, para “evitar” el renacimiento del “fantasma K” o apelando con lastimosa precariedad intelectual a esas pseudo justificaciones por el estilo, muchas de las cuales destilan un exorbitante y demodé gorilismo. Debemos dejar de importar gobernadores y rifar bancas legislativas como si fueran acciones al portador y endosables, asumiendo el compromiso de resignificar el valor simbólico de los dirigentes o liderazgos territoriales vernáculos.
Tenemos mucho para ganar si nos decidimos de una buena vez a organizarnos de verdad y con sentido estratégico, para dar un salto de calidad que nos posicione como partido con vocación de poder y serias chances de ser socialmente considerados como alternativa de gobierno, en Nación y Entre Ríos. Pero tenemos también muchísimo para perder, si continuamos sumergidos indigna y pasivamente en esta dinámica de declive, abandono, sumisión y entrega a huestes foráneas incubadas en CABA, como el PRO, o en delirios irresponsables como es este experimento social propiciado esotéricamente por Milei, Karina y el agente secreto Santiago Caputo, en nombre de las fuerzas del cielo y unos cuantos delirios paroxísticos más, con la cual algunos irresponsables dirigentes mercenarios de la UCR pretenden una fusión, para evitar que exista una “oposición” al Kirchnerismo o a lo que queda de un devencijado PJ, fragmentada en tres tercios, con serios riesgos de sucumbir ante los legatarios de Néstor y Cristina.
Sólo y únicamente depende de nosotros. Estamos a tiempo. Despabilémonos antes que sea demasiado tarde. Adelante los que quedan. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo!!!
Abogado. Docente universitario en las cátedras de Economía Política y de Periodismo Económico (UNER). Especialización en Economía y Desarrollo (FLACSO).