El abordaje de la violencia de género en los medios de comunicación
Hay tópicos dentro del periodismo que requieren un tratamiento especial y concienzudo. En este sentido, muchas veces es conveniente detenerse ante tanta vertiginosidad y analizar la práctica profesional. El suicidio, por ejemplo, es un tema que merece ser abordado de manera diferente y los periodistas ya lo saben. No se informa del mismo modo un choque que un suicidio.
Asimismo, la violencia de género también es un tema que requiere ciertos cuidados a la hora de comunicar. Debido a lo anterior, la reconocida psicóloga Stella Cístola, quien desde hace tiempo se ha involucrado contra la violencia de género en la ciudad, habló con Paralelo 32 sobre el tratamiento de esto en los medios.
Los ejes principales
La labor periodística no es meramente reproductiva, es decir que no basta con dar datos, sino que hay que contextualizarlos y enmarcarlos dentro de una realidad social, cultural, política, etc. A su vez, Cístola opinó que hay tres ejes fundamentales a la hora del tratamiento: proteger a las mujeres, tener en cuenta el empoderamiento y resguardar el estado emocional de la mujer.
“Estos 3 ejes deben articular la tarea, no basta colocar en las imágenes televisivas un cartelito con el número de 3 dígitos donde llamar en caso de violencia de género mientras en el tratamiento del programa se ejerce desde lo discursivo una y otra vez violencia”, sostuvo la psicóloga. Asimismo, desarrolló: “Respecto a la protección de la mujer, es no dar datos personales, evitar mostrar el espacio en el que la mujer vive y/o trabaja; en cuanto al empoderamiento, descartar la idea de que son incapaces de romper la dinámica de la violencia, reconociendo su fuerza y capacidad para sobreponerse a ella; por último, resguardar el estado emocional de la mujer, o sea que no se deben realizar preguntas que puedan reactivar su dolor, ni enjuiciarla, ni criticarla. Hay que evitar revictimizar”.
El contexto
Seguidamente, la profesional indicó: “Erradicar la violencia contra las mujeres es responsabilidad de toda la sociedad. Por ello, es importante dar a conocer las instancias de denuncia, orientación, protección y apoyo psicosocial y jurídico, difundiendo teléfonos y las redes interinstitucionales que la comunidad dispone, los organismos encargados son los que deben facilitar a los medios esta constante y actualizada información. Dar a conocer las leyes en las que se encuadra el delito”.
También, destacó la importancia de contextualizar la información. “La noticia debe tener un sustento al ser dada a conocer, que permita explicar las causas sociales múltiples de la violencia, evitando centrarse exclusivamente en el acto violento”, dijo. Al mismo tiempo, añadió: “Enfatizar que los estereotipos de género que subordinan a las mujeres, son la principal causa de la violencia en su contra. Una de las manifestaciones más extremas de violencia es el femicidio. Por ello, es importante informar sobre el número de femicidios cometidos en el año, recalcando que, independientemente de la cantidad, estos hechos son crímenes, para esto se requiere del compromiso de los organismos en facilitar la información”.
Visibilizar
En la jerga periodística es común escuchar: “Voy a cubrir tal suceso”. Lo curioso es que, justamente, el trabajo periodístico es el contrario: descubrir. Pero no sólo es mostrar algo, sino mostrarlo en todos sus lados posibles. El genial poeta y hombre Lorca escribió en el Poema doble del Lago Eden: “porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja / pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado”. ¿Y qué es la labor periodística sino sondar las cosas del otro lado?
Por su parte, Cístola señaló: “Este tema [la violencia de género] que ha sido silenciado por generaciones, que se lo trató puertas adentro, debe ser mostrado en sus diferentes formas de violencia (física, psicológica, sexual y económica/patrimonial) como un delito, recordando, resaltando que siempre es una violación a los derechos humanos y un problema público”. Sumado a lo anterior, especificó: “No hay que identificar a la mujer con el delito (por ejemplo: ‘la abusada’, ‘la golpeada’ o ‘la violentada´). También, es importante descartar frases hechas y comentarios superficiales que banaliza el tema”.
Llegados a este punto, hizo hincapié en la importancia de “derribar mitos”. A este respecto, dijo: “La violencia contra las mujeres no debe ser tratada como un hecho aislado, que sea interpretado como algo accidental, natural o normal. Se deben eliminar afirmaciones como: «estamos en una sociedad violenta» o «esto siempre ha ocurrido»”.
Finalmente, remarcó la importancia de dar información útil a la hora del abordaje del tema y comentó que hay que evitar el sensacionalismo. “No exacerbar lo dramático con reiteración de imágenes y relatos, musicalización, primeros planos de víctimas (sobre todo en casos en los que existan niños y niñas de por medio), etc. Además, descartar la entrega de detalles exhaustivos de los actos de violencia, ya que pueden hacerse replicables, ejercen efecto dominó. Las fuentes de información no deben ser exclusivamente vecinos, testigos y/o parientes. Privilegiar fuentes expertas en el tema, organismos oficiales, etc.”, concluyó.
Del diálogo mantenido se infiere que la intención de la psicóloga es la de aportar herramientas a los periodistas para el correcto abordaje de la violencia de género. En ningún momento la profesional acusó mala fe por parte de la prensa local, sino que dijo: “Los cambios en el devenir humano no siempre son acompañados por la formación en los claustros académicos, es por eso que los profesionales deben profundizar y aggiornar saberes en pos del tratamiento correcto”.