** El corazón mineral de los potreros circundantes latía con el rumor de las torcazas alborotadas y zumbonas aquel día, cuando una brisa norteña nos ofrecía una tímida prórroga del verano. Clavado que caería don Leoncio por el barrio. Mayo le regaló días frescos para embutir sus productos de dudosa comprobación bromatológica, y ahora un par de días primaverales con veinte grados, muy aptos para pacientes de riesgo.
Y así fue. No tardó en aparecerse por la vereda despareja, encogiéndose un poco al poner cada pie en el suelo, como si desconfiara del piso.
** —M. Gusto en saludarlo don Leoncio. Ya se lo extrañaba por el barrio.
_L. La próxima vez que me extrañe ya sabe dónde vivo.
—M. Es cierto, pero no sería igual que verlo trajinar estas veredas porque, para mí, usted no es el mismo sin esa canasta con salames y quesitos criollos. Pero… por favor, presénteme al señor que viene con usted, ¿algún familiar?
_L. Custodio.
—M. ¿¡Custodio!? ¿Tiene algún problema con traficantes o algo así?
_L. Seguridad por el transporte de sustancias alimenticias de fácil manoteo.
—M. Nooo. Tranquilo don Leoncio, le garanto que en estos arrabales de gente honrada no hay delincuentes.
_L. Desde ya que no, pero el hambre es mal consejero y la tentación es la perdición del bodeguero.
** —M. Antes que madrugarlo metiendo la mano en la canasta, le van a pedir fiado. ¿Usted vende a crédito?
_L. Supe vender a fiado pero ya no se puede. Cuando me piden a pagar otro día contesto que no tengo Porne.
—M. ¿Porne…porne…?
(‘Posnet’ –interviene oportunamente el custodio, impertérrito, casi sin mover los labios)
—M. ¡Posnet!… pero… con todo respeto, si usted ni monotributista social debe ser, no puede entregar facturas.
_L. No, vecino, facturas “ni diái”, lo mío son las manu-facturas. Y si alguno insiste en que le fíe, le entrego una tarjetita que llevo y sigo caminando.
Ayeres no tan mejores
** —M. ¡Una tarjetita?! Me da curiosidad. Bueno, pero usted lleva años en esto, supongo que vendía al fiado cuando la palabra todavía era la palabra.
_L. Y si, ¿qué otra cosa puede ser la palabra? Una canasta es una canasta, un zapato es un zapato…
—M. Usted me entiende bien. Siempre le escuché decir a mi padre que antes no se firmaban documentos; cuando algo se vendía a crédito o al fiado las personas se daban la mano y con eso bastaba, era como un sello de honor.
_L. Por curiosidá, ¿su padre era comprador o vendedor?
—M. Y yo que sé; ahora soy yo el que no lo entiende a usted.
_L. Mírelo de este lado; ¿si antes eran todos tan cumplidores, para qué los almaceneros ponían esos cartelitos: “Hoy no se fía, mañana sí, clavos afuera menos aquí”?
—M. (…)
** _L. ¿Y diái?¿Por qué?
—M. No sé, sería porque ya no se usaba darse la mano. Pero dejémoslo ahí porque me quedó picando una curiosidad, ¿qué dicen las tarjetitas que usted entrega al que le pide fiado?
_L. Es algo poético.
—M. Bieeen ahí, cortesía del vendedor; ¿pero qué se lee en esa tarjeta?
_L. Dice: “Si por fiar tengo enemigos y los pierdo por cobrar, para evitar enemigos lo menor en no fiar”.
—M. Una falta de respeto al cliente, qué quiere que le diga.
Se nos viene el posnet
** —M. Si me permite asesorarlo en marketing, don Leoncio, le voy a dar un humilde consejo. Ya era muy antipático en los años 50 poner esta clase de cartelería en un almacén de barrio o en un bar, ¡imagínese hoy!, ¡mucho peor!
_L. ¿Y qué le vamos a hacer?
—M. Le diré lo que tiene que hacer. ¿Vio que la Afip de Macri ahora dijo que los monotributistas también tienen que tener un posnet móvil y aceptar tarjetas de débito?
_L. Ni he visto, ni oído, ni me interesa, y ni por asomo voy a renegar con alguna de estas porquerías de actualidad. Con decirle que hice mi casita allá al lado del cañadón para vivir lejos de los bancos.
** —M. Eso se hará de a poco y los posnet serán gratis por dos años. Los monotributistas categoría F a K estarán obligados recién desde el 1º de enero de 2018 y Categorías A hasta la E desde el 1º de abril de 2018. Calculo que usted entra en esa categoría, ¿está facturando menos de un millón al año?
_L. Y… si cae un año llovedor que me deja salir poco, no me paso de esa cifra (le guiña un ojo a su custodio, que finge no verlo).
** —M. Bueno, por la evolución de su negocio usted entra en esa categoría y tiene como un año de tiempo para pedir el POS, pero cuanto antes lo tenga mejor, así no tiene que ofender a la gente con tarjetitas donde les niega un crédito prácticamente diciéndoles que no les tiene confianza. Aceptando tarjetas usted le cobra al banco y si el cliente quiere clavar a alguien, clava al banco.
** _L. Solo estaba chacoteando, mangrullero. Yo no le niego a nadie el material para la picadita dominguera. Y los de la Afip que vayan a controlar a los sementales de la evasión y no nos jodan a los pajaritos que les picoteamos las garrapatas del lomo.
—M. Me parecía, me parecía. Y a propósito, cuál es el mejor maridaje si uno quiere acompañar esa picada con un vinito.
** _L. ¡Mire, hay cada uno!!! El maridaje de mi barrio ahora anda medio alborotado con una paisanita de faldas muy cortas que vino a vivir con una tía una semana atrás y….
—M. …Un momento, stop, me refiero a cuál es el mejor vino para acompañar un queso de esos puro suero que usted lleva, y un salamito fino o un bastón.
_L. Ah ¿por qué no habla más claro? Eso se acompaña con un Zumuva mezclado con Pritty. Lo saborea mientras hace despacito en la parrilla una falda deshuesada, que después puede acompañar con el mismo vinito pritteado.
—(El mangrullero lo mira con los ojos disueltos, aprieta hacia arriba el labio inferior como quien chupó limón, tensa los músculos de la frente uniendo las cejas, pero no habla)
Un marketing que la rompe
** _L. ¿Y qué es eso del marketín, si se puede saber?
—M. Márketing, márketing, consiste en enseñarle estrategias para lograr que el cliente le compre más.
_L. Ahhh, ya entiendo. También tengo otra tarjeta que entrego para eso.
—M. ¿Ahá? No me diga. ¿Y se puede saber qué ofrece y cómo, en esa tarjetita.
_L. Si. Acá tiene una, fíjese. (Texto de la tarjeta: “Comprás un salame, te invitamos con otro y solo pagás dos”)
—M. Vea don Leoncio, nunca sé cuándo me está tomando el pelo o estamos hablando en serio.
** _L. Lo que me están pidiendo es que traiga también vino y cerveza, para una picada completa.
—M. Es mucha carga ¿eh?
_L. Bueno, ahora tengo ayudante.
—M. Unos le pedirán tinto, otros blanco, malbec, chardonay, merlot… y encima a la cerveza usted la entregará calentada bajo el sol, ¿o piensa traerla en conservadoras con hielo?
_L. Eso dependerá de cuánto quiera cargar este hombre (que seguía erguido y callado, sus ojos dilatados tras oscuros anteojos se movían nerviosos hacia todos los ángulos posibles)
—M. Olvídese. Me parece que usted lo contrató como custodio y no para burro de carga.
_L. Para eso le pago.
—M. Eso era antes, don Leoncio, ahora están sindicalizados y sus funciones son específicas. Si en su función no figura alcanzarle a usted un vaso de agua, podrá morir de sed o buscársela usted mismo. ¡Ni por gauchada!
_L. Y sí, ya no da criollos el tiempo, nos está dando puros chinos; vió que hacen como que no comprenden para no comprometerse con nadie. Mi custodio está igual
Ni el garrón nos va a quedar
** —M. Cuidado con lo que diga de los chinos, don Leoncio, que andamos en buenas migas con ellos. ¿Vio que en este último viaje de Macri y sus CEOS les vendimos brazuelo de novillo? Es el osobuco, conocido comúnmente como garrón, algo que no podíamos venderle a nadie en el exterior, igual que la costilla (asado) que afuera nadie compra.
_L. ¡No me diga que justo ahora nos van a dejar sin osobuco para mandarlo a la China!
—M. ¿Por qué justo ahora?
_L. ¿Y qué nos van a dejar a los que todavía conocemos el sabor del novillo gracias a las patas? Estoy jubilado, ¿cree que pido ojo de bife, como usted…?
** —M. No vaya a creer, también consumo los cortes para el puchero. Espere nomás a que vengan los primeros fríos. Los pido como “rueditas”, que no solo están destinadas al puchero sino que hay recetas para prepararlos de mil maneras.
_L. Claro, claro, “rueditas”; ya me parecía; pedir el garrón por su nombre no es muy fino.
—M. Creo que a partir de ahora voy a pedirlo por su nombre.
_L. ¿Por?
—M. Porque de aquí en más será un producto de exportación, man. Carnicero, ¿me da bobine pateischon for export, por favor?