Después de todo, aún nos queda el Sol
** Como hombre común, a comienzos del presente año me hice una pregunta que confirma mi condición, porque millones de personas probablemente se preguntaron lo mismo: ¿Fue 2020 el peor año que la humanidad ha sufrido, como millones de internautas lo afirman? Son interrogantes que nuestra mente nos plantea porque no hemos nacido al comienzo de la historia sino cuando ésta ya va como queriendo terminar ¿vió?
** Pregunta obvia además, porque debe ser la primera vez desde la extinción de los dinosaurios a esta parte, que una pandemia afecta a la totalidad de los humanos, desde los que palean nieve en Groenlandia hasta el sur de California donde se fríen huevos al rescoldo de los rayos solares. El SarsCoV-2 pega tanto en la sórdida y gélida Siberia como en el ardiente Paraguay, Formosa, o en los campamentos de nuestra Antártida. ¡Mire si lo habrán diseñado perfecto! ¡Qué gran trabajo hizo el murciélago!
** El caso es que en 2020 hemos vivido enclaustrados y atemorizados en toda la redondez de la Tierra, hemos padecido además catástrofes naturales y más dolores que nunca por muertes cercanas, desocupación y aflicciones, y para colmo sin fútbol. ¿Es o no es el peor año de la historia? Me lo pregunto y se lo pregunto.
Menos mal que hallé por ahí a una tal Flor Romero Sánchez, a quien agradezco, quien relata en su blog, un lejano y fatídico año 536 de nuestra Era. De acuerdo con el arqueólogo e historiador medieval de Universidad de Harvard, Michael McCormick (¿qué seríamos sin los gringos de Harvard?) “el peor año para nacer y tratar de sobrevivir fue el 536 dC”.
El peor del ranking
** En el 536 se conjuntaron una serie de eventos desafortunados, que aislados habrían sido por sí mismos una afrenta a la vida humana en este planeta, pero al conjuntarse, lograron que un tercio de la población mundial pereciera, poniendo en riesgo nuestra especie como nunca antes (y nunca después, por supuesto). En ese año sucedió algo que no fue pandemia, algo que no tenía cura y si se repitiera (¡lo único que nos falta!), hoy tampoco tendría solución.
** Este tal McCormick cuenta que en 536 primero se formó una extraña neblina proveniente del norte de Europa que cubrió gran parte de los cielos, ocasionando que el sol estuviera oculto la mayor parte del tiempo. Esto ocasionó que las cosechas se malograran, que la temperatura general del planeta descendiera dos grados y una nevada azotara en China, lo cual desencadenó una hambruna de proporciones apocalípticas. Los países que reportaron daños por causa de estos fenómenos atmosféricos fueron China, Irlanda y el Imperio Bizantino, que dominaba muchas regiones en la época.
** Hay evidencia de que los principales culpables de esta neblina, fueron un grupo de formaciones volcánicas que hicieron erupción en Islandia y ocasionaron un efecto dominó en varias naciones. Además, otro volcán, Llopango, en América, también entró en actividad, lo cual ocasionó ceniza y oscuridad en las regiones aledañas.
** Tratemos de imaginar que el sol se oscurece de un día para otro y una de las principales fuentes de vitamina D para las personas, deja de estar disponible. Al no recibir rayos del sol, las cosechas se malogran y las personas pierden el sustento. Al paso de los meses la gente comienza a morir de hambre en las calles y en los campos, y si sobreviven, están aquejados de raquitismo y en ese estado son enviados a la guerra (el sol puede faltar sobre el globo pero una guerra jamás). Los pobres mueren de frío porque la temperatura ha descendido.
Sudamérica colaboró
** Ese mismo año –dice McCormick- “sabemos que el papa regente muere a diez meses de haber iniciado su mandato, había grandes conflictos entre los obispos relacionados con las minucias de la fe, que repercutían en el ámbito político. Ya sabemos que en esa época era dos por tres y ya pelaban los sables. La cuestión es que, tal y como lo anunciaban las predicciones bíblicas del Apocalipsis, tres cuartas partes de la población morirían ese año”.
** Pero es muy impresionante saber qué sucedió con el volcán Llopango, cuando los europeos ni siquiera imaginaban la existencia de América. Está situado en lo que es hoy El Salvador y lo activó un terremoto originando una explosión que según los vulcanólogos pudo haber arrojado cenizas hasta los polos. Lo padecieron los Mayas y probablemente zafaron los tehuelches.
** “Al principio tembló todo. Los terremotos sacudieron la tierra. Las primeras explosiones produjeron una onda de choque devastadora. Se crearon corrientes de densidad piroclástica con materiales y gases volcánicos que viajaban entre 150 y 200 kilómetros por hora y que arrasaron con todo a su paso. Al final, se levantó una columna de ceniza de casi 50 kilómetros de altura y sus restos se extendieron 150 kilómetros a la redonda, incluso pudieron haber llegado a los polos del planeta, hace aproximadamente 1.500 años” (1.485). Así describe el vulcanólogo Gerardo Aguirre Días lo que sucedió con el Llopango, aún activo.
** Afortunadamente el 2020 no será el peor aunque hicimos todo lo posible por lograr ese título. Estamos presenciando el primer confinamiento masivo de la Humanidad, ¡la cotización del agua en la Bolsa de Valores!, y el SarsCoV-2 ya no ataca como un ejército sino que plantea una guerra de guerrillas. En Salta ahora tienen el Coronadengüe y el Coronasalmonella, y se descubrió que los anticuerpos (escuche esto) que se forman para combatir el virus en nuestro organismo, cuando lo vencieron quedan calientes y se vuelven contra nosotros, atacando nuestro cuerpo, razón por la que nos sentimos decaídos y volvemos al médico.
¿Y del pinchazo cómo andamos?
** Cualquier Pyme seria hace compromisos de venta en línea con su capacidad y dinámica de producción; en cambio los rusos nos prometen 600 mil vacunas para enero y entregan 220 mil porque más no les dio el cuero. Tienen menos seriedad que las televentas de Llame Ya. Imaginate, si los muchachos militantes vuelven a apagar un freezer con 20 mil destinadas a algún municipio donde gobierna la opo, nos quedarán unas miserables 200 mil dosis que no alcanzan ni para el reparto entre amigos.
** El sueño del pibe se les cumple a los jerarcas del mundo –que no son los presidentes de naciones poderosas, puestos y/o condicionados por ellos–; todos al pinchazo y si algo sale mal, no hay reclamo. País que quiere vacunas (y eso no es opcional) debe firmar un acuerdo que exime de responsabilidades al fabricante. Y nos avisan: Vacunado y todo, no se quite el barbijo, no se meta el dedo en la nariz, y sepa que está cubierto por seis meses pero el virus puede mutar antes. ¡Es raro esto de comprarse un paraguas pero que te avisen: mirá que te puede llover desde el piso! ** ¿Podemos estar peor que en 536? ¡Claro que no! Todavía nos queda el Sol. Roguemos para que no se despierten los volcanes y que los meteoros pasen lejos, que mientras el sol siga ahí… ¡vamos carajo!