Festejo en Nogoyá
Cultural Hernández obtuvo el primer título de su historia
Se coronó campeón del torneo nocturno del Club Libertad
Nogoyá.- El día martes, el estadio Pedro Valente presenció su última jornada de torneo nocturno. Aquel que comenzó en las calurosas noches de enero, tuvo su punto final dos meses después con los mismos actores que el año pasado.
25 de Mayo y Cultural Hernández se volvían a ver las caras. Esta vez a la inversa porque Cultural ingresó por ronda de ganadores, mientras que el Decano lo hizo por ronda de perdedores.
El encuentro fue típico de una final, a nadie le sobró nada y los equipos se limitaron a cometer errores. Esa conducta se vio en el marcador. Los noventa minutos terminaron igualados en un gol lo que obligó a ir al alargue.
Con un jugador menos Cultural Hernández cuidó el resultado, mientras que 25 de Mayo estaba obligado a ganar para forzar un partido más de final. El reglamentario terminó sin ventaja y los penales permitieron al “Cultu” obtener el primer título de su historia.
Y si bien esto debería ser una crónica deportiva, nos detuvimos en como el flamante campeón definió el significado de este logro con una publicación estrictamente poética, transformándose en una postal que graficó cada detalle de una noche soñada para el pueblo vecino.
Con los primeros rayos de sol del día miércoles, hubo letras que estuvieron guardadas por tres décadas en algún corazón resignado deportivamente pero vieron la luz con el título de campeón.
“De camino al trabajo, esta mañana, fui recopilando sonrisas, historias, saludos. De los que vinieron de lejos para acompañar, de los que lo palpitaron desde el pueblo, de los que esperaron a los jugadores en la puerta del club, del que ni es de Hernández pero también lo deseaba” relataron desde las redes del club.
No hubo documento oficial que establezca que ese día sería feriado, pero las licencias laborales se fundamentaron en la pasión, fue un día de “medalla colgada, las redes sociales amanecieron más tarde, la noche se hizo larga. Se hizo esperar, treinta años se hizo esperar. Y hoy (…) se siente distinto el aire, en las radios del pueblo suena la música más alegre, el vecino le sube el volumen y la empleada del mercado nos atiende cantando.
Esa caminata del autor, tiene música propia, confiesa que en sus oídos resuenan aún los cantos de la hinchada, mientras percibe que “el tránsito está más lento que de costumbre, el pan tiene un aroma más profundo, el sol es más brillante, el cajero tiene otras ojeras y las aulas están más vacías. Este día, de medalla colgada, está todo permitido”.
El autor ahora sueña con canchas llenas cuando sean locales, “seguro todos van a parar a observar la copa en el club. Seguro vamos a poder estrenar sponsors, que sin ellos no se puede. Seguro vamos a salir en el diario (y así se está cumpliendo). Lo más lindo es que seguro la cancha va a estar llena de gurises que elijan vestir rojo y blanco y que jueguen a llamarse como el que metió el pase, el que atajó el penal, el que levantó al compañero del piso. Entonces en ese momento la meta estará cumplida”.