Cristian Romero Giraud juega como vive cotidianamente
“Luchar incansablemente por lo que uno quiere”, es una frase que define a Cristian Romero Giraud, uno de los tantos jugadores que desde que comenzó a patear una pelota, soñaba con poder vivir de esto. A los 4 años la pasión por la caprichosa lo llevó a conocer otro de sus amores, el Club Atlético Sarmiento, colores que defendió hasta los 16, momento en el que emigró a Tigre, donde realizó sus inferiores en AFA. Luego de su vuelta pasó a las filas de Atlético Paraná, club con el cual obtuvo dos ascensos consecutivos, llegando al llamado en ese entonces Nacional B. Después del Gato, jugó en Deportivo Achirense, de la Costa del Uruguay. En 2016 llegó el momento de volver a la región para vestir los colores de Viale FBC, con quien fue campeón de la Liga de Paraná Campaña marcando el único gol de la final ante Arsenal (su clásico rival) y dando la vuelta en cancha del Verde. Luego de la V azulada, emigró a Atlético Hasenkamp y allí disputó el ex Torneo Federal C y después se incorporó a Belgrano de Paraná para jugar el Federal B. Luego del Mondonguero, defendió la casaca de Atlético Diamantino, para pasar nuevamente a Atlético Paraná, en donde no terminó del todo bien la situación, ya que quedó libre a mitad de torneo.
Cuando las posibilidades de seguir jugando en categorías nacionales se diluían, apareció Defensores de Belgrano de Villa Ramallo, quien lo sumó para jugar el Torneo Federal A. En su vuelta la temporada pasada, regresó a Atlético Hasenkamp en Paraná Campaña, para luego nuevamente viajar a Villa Ramallo y jugar en el “Defe”.
El defensor central habló con Paralelo 32 y recorrió su vida deportiva, desde sus inicios hasta la actualidad.
-¿Cómo estás llevando la situación?
– Bien, quizás lo que más me cuesta es ponerme a entrenar. Pero una vez que empiezo ya se hace más fácil, hasta sirve para liberar la mente. Tanto encierro te enloquece, y hace bien moverse. Desde el club nos mandan actividades para realizar en todo momento, estamos viendo videos motivacionales para aparezcan las ganas de entrenar. Además nos están enviando compactos de los equipos rivales, para que nosotros analicemos y contestemos algunas preguntas de cada jugador y del plantel en sí. Los profes lo hacen entretenido.
-¿Les cortó la competencia en un buen momento?
– Creo que sí, veníamos levantando. Habíamos sacado siete de los últimos nueve puntos, no es bueno para nadie esta situación, ahora cuando podamos regresar vamos a hacerlo todos en las mismas condiciones. A nosotros nos quedan los rivales de mitad de tabla para abajo, pero sabemos que será muy duro, porque ningún equipo es fácil en esta categoría.
-Venís de tres goles consecutivos, ¿estás en modo goleador?
– Que siga la racha (entre risas), después cuando termine el torneo veremos si es así. Me tocó patear un penal, entró; y desde ahí aproveché para seguir pegándole yo.
-¿Para qué se preparó el equipo?
– Siempre el objetivo es estar bien arriba y pelear la clasificación al hexagonal final. Se hace difícil, porque si bien es un equipo que siempre está entre los primeros de la categoría, no es una institución grande en infraestructura; hay otros clubes que están mejores. Siempre peleamos desde abajo, pero con una calidad de jugadores enorme, y con un estilo de juego muy bueno.
-¿Siempre jugaste de defensor?
– Cuando empecé jugaba de cinco, siempre me querían poner de defensor pero yo no quería, hasta que lo lograron. Después en Atlético Paraná, como los centrales eran muy buenos, me tiré a la banda para pelear un puesto y ahí empecé a jugar de lateral por derecha. Pero mi puesto natural es central.
-¿Fue difícil irte tan joven a Buenos Aires?
– Fue complicado, pero creo que es la edad justa donde tenes que hacer el cambio. Hay muchos chicos que se van en una edad más temprana, y se hace más difícil, porque extrañas mucho y te cuesta estar en otra ciudad. A los 16 llegas a sexta división, pero ya pensando jugar en primera.
-¿Cómo fue la vida en otra ciudad?
– Tranquila. Viví una semana en la pensión y ahí no la pasaba muy bien, entonces decidí irme a Capital donde tengo una tía. Si bien tenía dos horas de viaje para ir a entrenar, lo hacía tranquilo, porque después estaba cómodo.
-¿Por qué te tuviste que volver?
– Llegué a Reserva, me quedaban seis meses para hacer contrato y a fin de año, cuando iba a hacer la pretemporada con Primera me bajaron a cuarta. Fue ahí cuando decidí volverme. Y como siempre quise jugar al fútbol, decidí empezar de nuevo.
-¿Te das cuenta que sos parte de la historia grande de Atlético Paraná por los dos ascensos?
– Fue impensado, porque estábamos jugando el Torneo Federal B. La primera temporada perdimos en cuartos de final y después ascendimos dos categorías consecutivas. Nadie iba a imaginar que eso podía pasar. Se disfrutó mucho ese momento.
-¿Cómo terminó la relación con Paraná en tu segundo paso?
– Si bien me fui un poco molesto con la dirigencia, entiendo que así es el fútbol. Si uno está bien sirve, y si no lo está, no. Yo había llegado a un acuerdo para todo el Federal, era un arreglo de palabra sin contrato profesional, pero a fin de año decidieron limpiarme. En su momento me enojé con los dirigentes, pero la relación terminó bien.
-¿Sentís que quedó una buena imagen después del partido ante Gimnasia de La Plata por Copa Argentina?
– En ese partido no hubo mucha diferencia, la calidad de jugadores no se notó. Si bien la fricción de Primera no es la misma que la de un Federal A, en nuestra categoría marcar un delantero es muy duro; y en esa oportunidad cada vez que lo chocaba a Santiago Silva, no le gustaba y se enojaba.
-¿Tuviste ofertas después de ese partido?
– Terminado el Torneo Federal A me llamaron un par de equipos, pero les comenté mi situación de priorizar el estudio y lo entendieron. Por eso estoy agradecido a Defensores que me hayan abierto nuevamente las puertas.
-¿Cómo estás hoy en Defensores?
– Ahora estoy más tranquilo porque tengo un título en la mano, desde Defensores siempre supieron entender ese aspecto. Estoy listo para seguir peleando, porque creo que aún tengo edad para poder subir de categoría. Mientras el cuerpo me dé, le voy a dar para adelante.
-¿Te gustaría jugar en algún momento en Sarmiento?
– El año pasado quise volver, pero no se pudo dar porque justo Atlético Hasenkamp me llamó. Ahora habrá que ver qué sucede, pero si está la oportunidad, me gustaría jugar en Sarmiento aunque sea un par de fechas.