Un sector en expansión
Crecimiento de la producción de búfalos en Argentina
Este crecimiento ha sido particularmente notable en las provincias de Corrientes, Formosa y Chaco, donde se concentra la mayor parte de la producción.
La producción de búfalos en Argentina ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, consolidándose como una alternativa productiva de gran valor en diversas regiones del país. Según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la población de búfalos en Argentina asciende actualmente a 190.260 cabezas, lo que representa un aumento del 54% en comparación con la cifra registrada hace una década. Este crecimiento ha sido particularmente notable en las provincias de Corrientes, Formosa y Chaco, donde se concentra la mayor parte de la producción.
Historia y evolución de la bubalinocultura
La historia de la bubalinocultura en Argentina se remonta a principios del siglo XX, cuando se introdujeron las primeras razas de búfalos, como la Mediterránea, Murrah y Jafarabadi. Estos animales fueron importados desde Rumania y se destinaron inicialmente a la provincia de Entre Ríos, con la intención de cruzarlos con bovinos para la producción de leche. Sin embargo, este intento fracasó debido a la incompatibilidad cromosómica entre ambas especies, ya que el búfalo tiene 50 cromosomas y el vacuno 60. Como resultado, los búfalos casi desaparecieron del panorama productivo, salvo algunos ejemplares que se destinaron a la caza mayor.
No obstante, en las últimas tres décadas, el interés por la cría de búfalos ha resurgido, impulsado por productores que buscan aprovechar campos bajos y explorar nuevas alternativas productivas. Hoy en día, el sector bubalino está en plena expansión y ha encontrado su epicentro en Corrientes, Formosa y Chaco, aunque su presencia se extiende a 19 de las 23 provincias argentinas.
Factores que impulsan el crecimiento
El crecimiento exponencial de la producción de búfalos en Argentina se debe a varios factores clave. Según Irina Martínez, especialista del INTA Corrientes, la adaptación de estos animales a las condiciones climáticas de las regiones productoras es uno de los principales motivos de su éxito. Además, el búfalo se destaca por su capacidad para realizar cría, recría e invernada, así como por ser un animal de doble propósito, útil tanto para la producción de carne como de leche.
Martínez también subraya la rusticidad del búfalo y sus bajos costos sanitarios como ventajas competitivas. El búfalo posee un cuero más grueso que el de las vacas, lo que le permite resistir mejor a las garrapatas, un problema común en el ganado bovino. Además, sus indicadores productivos en Corrientes son impresionantes: un porcentaje de preñez del 80 al 90%, destete con 230 kg a los 10 meses, y una longevidad promedio de 18 años, entre otras características que lo hacen una opción viable en escenarios de bajos recursos forrajeros.
Perspectivas futuras y estrategias de desarrollo
El INTA Corrientes está llevando a cabo diversas estrategias para impulsar aún más la producción de búfalos en la región. Estas incluyen la generación de datos productivos locales y la colaboración con universidades e instituciones para la transferencia de conocimientos y tecnologías a los productores. En Corrientes, existen cerca de 1.000.000 de hectáreas disponibles para la producción de búfalos que aún no han sido explotadas, y se estima que estas tierras podrían albergar más de 497.588 cabezas.
El crecimiento anual de la producción bubalina en la región se sitúa entre un 8% y un 12%, lo que refuerza su viabilidad económica frente al ganado bovino. Por ello, el INTA, en conjunto con las agencias de extensión rural y los productores, está centrado en transferir conocimientos sobre la especie para fomentar el desarrollo de este sector productivo.