Complicada situación de una persona acusada de estafa
Victoria.- Los escraches y denuncias por Facebook son moneda corriente en nuestra sociedad, muchos de ellos no son ciertos y se engloban dentro de las llamadas Fake News (noticias falsas). En esa delgada línea entre la mentira y la verdad las redes sociales sirven para viralizar acusaciones contra pedófilos, violencia de género en todas sus formas, perfiles falsos, e innumerables cuestiones que suelen tener una vía judicial paralela. Y es allí donde el periodismo busca para saber qué grado de autenticidad existe en tales afirmaciones.
Recientemente, a través de la red social que creara Mark Zuckerberg empezaron a replicarse comentarios contra una persona, que habría realizado reiteradas estafas a sus compañeros de trabajo.
El caso no ha tenido tanta difusión mediática como podría pensarse, pero sin dudas, hay familias afectadas por este accionar que básicamente consistía en tomar créditos con las tarjetas de débito y el CBU de sus allegados en lo laboral y transferirse ese dinero a su propia cuenta.
Mientras los damnificados lanzan improperios al éter, porque algunos hasta que denunciaron fueron pagando las cuotas de ese crédito que esa persona (a quien reservamos su identidad hasta que se compruebe su culpabilidad —N. de R.) venía haciéndoles tomar, incluso desde 2019, y por cifras de hasta 200 mil pesos. En la Justicia local Paralelo 32 pudo saber que hay casi una decena de denuncias en su contra.
La acusada ya propuso abogado para que lleve su causa, dado que cuando se normalice la atención presencial en el juzgado está previsto que le tomen declaración. Mientras tanto, las redes explotan de comentarios e imágenes de los comprobantes de pago, y de los familiares que añaden en las circunstancias en que se habría producido esta supuesta estafa, montos de cancelación de cuotas, etc.
El Hospital Salaberry aparece en la causa porque la acusada se desempeñaba en este espacio cuando se habrían producido los hechos antes descriptos. Y se advierte que, como era “macanuda”, varias compañeras le pedían que les ayudara con trámites de distinto tipo, entre esos favores estaba hacer home banking.
Con ese acceso remoto a las cuentas, la acusada habría tomado créditos y usó el dinero para pagar sus compras, o si podía, se lo transfería a su propia cuenta.
En el detalle también hay otras cuestiones vinculadas a la poca familiarización que tienen algunos usuarios con sus CBU al momento de concurrir a sus cajeros, y en este caso hubo alguna que, como no sabía cuál era el número, le habría pedido a esta persona que le ayude. Pero cuando fueron a una de estas sucursales bancarias para hacer la operación, la acusada le habría sacado dinero y lo habría transferido a la cuenta de otra conocido/a de quien ella también tenía la tarjeta.
La mayoría de las denuncias datan de noviembre de 2020 en adelante, pero hay algunos hechos que como advertimos son del 2019, sino que los supuestos estafados no se habrían dado cuenta.
Habría indicios de que este modus operandi se exacerbó de marzo del año pasado en adelante, porque con el comienzo de las restricciones por Pandemia, hubo más personas que necesitaban hacer trámites virtuales y le habrían pedido ayuda, o ella misma se habría ofrecido. La Fiscalía local allanó su lugar de residencia y secuestró elementos de prueba —pudo corroborar Paralelo 32— y también solicitó al Juzgado de Garantías una orden para el banco, a fin que cesen los descuentos de los créditos. A esto último se hizo lugar, mientras se materializan pedidos de informes y recopilación de otras pruebas.