Como funciona la oferta y la demanda en los mercados
Muchas veces he mencionado en esta columna los efectos que resultan de la interacción de los diferentes actores económicos, ya sea que los mismos compren o vendan. Decimos que cuando hay compradores y vendedores entonces hay mercado. Por lo tanto, quien quiere comprar diremos que es “la demanda” y el que vende es “la oferta”. Por supuesto que en Argentina el mercado es una mala palabra. Decir que el mercado hace tal o cual cosa es equivalente a decir que si el diablo se mete ahí para empobrecer y maltratar a todos los ciudadanos honestos. ¿Pero porqué ocurre esto? En realidad, más que nada es por ignorancia de lo que es un mercado.
Por supuesto que existen distintos tipos de mercados, podemos mencionar los mercados de bienes y servicios, los mercados de valores, de derivados, de dinero, etc. Efectivamente allí, donde existan compradores y vendedores -de lo que sea- habrá mercado. También es cierto que en los mercados participan actores con distintas intencionalidades ya que se pueden encontrar desde comerciantes que compran bienes para luego venderlos a los consumidores finales y así obtener una ganancia que les permita alimentar a su familia, hasta especuladores que por el solo hecho de ganar dinero compran y venden, es decir que no les interesa más que llevarse una ganancia lo más rápidamente posible, incluso muchas veces sin conocer muy bien lo que están comprando o vendiendo.
Por eso, habrán escuchado a los gobiernos de distintos países acusar a los especuladores de todos los males que se presenten. La realidad es otra, esos especuladores también cumplen una función muy importante puesto que, al comprar y vender de manera continua para obtener un beneficio, generan liquidez para que el resto de los participantes puedan encontrar a quien comprar o a quien vender cuando quieran.
Muchos de esos mercados están regulados, es decir están controlados para que algunos no quieran aprovecharse de otros. Como todo en la vida, no siempre las personas son tan honestas y allí es cuando interviene el Estado para evitar esas avivadas. Claro que también puede suceder que la injerencia del Estado no se limite solo a la regulación, sino que interfiera directamente alterando la formación de precios. Cuando eso sucede, cuando los precios se forman en mercados con interferencia en su determinación, comienzan los problemas. Se altera la ecuación de oferta y demanda, causando entre otros efectos el desabastecimiento, por ejemplo. Interferir con los mercados no es gratis porque el que termina pagando los costos siempre es el consumidor final. Leía esta semana que la camiseta que usara Diego Maradona en el partido contra Inglaterra en el mundial del 86 fue subastada y adquirida por una suma de alrededor de 9 millones de dólares. No faltó alguien que dijera que si se remataran 5.000 camisetas de Maradona se pagaría la deuda con el FMI. Terrible error, si existieran 5.000 camisetas entonces no valdrían casi nada, ya que, lo que le da el valor, es que es un bien escaso y solo hay una en el mundo. Lo peor de todo es que el que lo dijo era un economista. ¡¡Ups!!