Celis purga cárcel en Victoria y Varisco está en la cuerda floja
El impacto que causó en nuestra provincia el llamado a indagatoria al intendente de Paraná Sergio Varisco, más un funcionario y una concejal, pone en superficie el negocio del narcotráfico paranaense, que a pesar de la eficaz acción de la Justicia Federal crece en nuestra provincia socavando los cimientos de la sociedad. En los últimos años el Juzgado Federal de Paraná ya procesó a 102 personas relacionadas con este negocio millonario, según sumó el periodista Jorge Amado en diario Uno. Solo tres de ellos fueron absueltos. El secuestro de cargamentos de estupefacientes también ha marcado records, entre ellos un cargamento de marihuana de 6.000 kilos (2015 – ruta 18) y otro de 10 mil kilos en 2007 (Ruta 127). Y más recientemente el secuestro de 67 mil pastillas de éxtasis en Paraná, droga de carácter letal porque causa la muerte de los consumidores. En los tres casos la cantidad fue record nacional. Esta semana fueron condenados los tres responsables del intento de ingresar el éxtasis.
En una escala muy inferior a la convulsionada Rosario, o parecida si lo calculamos por proporcionalidad poblacional, Paraná registra una cantidad importante de muertos en luchas entre bandas y procedimientos policiales. Las cúpulas narcos se fueron renovando en los últimos 20 años, mayormente por asesinatos a manos de sicarios en la puja por el negocio o deslealtades. Hay nombres que escribieron una historia delictiva importante, entrando y saliendo de las cárceles.
Entre Ríos en el mapa del narcotráfico
Tenemos en esta provincia todos los condimentos propios del narcotráfico, con sus crímenes, sus cómplices en el poder, y también los que exponen su vida para combatirlo. Si la ciudadanía sabe poco al respecto no es por falta de difusión de los medios. En otro plano, ya en 2015 el periodista Daniel Enz publicó el libro “Los hijos del narco”, exponiéndose a todos los riesgos que implica relatar quiénes son y cómo operan en Paraná. Por estos días apareció un segundo libro del mismo autor titulado “Las cenizas del narco”. Ambas obras contienen mucho de lo que su autor viene publicando desde hace años en la revista Análisis, lo suficiente como para que en todo el oeste y centro entrerriano se tome conciencia de que el narcotráfico se expande constantemente. En la capital provincial funciona –y crece- un esquema de narconegocios estructurado por individuos de esa ciudad y de Santa Fe, en conexión con Bolivia, Paraguay o Uruguay. Desde Paraná la banda Celis extiende sus redes a las localidades de San Benito, Viale, Hernandarias, Nogoyá (sería la plaza más importante después de Paraná), Seguí e incluso hasta Santa Fe, Santo Tomé y Alto Verde. El negocio consiste en la venta de marihuana al menudeo y en el aprovisionamiento a otras pequeñas bandas, según la reconstrucción que hizo tiempo atrás el sitio Página Judicial.
Tráfico y política
El intendente de Cambiemos no declaró el martes, cuando estaba fijada la audiencia, sino que pidió la recusación del Juez Ríos por haber sido el abogado que accionó contra él en el caso de la muerte de la ex concejal Mercedes Lescano, quien falleció en un accidente mientras viajaba junto a Varisco, en 2003. Podría pensarse que comenzó el operativo dilatación de los tiempos procesales, pero no tardaron en circular fotografías de la viceintendente Josefina Etienot que despertaron sospechas, donde se la ve compartiendo momentos de grata distensión con el juez Ríos. En coincidencia, Etienot salió por un medio a criticar duramente la actitud de Varisco al recusar al doctor Ríos. La pelea por la sucesión parece estar planteada, aunque luego Etienot dijo que no asumiría en caso de licencia o renuncia del jefe comunal.
La situación de Varisco es grave desde la carátula misma de la causa por la cual fue citado a indagatoria: “Comercio de estupefacientes”. El juez Ríos quiere saber si le compró a los Celis dos kilos de marihuana y si el concejal Pablo Hernández también compró uno. Dispone de copias de mensajes por las redes sociales y de escuchas telefónicas que lo ponen al intendente paranaense en la escena del pisadero narco. Hay expectativa por lo que diga en indagatoria, por la acumulación de pruebas en su contra. Igualmente comprometida está la funcionaria de la Secretaría de Seguridad de la Municipalidad, Griselda Bordeira.
Entradas y salidas de la cárcel
En 2002, después de estar preso en Posadas (Misiones), Tavi Celis vino a Paraná, donde fue detenido por recibir un envío de 7 kilos de cocaína que le llegó por ómnibus desde aquella provincia, pero fueron liberados él y sus cómplices por falencias en el procedimiento de la policía misionera. Debieron pasar 5 años más hasta que volvió a la cárcel junto con su hermano menor Miguel Ángel, por 50 kilos de marihuana que se le hallaron en Santa Fe durante un allanamiento. Fue solo por unos meses, porque la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario decidió revocar el procesamiento, dictó la falta de mérito y ordenó la inmediata libertad de los hermanos Celis convirtiéndolos nuevamente en “buenos muchachos”.
No pudo evadir la cárcel en junio del año pasado, cuando policías federales irrumpieron en un campo de Colonia Avellaneda en el momento que se descargaban unos trescientos kilos de marihuana de una avioneta a una camioneta. Quedaron presos Miguel y Tavi Celis, sus esposas, sus padres y su padre de crianza.
En Paraná hubo en las últimas décadas varios narcos condenados por la justicia, pero los Celis eran los más famosos en libertad. Como es famoso también el narco Gustavo ‘Petaco’ Barrientos, jefe también de la barra brava de Patronato, la misma que golpeó bombos durante varios días frente a Tribunales cuando Barrientos fue detenido por la muerte (fusilamiento) de Matías Giménez y Maximiliano Godoy.
Ganar tiempo
Ahora Varisco busca ganar tiempo sabiendo que su situación es grave, porque lo comprometen demasiados elementos probatorios en este acuerdo donde aceptó –según los investigadores- entregarle a Celis 40 cargos municipales a cambio de apoyo económico en la campaña. Al parecer cumplió solo con 25 pero colocó a uno de sus lugartenientes a cargo una de las unidades sanitarias (recolección de residuos), lugar clave para comandar el movimiento de camiones recolectores o desconectarles los GPS cuando hacía falta.
Cuando Celis fue a parar a la cárcel de Victoria el año pasado, para cumplir una condena de 7 años y medio, le estaba reclamando a Varisco el incumplimiento parcial de ese acuerdo, que le facilitó la disponibilidad de vehículos municipales para el reparto en los tres barrios donde desplegaba sus negocios, pero quedaron algunos muchachos esperando su incorporación.
Comprar conciencias
La habilidad de los Celis para comprar conciencias dentro de la Policía era evidente, porque más de una vez pudo eludir controles gracias a que le “soplaron” desde adentro. Aun así, afirma el periodista investigador Daniel Enz, “no pocas veces, en estos últimos años, le interceptaron algún cargamento” de valor millonario pero no movió un dedo. “En la jerga del narcotráfico, cuando se secuestra un cargamento, pasaron tres o cinco por otro lado, destinados al misma comprador”.
El clan Celis nunca dejó el negocio, y se asegura en medios paranaenses que no ha tenido que ir a ofrecer ayuda a los candidatos de ningún partido, porque todos venían a él para pedírsela. Por esos acuerdos sentía impunidad, pero su final era cuestión de tiempo. Con un juez decidido le llegaría, igual que a tantos que lo precedieron en el negocio de la droga en la capital entrerriana.
Luis Jacobi (dirección@paralelo32.com.ar)