Cannabis medicinal: De la prohibición a la producción industrial y la salud
El cannabis (marihuana) es una de las ‘drogas prohibidas’ en casi todo el mundo, incluida Argentina. Pero, históricamente no fue así. En el pasado fue un reconocido remedio en diversas culturas humanas. Se usaba hace 5 mil años en el Antiguo Egipto de los Faraones. Actualmente, hay una creciente demanda social por sacar a la planta de la prohibición como estupefaciente y reinsertarla en la economía de la salud y el uso industrial.
Leyes 27.350 y 10.894
En Argentina está vigente la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis y creó el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) que incluye a las personas que realizan un cultivo controlado de la planta. Entre Ríos, a través de la Ley 10.894 adhirió a la norma nacional vigente y permite desarrollar producción e investigación sobre el cannabis para uso medicinal. Ahora, en la convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso de la Nación para febrero, el Poder Ejecutivo Nacional incorporó entre varios proyectos a discutir, una iniciativa de ley marco para la producción medicinal de cannabis y cáñamo industrial.
Un importante actor en la redacción y defensa de la ley entrerriana es el abogado Javier Orduna, quien habló con Paralelo 32 sobre el tema. “Tenemos que desandar todo lo que se mal enseñó a partir del prohibicionismo. Hay un estigma total a la planta. En Hasenkamp, en 1942 se cultivaba cáñamo, que es una variedad de cannabis. El cáñamo va orientado más a la producción de fibra, pasta de papel, y la otra va orientada más a lo medicinal”, comentó el especialista durante la charla.
Desarrollar una industria
Orduna señaló que a mediano plazo, la idea es empezar a desarrollar la industria del cannabis. “Se sabe desde hace muchísimo tiempo y se ha redescubierto, que el cannabis se utiliza para la salud de las personas. Se ha empezado a instalar también en Entre Ríos, que importaba mucho de Uruguay, donde ya se produce y consume. Hay una demanda, y hay que asistirla, generando una industria nacional que reemplace, en principio, la importación del cannabis medicinal”.
El entrevistado fue al meollo económico del tema: “Un aceite medicinal importado en frasquito vale 66 mil pesos (382 dólares a fines del año pasado, N. de R.). La pregunta es por qué ese aceite de cannabis es importado. ¿Se puede hacer acá? Sí, por supuesto. Se puede hacer y se hace. ¿Quiénes lo hacen? Profesionales de la salud, farmacéuticos, ingenieros agrónomos. Personas que desarrollan la cadena productiva del cannabis desde la semilla, cosecha y post cosecha”. En Entre Ríos se puede producir a un décimo de su valor importado.
Regla general: la prohibición
– Con las nuevas leyes, ¿qué se puede hacer y qué no se puede?
— En principio, la regla general en Argentina es la prohibición. ¿Qué está prohibido? Cinco renglones de verbos en la Ley de Estupefacientes (tener, llevar, transportar, facilitar, investigar, etc.). Ahora, en 2017 se legisló una ley medicinal que permite algunas acciones con cannabis. La ley de Estupefacientes prohíbe, pero dice ‘salvo que haya un permiso’. La ley de cannabis medicinal viene a ser la excepción ‘con permiso’ a la prohibición general.
– ¿Cuál es la excepción?
— Que siempre que sea con fines medicinales o de investigación para generar conocimiento sobre para qué sirve el cannabis. La ley nacional 27.350 permite los usos médicos y de investigación del cannabis medicinal. La ley de Entre Ríos, que es la más avanzada en nuestro país, permite que no haya un límite de plantas en el cultivo para que no se interrumpa un tratamiento si al productor se le mueren las pocas plantas que tenga. Además, permite el acceso a la información y el testeo, porque se sabe que la mayoría de los aceites que andan dando vuelta en el ‘mercado gris’ no tienen testeo. Al mismo tiempo se estableció un banco de aceites y semillas en el ámbito del Ministerio de Producción de la Provincia para proveer a las personas que quieran cultivar o acceder al aceite.
– ¿Hay un solo tipo de cannabis? ¿Se está reglamentando para algún tipo especial?
— Parte del problema del prohibicionismo fue que impidió investigar la planta del cannabis. Ahora, se está descubriendo que, si bien es una planta, hay un montón de variedades. Algunas variedades no tienen el mismo efecto que otras. ¿Qué se habilita por ley? Todas las plantas de cannabis que existen en Argentina. No se necesitan inversiones ostentosas. Con unas cuantas plantas se puede empezar. Se debe estar inscripto en el REPROCANN.
– A menudo las noticias informan sobre alguien detenido por tener plantas de marihuana. ¿Qué pasa, no está inscripto en el Registro?
— A veces está, pero las fuerzas policiales no saben sobre esto. Por eso, yo le exijo al gobierno provincial cumplir con la formación a las fuerzas de seguridad y a los operadores judiciales, que establece el artículo 18 de la ley provincial. Porque si uno viaja con cannabis en la ruta, lo detienen y lo molestan, la policía no estaría cumpliendo con la ley.
Resistencia e intereses
– ¿Hubo resistencias cuando se trató el proyecto de ley?
— Sólo se opuso una diputada del PRO en un momento, y nada más. Después, la ley salió por unanimidad. Hubo lobby en contra desde el Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos, pero siendo una demanda social…
– ¿Dónde estaba el problema con el Colegio?
— El cannabis sustituye un montón de medicamentos. Una persona con epilepsia que tiene 28 convulsiones por día y toma ocho pastillas, tomando aceite de cannabis pasa a tres convulsiones casi imperceptibles y baja el consumo a tres pastillas. El cannabis ayuda a disminuir las dosis de los medicamentos. Actúa sobre el sistema endocannabinoideo del cuerpo, permite que los medicamentos se asimilen mejor y se pueda tomar menos. O gente grande que consume aceite de cannabis y dejó las pastillas para dormir. Creo que el lobby farmacéutico se opone hasta que ellos puedan incursionar de manera incisiva sobre la industria. Es mi opinión.
– ¿Con las leyes aprobadas, se abre el camino hacia la desregulación total?
— Creo que se va avanzando a una regulación total. Si el cannabis está prohibido por la Ley de Estupefacientes, pero hay leyes provinciales que permiten ciertas conductas, se va regulando. En el Congreso de la Nación se discute un proyecto de ley que establece una cadena productiva del cannabis, porque hay un consenso social que lo habilita. Hay un mercado de exportación interesante para la Argentina, que podría generar empleo en nuestra provincia.
– ¿Por su geografía y clima, Argentina puede producir cannabis y cáñamo?
— Sí. En el caso del cáñamo, ya lo hacía. Pero, producto del decreto-ley 21.675 del año 1972, de la dictadura de ese momento, se prohibió el cultivo de cáñamo. Hay que aclarar que la Convención Única de Estupefacientes a nivel internacional, no prohíbe el cáñamo con fines industriales. Al contrario, lo excluye de la lista de prohibiciones. Esto es importante, porque nos estamos perdiendo una industria muy interesante. Necesitamos que el Estado acompañe a los empresarios, que puedan ejercer la actividad de manera tranquila. Hay trabajadores y profesionales de la salud involucrados. El Estado garantiza esta actividad por ley, pero al mismo tiempo cuando uno quiere acceder a estos productos en el hospital, no puede. La Corte Suprema condenó a Iosper para que garantice un tratamiento de salud con cannabis medicinal a un afiliado.
El porro y la ley
– El pibe que sigue fumándose un porro, ¿está fuera de la ley?
— No necesariamente. Porque puede estar autorizado por el REPROCANN. Hay que ver si ese consumo cuenta con el aval de un médico. Hoy en día fumar cannabis es considerado parte de un tratamiento médico. Cuando uno va al médico, le comenta que planta cannabis y lo consume, que por ese consumo está más relajado, que le abrió el apetito, que consume de manera recreacional muy esporádicamente pero su cultivo es medicinal, entonces, ese porro es un consumo legal, está autorizado. En el REPROCANN uno se anota con el acompañamiento de un profesional de la salud. Hoy hay más de 77 mil aprobados, y un millón de inscriptos, a nivel nacional. Yo puedo ir con mi bolsita de cannabis de Crespo a Buenos Aires, ida y vuelta, eso está permitido. La bolsita de cannabis es casi un sinónimo de un Ibuprofeno. Si lo seguimos vinculando con el ‘porro’ impide ver que estamos afectando la salud de muchas personas.