Cada victoriense consume 370 litros por día de agua, lo que en materia ecológica sería un aplazo
Victoria .- La llegada del verano y el aumento de la temperatura es uno de los determinantes para que comiencen a producirse problemas con el servicio de agua potable.
Los primeros llenados de piletas en el área urbana, cañerías obsoletas, el riego en calles y huertas, hacen el resto. Lo real es que en muchos lugares de la ciudad comienza a producirse la falta de agua, y en otros la poca presión. Por otra parte quedan viviendas sin agua durante el día porque tienen problemas para el llenado normal de los tanques de las mismas, en altura.
Según Sebastián Uhrig, titular de Obras Sanitarias (OS), la red tiene un problema estructural, todavía conviven la vieja cañería de hierro cuyo interior ha disminuido notablemente el diámetro por la presencia de óxido; esto ocurre en lugares claves del caso histórico, además no hay llaves de circuito, para redireccionar el flujo, hacia determinados barrios. “En algunos casos los caños de hierro están prácticamente obturados”, lamentó.
La municipalidad local ha presentado un proyecto que inclusive fue aprobado por las autoridades del ENHOSA y específicamente su director, Enrique Cresto, quien ha prometido el financiamiento por un monto estimado en 10 millones de dólares (al cambio oficial), que solucionaría los problemas de agua por 20 o 30 años, teniendo en cuenta el crecimiento demográfico de nuestra ciudad. El proyecto fue presentado ante las autoridades del Ente nacional, pero se podría materializar a mediano o largo plazo, se hará en etapas debido a su alto nivel de inversión.
Piletas
Reiteró que para esta crisis de servicio de agua insuficiente ha sido clave el llenado de piletines familiares (las Pelopincho), que prácticamente tienen muchas viviendas de nuestra ciudad, a lo que se agregan algunas de material o plástico duro de mayor volumen. “Es notable como los vecinos presentan sus quejas porque no tienen agua y en las casas vecinas todos tienen piletas”, señaló. Agregó que las familias colocan la manguera para el llenado y las dejan por muchas horas, hasta que terminan de completar el volumen.
El otro “culpable” de la falta de agua es el riego que habitualmente hacen en distintos barrios en calles de tierra, sumado a la cantidad de litros con el que riegan patios para morigerar las altas temperaturas o huertas. “Todas estas cuestiones impactan en la reserva de agua”, insistió.
Producción
Los victorienses, situados sobre un importante acuífero de agua dulce, todavía consumimos como si en el mundo sobrara el agua y aquí no se va a terminar jamás, o como si a mayor consumo es mayor la cantidad de energía consumida y también de productos químicos. En materia de conciencia ecológica resultamos aplazados.
Se producen entre 16 y 17 millones de litros, lo que representa un promedio de consumo per cápita más de 350 litros, partiendo de la base que Victoria tiene estimativamente 50 mil habitantes. Por si no quedara claro, la cápita incluye desde bebés recién nacidos hasta personas muy mayores que generalmente tienen bajo consumo pero pueden estar entre los perjudicados por la falta del vital insumo.
A modo de ejemplo comentó Uhirg, que un ingeniero o arquitecto que construye una casa planifica la colocación de tachos de reserva, estimando un promedio de consumo de 200 litros por persona por día, que es lo normal. Estamos realmente muy por encima de este volumen, señaló. La sociedad tampoco dimensiona que cuando se hace un mal uso del servicio, gastando agua de la red en demasía, está perjudicando a otros que no reciben el líquido con buena presión o directamente no le llega. La gente en estos casos tiene que esperar, especialmente en horas de la noche, para la carga de tanques ubicados en los techos de las viviendas, aunque no todas las veces es posible. Según Uhrig -en diálogo con Paralelo 32 –es notable la caída de presión en los días de calor.