Baile de egresados: ¿Celebración académica o desfile de moda?
Victoria.- La fiesta de egresados se ha transformado casi en un desfile. Pasa que la conocida ‘bajada’ es un momento tan efímero como sostenido, porque la magia de la fotografía lo cuelga en esa cosa tan relativa llamada tiempo. Entonces, conseguir el vestido perfecto y mostrar la imagen deseada se transforma una tarea difícil de encarar a solas.
En este marco, Paralelo 32 consultó a dos especialistas en estos tópicos: la diseñadora de alta costura Jorgelina Patrignani y el productor estilista de moda César Pittaluga. Ambos, con diferentes cosmovisiones, encontraron puntos de fuga y analizaron las celebraciones de la semana antepasada.
César Pittaluga
“Yo me encargo del estilismo personal, eso es hacer que funcione la peluquería, el maquillaje y la ropa en función de lo que la clienta me pide”, se presenta César. En este sentido, cuenta que necesita dialogar con la persona que va a asesorar para conocer su personalidad y poder mostrar por fuera lo que ella es por dentro.
“La clienta me cuenta su idea y yo busco por mi lado lo que pienso que le quedaría bien. Entonces, aunamos criterios y comenzamos”, narra. De esta manera, el estilista de moda explica que por lo general acompaña a la clienta a Rosario para comprar los géneros, zapatos y accesorios. «Antes las chicas simplemente compraban un vestido y listo, pero hoy en día el estilismo ha adquirido más importancia que el vestido, un peinado puede definir todo. Incluso, un look se puede armar en base a un par de aros”, sostiene.
“Por ahí la gente cree que todo esto se trata de un gasto abismal, pero soy muy accesible. He hecho vestidos de todos los precios”, desmitifica. “Para mí no hay persona que esté mejor vestida de la que lo está acorde a su personalidad, no puedo disfrazar a alguien de lo que no es”, aclara.
César asesoró integralmente a seis chicas este año. A este respecto, comenta: “Yo quería que se notara que ellas tenían un asesor detrás y que impusieran tendencia. También, que vayan diferentes entre sí y que cada una muestre algo distinto”. Asimismo, remarca: “Para mí la premisa número uno es que la clienta esté contenta con lo que tiene puesto”.
“Todos comunicamos a través de nuestras prendas, nuestra ropa habla de nosotros. Por algo alguien elige ponerse una remera gris en lugar de una negra, hay una psicología de la moda”, reflexiona. “Desde que nos paramos frente al ropero y elegimos qué ponernos, estamos decidiendo qué imagen vamos a mostrar de nosotros mismos”, remata.
—¿Qué viste que se usó y cuáles fueron las tendencias en la fiesta de egresados?
—En una fiesta de esta magnitud donde hay tantas chicas y vestidos, por lo general se recurre a modistas para no correr el riesgo de repetir el vestido. En cuestión de tonalidades, se usaron mucho los colores pasteles, el color nude (que ahora está de moda), los tonos como el blanco y el rojo que siempre se repiten en la recepción. También se usaron vestidos de lentejuelas, que funcionan muy bien en los escenarios porque tienen mucho brillo. Con respecto al cabello se utilizaron peinados románticos. Pero hay que recordar que las chicas tienen 17 años y es un baile de egresados, tienen permitido usar cualquier cosa y con lo que se sientan cómodas. Tampoco se trata de gastar fortunas, es cuestión de utilizar el ingenio para emplear bien los recursos disponibles.
Jorgelina Patrignani
La diseñadora de alta costura realizó once vestidos para la noche de aquel viernes. Nos aclara que no existe un tiempo estimado para la confección de un diseño y, al igual que César, asegura que el diálogo con la clienta es de vital importancia para lograr una imagen armónica.
Así las cosas, le pedimos a Jorgelina que nos cuente lo que pudo verse en la fiesta. “Los colores naturales, dorados y blancos ya son un clásico y pudieron apreciarse. También, se vio mucho el azul noche y un color que es nuevo en la temporada llamado nude, que vendría a ser un rosa pálido”, introduce. Y, agrega: “No se animaron tanto al rojo, que se usa mucho, pero algunos rojos se vieron”.
Pero con respecto a la selección de los colores, la diseñadora aclara que depende de cada persona. “Por ahí no hay que adaptarse cien por ciento a lo que se usa, sino a lo que le quede bien a uno”, opina.
Antes de esbozar cualquier idea, Jorgelina tiene una cita previa con la clienta. En ese encuentro acuerdan proyectos y se eligen los materiales. “Mayoritariamente vienen con una idea y de ahí partimos. Armamos el modelo, buscamos los materiales y después se inicia la confección”, describe.
—Más allá de los colores, ¿qué notaste en la fiesta?
—Se vio mucha transparencia, se utilizaron los tules transparentes con apliques. También hubo encajes, tules bordados. Asimismo, existió una tendencia minimalista de vestidos lisos con sólo el corte.
Llegados a este punto, Jorgelina nos cuenta qué tiene que tener todo buen vestido. “Primero un buen material, y después un buen corte. El corte vendría a ser que calce bien el vestido. Eso es lo primordial y no hay mayor secreto”, dice. Otra de las cualidades que señala es “saber llevar el vestido”, que tiene que ver con la armonía entre la ropa y la personalidad de la persona.
Finalmente, para cerrar la nota no olvidamos preguntarle qué se va a usar este verano. “En vestidos se va a usar mucho bordado, mucho tul. Bordados con transparencias, los colores claros, principalmente el nude y el celeste serenity. Pero en colores fuertes se va a usar el rojo y el naranja. En cuanto a la silueta se usa el corte a la cintura, siluetas al cuerpo e incluso siluetas más lánguidas. Hay mucha variedad, cortes y colores que se pueden adaptar a la personalidad de cada uno”.