Sociedad
Alegato en defensa del tamango de cuero
Mientras estoy aquí, comenzando párrafos y borrándolos ya sea por no saber cómo continuarlos o porque la idea no me pareció apta, me dispersé en asuntos insustanciales (habitual en mí) hasta hacerme una pregunta de las más difíciles de resolver.
** Mientras estoy aquí, comenzando párrafos y borrándolos ya sea por no saber cómo continuarlos o porque la idea no me pareció apta, me dispersé en asuntos insustanciales (habitual en mí) hasta hacerme una pregunta de las más difíciles de resolver. Qué carajos haré con ese par de zapatos cuero de lagarto (por mí se hubiesen ahorrado el animalito), charolados, autobrillo, acordonados y con poco uso, que todavía están en su caja para mejor guarda, que ya empieza a estorbar donde quiera que se la ponga.
** Puede haber sido un regalo, o quizás los compré para algún acontecimiento especial, tipo colación de grado, casamiento, o uno de esos momentos de cuando la corbata y los zapatos de cuero bien lustrosos todavía estaban bien vistos y no delataban un grosero símbolo ochentoso. Hoy, con ellos puestos, sos viejo aunque te hagas el canchero en la pista sacudiéndote al ritmo de un rap. Los tarros te delatan. En los 80 les llamábamos así; tamangos, timbos, tarros… Hoy se hallan en extinción y se ven solo zapas de suelas sintéticas.