Aldea Protestante: A 142 años de la llegada de los inmigrantes
Aldea Protestante (Paralelo 32).- Aldea Protestante cumple 142 años este 21 de julio. Los relatos de la época plantean que los inmigrantes llegaron a Entre Ríos en 1878 y debieron recorrer un penoso camino para llegar hasta la zona de Diamante, que se encontraba en los altos de enormes barrancas.
Estos colonizadores se trasladaron después a un campamento rústico, en el que se habían construido galpones de paja. Emprendieron un viaje de varios kilómetros en carretas cargadas con pocos enseres domésticos y ropas.
El campamento estaba ubicado a pocos kilómetros al nordeste de Valle María, en tierras vírgenes, jamás roturadas ni sembradas. De los tres galpones allí instalados, dos fueron ocupados por los católicos y el tercero por los protestantes. Cada domingo, ante la carencia de un pastor, los protestantes se reunían para leer en comunidad pasajes de la Biblia y cantar los himnos habituales para esa ocasión.
Terminadas las tareas de mensura, el gobierno de aquella época les comunicó que se llevaría a cabo un sorteo de las chacras para cada familia de esa zona, por lo que todos deberían aceptar y comprometerse a vivir en su lote.
La situación se tornó incómoda, ya que ese no era el modo de vida al que estaban acostumbrados. Al recibir un ultimátum, los inmigrantes interpusieron su decisión de irse a lugares donde no hubiera restricciones relacionadas con el agrupamiento en aldeas. Finalmente, la Nación accedió a esa petición y resolvió la cuestión conforme sus deseos.
Sin embargo, los protestantes sufrieron una amarga experiencia en relación a su radicación. Como todo poblado, buscaron la cercanía de un arroyo y napas de agua poco profundas. Se establecieron a orillas del arroyo Ensenada, al sudeste de la colonia, pero pronto se dieron cuenta de que el lugar era inadecuado por la existencia de napas muy profundas.
Después de una lluvia, el agua se mantenía sucia, no potable e inapta para el consumo. Además corrían peligro a causa del desborde después de una gran lluvia. Así, perdieron tiempo por su inexperiencia, pero hallaron luego un lugar mejor, en donde se levanta actualmente la aldea.