La cultura de los pueblos
Agosto, caña con ruda y santo remedio
Este jueves se cumple con el rito pagano de beber los tres sorbos de la bebida • Una tradición que atraviesa generaciones y rescata la cultura de los pueblos • Pero dejemos que lo explique Sebastián Cejas.
Nogoyá.- Es 1º de agosto, día de la Pachamama, de la Madre Tierra, pero en nuestra región ha sido catalogada la jornada como el ‘Día de la caña con ruda’.
No hay decreto ni ley terrenal que establezca tal celebración con ese rótulo, pero al tratarse de un rito pagano, nadie se atreve a torcer el concepto. En el norte del país es el día de la Pachamama, aquí es una ocasión propicia para el encuentro, para compartir así como compartimos el mate y minutos de charla.
Este 01 de agosto, hay que tomar tres traguitos de caña con ruda y obviamente compartir un momento cargado de tradición. Además se considera el envión para el segundo semestre, el payé sagrado para hacerle frente a la mala fama de agosto y prepararse para el florecer de la primavera.
En nuestra Nogoyá han sido muchos los referentes que han llevado en sus manos el arte de preparar caña con ruda y convidar en la mañana del primer día de agosto en sus tradicionales recorridas. Ya no está don Oscar Beltramino, que con la agrupación Mate Amargo recorría el pueblo con atuendos guachos y su botella bajo el brazo.
Los tiempos han cambiado, incluso para la caña con ruda, pero la esencia de mantener viva la tradición es intocable. Ya no se la ofrece en recorridas, aunque seguramente algún vecino lo hará en su barrio con los más cercanos, sino que ahora está la oportunidad del convite.
Desde hace diecisiete años Sebastián Cejas lo viene realizando. Comenzó en su comercio con apenas dos botellas en el año 2006 y en la actualidad prepara más de quinientas botellas que no solo son compartidas sino que comercializa tanto en Nogoyá como en otras partes del país.
Paralelo 32 entrevistó al precursor de esta costumbre tradicional; se lo encuentra en pleno Barrio San Roque, mezclado entre herramientas y amigos. Es que por estas horas acondiciona su comercio “Ña María” ubicado en Catamarca 448, para poder recibir un numeroso grupo de vecinos que desde las primeras horas del próximo jueves transitarán para cumplir con el rito pagano.
“Esto es algo que tengo muy a flor de piel porque mamé la tradición de mi tío que ya no está, así como también heredé el amor por la música, pero puntualmente esto lo comencé a hacer con dos botellas y el año pasado terminamos haciendo unas quinientas”, comenzó narrando a Paralelo 32 mientras termina de etiquetar unas cincuenta petacas que tiene sobre el mostrador.
Fundamenta, recordando a su tío, que todo comenzó por seguir la tradición familiar; “tomábamos la caña con ruda que él preparaba, por ese entonces yo trabajaba en un comercio y le propuse que me prepare dos botellas de caña para compartir con mis clientes y así me mostró como lo preparaba. Recuerdo que en ese momento la botella se enterraba, porque había que darle oscuridad y un lugar fresco, pero obviamente al aumentar la producción tuvimos que cambiar el método de preparación y comenzamos a realizar la caña tradicional, y otra variante de caña dulce con cáscara de naranja y azúcar quemada, hasta incluso en algunos años hicimos con miel”.
Su mirada se alza hacia un lugar del infinito que solo él puede ver, y reflexiona: “ha pasado mucha agua debajo del puente y hoy la mitad de la vida la he pasado con el compromiso de ofrecer cada primero de agosto la caña con ruda. La gente ya sabe que se aproxima la fecha y se tiene que acercar al convite, el que no tiene costo para ellos y uno lo hace con recursos propios del comercio y de manera desinteresada”, aclara Sebastián.
Una costumbre en expansión
“En la edición número 12 surgió un grupo de personas que comenzó a pedirme botellas para llevar, sobre todo para la gente mayor que no podía salir en los días fríos y por cosas propias del tiempo”, dice y explica que eso lo llevó a tener que envasar previamente la caña y en dosis más pequeñas, ya que una botella de un litro era demasiado en producción y costo para el cliente, así surgieron las famosas petacas de caña, las que hoy son vendidas en Nogoyá y también se envían a otros puntos del país.
Sebastián Cejas agrega que mucha gente viene para el día de la Virgen del Carmen y ya se lleva la caña con ruda a su ciudad de residencia, “se ha convertido también en una costumbre de la gente de Nogoyá, venir a visitar a la Virgen y llevarse una botellita de caña”.
Preparación y amistad
Como toda preparación, sabemos que cumple una receta, pero el propietario de Ña María no tiene drama en que esto sea revelado y compartido. “Mi secreto de preparación es público, yo el primero de agosto ya preparo la caña para el año siguiente. Sé que hay gente que la prepara el 1º de julio para tomarla el 1º de agosto, a mi no me parece un buen método, pero por ejemplo en Rosario se realiza de esta manera. Tengo amigos que me dio la vida que también la preparan el viernes santo, por eso digo que cada uno tiene su método. En mi caso es así: el 1º de agosto estoy ofreciendo el convite y a la vez ya estoy preparando la caña para el próximo año.
Acá se filtra, se etiqueta y se envasa entre amigos. Al negocio lo llevo solo, pero atrás mío para el convite hay un conjunto de amistades que me dan una mano, es un buen pretexto para juntarnos. Tomamos unos mates, cenamos algo y pegamos etiquetas, siempre es la excusa para organizar un guiso o unas empandas, creo que es parte del ritual, eso de abrir las puertas de la casa de uno para compartir.
Yo trato de ser prolijo y cuidadoso con la preparación, sé que es una bebida tradicional que no tiene conservantes, por eso lo que se prepara se debe consumir, no dejarla pasar de un año a otro”.
Días de trabajo y reencuentros
El precursor de este convite en Barrio San Roque nos cuenta que ya los días previos cambia el movimiento en su comercio, sobre todo el mismo 31, porque si bien hay gente que se acostumbró a ir a compartir el momento de degustar los tres tragos, también hay vecinos que prefieren buscar la botella el día antes para no tener que levantarse temprano o porque los horarios laborales les impiden pasar por el local.
“Incluso hay chicos que realizan reparto en moto que ya han comprado unas diez o quince botellas para tener, sabiendo que sus clientes le piden siempre para esta fecha alguna botellita. Como también hay comerciantes que vienen a buscar para compartirla con sus clientes el día jueves”, nos cuenta Sebastián y confiesa: “lo que se genera alrededor de la caña con ruda es algo asombroso, hay personas que solo vienen a mi comercio a tomar la caña con ruda, ya es una tradición para ellos, comparten el convite, las tortas fritas a la mañana, las empanadas al mediodía y alguna guitarreada que siempre surge en este entorno tan lindo”.
Al decir eso consultamos como será la agenda del día, sobre en todo si habrá presentaciones musicales o momentos especiales, a lo que responde que en esa jornada reina la espontaneidad.