Un meme ya no es un caramelo
** Antes que interesante es más bien estresante ver en nuestro país cómo las discusiones se desarrollan cada vez más en el campo de los “memes”. Aclaremos esto, porque siendo gurises, un meme era un caramelo, porque nos criaban medio pelotudos hablándonos como si no supiésemos hablar, pero pasaron los años y ‘meme’ cambió de significado con el advenimiento de las redes sociales. Y más adelante aclararemos también que ya no hay necesidad de estresarse, solo basta suponer que todo lo que no tiene gollete es divertido.
** Vayamos al punto. Los argentinos que sufren el fútbol aunque dicen disfrutarlo, conocen muy bien de qué hablamos cuando decimos meme, sobre todo los hinchas de los rivales irreconciliables River y Boca. Tan pronto como a uno le va mal en un partido (y ni te cuento si está para atrás en el campeonato) es bombardeado con memes de humor que buscan hacer sentir mal a sus hinchas, sobre todo a través de la ridiculización creativa.
** Meme viene de la palabra griega «mimema», que significa «algo imitado» y representa una forma de propagación cultural, un medio para que la gente transmita memorias sociales e ideas culturales entre sí. Los memes que más circulan en Internet son humorísticos, aunque también pueden llevar un mensaje serio y profundo, como por ejemplo una lección de vida, de ahí que no se deben tipificar a los memes como símbolos o ideas humorísticas.
** Adherimos a una definición que los pinta así: “Nótese que ya sean serios o humorísticos, los memes se caracterizan por su capacidad de transmisión viral, más no por su veracidad”. Subrayemos esto: no por su veracidad. Se trata más bien de eslóganes, frases efectistas, pequeños fragmentos de verdad, versión, suposición, sensación o deseo. De esa sustancia están hechos los memes y como son virus de internet parece que han infectado el tejido del pensamiento humano.
Un país de 70 manzanas
** Últimamente ese formato de mensajes está haciendo estragos en el campo del debate político. No en los foros de debate en claustros universitarios, ni siquiera algunos de la televisión, a donde se asiste para imponer y adoctrinar sin escuchar. ¿Y qué son las redes sociales sino eso? ¿Qué, si no un espacio donde tratamos de resolver los problemas más complejos con un puñadito de palabras, y por la impotencia de no poder argumentar, vomitamos respuestas o planteos hirientes?
** Esta semana fue muy activa en el escenario público de las setenta manzanas porteñas. Como ya hemos dicho en esta columna, las grandes manifestaciones, con estragos o sin ellos, protestas y cortes de calles, se producen sobre un mosaico de 70 manzanas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Aquellos que transpiramos en el resto del territorio nacional, no somos participantes, solo padecientes o espectadores remotos gracias a los medios que proyectan esas escenas hasta el último rincón de la Patria, donde somos libres de involucrarnos emocionalmente o no.
** El hecho es que esa distancia causa cierta ansiedad en muchos que lo miran por TV o reciben memes por Internet, que la descargan en las redes sociales, ya sea eyaculando rabia, ironía, desprecio o aprobación, en formato de memes, audios o pequeños videos, bajo los cuales encontraremos los condignos comentarios de adhesión o descalificación, generalmente despojados de toda amabilidad y modales.
La guerra de los bolsillos
** Menos mal que el optimismo clásico encontró una palabra que desdramatiza. Esa palabra es divertido. Viene del chetismo más rancio pero gracias a su generosidad, en vez de decir que algo nos parece patético podemos decir que nos resulta divertido. Es divertido ver las acusaciones que se cruzan unos y otros bandos, arrojando piedras como quien está libre de culpas. Es divertido ver como periodistas de nuestra televisión grande opinan según su bolsillo, y quienes los acusan desde el llano lo hacen según el bolsillo de ellos. Es una guerra de bolsillos, de conveniencias, y las redes sociales son solo el rostro de esa verdad oculta.
** Sabido es que en la Argentina son mayoría los ciudadanos que cobran del Estado. Son unos 20 millones, contra 8 millones de autónomos y empleados de empresas privadas que aportan plata genuina a las arcas públicas, de las que se sirven unos 20 millones, entre empleados públicos, jubilados, pensionados, retirados, privilegiados, beneficiarios de planes, subsidiados, becados, políticos, funcionarios crónicos, jueces… Esta podría ser la razón por la cual somos una sociedad altamente politizada. Un presidente es quien regula lo que cobran 20 millones y exprime al máximo posible a los 8 que ponen. Y del patrón siempre se habla ¿vio?
** El adjetivo ‘patético’ denota gran angustia o padecimiento moral. En cambio divertido habla de distensión, relaje, estar cachondo, alegre…
Con esta nueva postura, la de tomarnos estas cosas como divertidas, dejamos que se estresen los que se tienen que estresar. Mejor divertirse mientras los memes pasan, evitando tocarlos con la yema de los dedos, no sea que con un touch sobre la pantallita de cuarzo se nos vaya la vida, porque entre tantos hay hongos venenosos.
Camiones a la carga
** Hugo Moyano convocó entre 250 mil y 400 mil manifestantes el miércoles en el marco de las 70 manzanas y fue divertido ver como hubo quienes quisieron descalificar la realidad de semejante masa humana. Audios comprometedores de autenticidad inverificable; videos, noticias de dudosa factura… y cosas non sanctas que siempre se verán en las muchedumbres.
** Moyano tiene que responder ante la justicia y seguramente organizó una demostración de fuerza para avisarles a los jueces federales que junto a él sonríen buenos muchachos y chicas que tienen voto a la hora de resolver en el Consejo de la Magistratura, donde se juzga a los jueces. Y los jueces federales les temen a las carpetas que penden sobre ellos como dedos en el gatillo. (Ver: ‘El libro negro de la justicia’, de Tato Young)
** Ahora bien, haga un promedio entre 250 y 400, le quedan 325 mil. Póngale que 25 mil manifestantes aportaron las organizaciones sociales a las que todos los colectivos las dejan bien, y 50 mil aportó la opo. Ahora bien, de ahí a pensar que los restantes 250 mil apoyaron a Moyano sin necesidad alguna, no es una ingenuidad sino un exceso de cultura del meme. El meme se ocupa de las apariencias y no de las realidades que subyacen debajo de ellas.
** Chau. Para escribir esto me pasé un par de horas analizando posteos, twitteos y comentarios al pie, ¿usted cree que vi alguno que manifestara preocupación por el no comienzo de clases? Y escuché la voz de mi abuela: Así estamos.