Un médico victoriense que no para de sumar seguidores
César Santos es un médico especialista en pediatría y emergentología pediátrica. Si bien nació y estudió medicina en Buenos Aires, hizo la primaria en Victoria y hace tres años regresó para vivir y trabajar aquí. En su Instagram (@mipapapediatra) realiza un interesante trabajo de divulgación, donde hace vivos y publicaciones sobre diferentes asuntos relacionados con su saber y ya cuenta con más de 34.000 seguidores. Hace más de un año que comenzó su proyecto en las redes sociales y su tarea de comunicación cada vez es más conocida.
—¿Cómo comenzaste con tu trabajo de divulgación de la pediatría?
—El proyecto de mi red profesional @mipapapediatra comenzó hace algo más de un año, luego de darme muchas veces la cabeza contra la pared, con ciertas modificaciones que quería lograr en uno de mis lugares de trabajo y que no lograba (o no lograba todas) y decidí dar un paso al costado y trasladar parte de mi energía en este nuevo proyecto”.
El éxito de César se entiende porque comunica para todo el público de manera comprensible y amena. Es decir, su labor no está orientada a médicos, sino al público en general.
—¿Qué redes sociales utilizás y qué desafíos te encontraste en cada una?
—Instagram y Facebook. Más activo y con más seguidores en Instagram. El desafío principal es permanecer original, no vender nada que uno no es y poder brindar información e incluso opiniones personales, pero encontrar la manera que las mismas se entiendan y no comprometan la relación de los pacientes con sus médicos e instituciones donde son atendidos y, a su vez, hacerlo interesante y hasta entretenido. Es un espacio que ha ido mutando donde comparto información médica, experiencias de mi profesión y vivencias personales.
—Hay usuarios que, en comentarios, buscan consejos o diagnósticos, ¿cómo es el trabajo de un médico en lo virtual y cuáles son sus limitaciones?
—Mirá, yo hago consulta virtual, pero poco, y siempre antes de comprometerme a hacerla indago acerca de cuál es el motivo de consulta, para pensar si voy a poder ayudar a través de ese medio al paciente. Si creo que no, suelo decirle que no es el medio indicado y trato de guiarlo o recomendarle a alguien que lo pueda ver presencial. Y sí, además mucha gente pregunta, desde cosas que pueden ser resueltas con su propio sentido común hasta cosas que no hay manera que yo pueda dar una opinión seria sin conocer al paciente (en esos casos no intervengo o trato de dirigirlos hacia algún posteo que hable del tema acerca del cual preguntan) y, en otros casos, quizás podemos dar una mano de guiar al paciente por donde pueda seguir su evaluación, la gente super agradecida. A veces, abro la opción de preguntas en stories (que es algo que me entretiene hacer), pero recibo 100 preguntas. Y, ahí, elijo las más raras o entretenidas, las que pueden ayudar a más gente y las que se puedan contestar en ese formato de pocas palabras sin llevar a polémica y se comparte la respuesta para que sirva a muchos.
—¿Qué situaciones se han presentado en la pandemia en relación a lo digital y el ejercicio de la medicina?
—Ahora, en esta nueva ola de covid, he tenido muchísimos de mis pacientes y sus familias aislados y con Covid, y me ha tocado hacer acompañamiento telefónico. El pediatra, en general, recibe muchas consultas por teléfono. Ahí todavía estoy aprendiendo, buscando un sistema que permita que el paciente se sienta acompañado, pero que también permita que uno pueda descansar, estudiar, estar con la familia, etc. Por suerte, la mayoría de la gente se maneja dentro de ciertos límites lógicos de respeto, pero alguna vez he tenido que aclarar hasta donde uno puede dar. Ciertos pacientes lo entienden y te siguen eligiendo, y otros prefieren hacer otra experiencia y creo que está bien, también. De eso escribí un posteo hace poco: ‘del pediatra y la familia’. No me gusta mucho la lógica de «sos el mejor o sos el peor» y amor-odio tan instalada en todo en nuestro día a día. Creo que cada profesional trabaja de una manera que elige, con sus debilidades y fortalezas, y el paciente tiene la posibilidad de elegir e, incluso, cambiar, pero que uno no llene las expectativas del paciente no lo convertirá ni en mal profesional ni, mucho menos, en mala persona, sólo no será el médico para mí.
—Más allá de los conocimientos específicos, ¿qué importancia tiene que un pediatra sepa comunicarse bien con las familias?
—Yo creo que es una falencia de la formación de grado importante y, luego, en el posgrado es un poco a suerte. Me tocó tener algo de formación formal respecto a lo que llamamos «malas noticias» y estrategias para afrontar ese momento, y, luego, tanto en la residencia de pediatría como en la beca de emergentología pediátrica en el Garrahan, tuve la oportunidad de aprender y trabajar codo a codo con gente muy formada, en un lugar muy grande que hace que todo el tiempo estés viviendo situaciones donde la comunicación es clave y eso te ayuda. Pero pasa seguido que uno, luego de una atención, se queda pensando: «¿Me habrá entendido?», o siente que podría haber encarado el tema de otra manera. Y es que, cada una de esas situaciones, es distinta, porque nuestro interlocutor es distinto, pero nosotros tampoco somos siempre los mismos (el cansancio, estrés, angustia, relación previa con el paciente y el feeling que tengas, etc.) se meten en la conversación y necesariamente la modifican”. César realiza constantemente publicaciones en su Instagram, donde, además, responde preguntas, hace sorteos y ahonda sobre diferentes tópicos. Su público está compuesto por personas de todo el país y cada vez cuenta con más seguidores.