Un don con el que se nace y la profesión lo perfecciona
Crespo.- “Quería ser peluquero desde chiquito, viste cuando uno dice quiero ser policía o bombero. Bueno, yo quería ser peluquero. Tengo dos hermanas más grandes entonces siempre las peinaba, les hacía cosas en la cabeza, cuando había fiesta les hacia los peinados, fue algo que siempre me gustó y a lo que aspiraba dedicarme”, recuerda Flavio en conversación con Paralelo 32, y nos da por pensar que es muy probable que eso mismo les haya pasado a tantos hombres, mujeres y no binarios que hoy ejercen esa profesión tan ligada con la estética y el arte, que se conmemora en nuestro país cada 25 de agosto (Día del Peluquero) desde 1877.
Con esta entrevista queremos homenajear a todos aquellos que trabajan en esta profesión, hoy llamados estilistas, peluqueros unisex, o sencillamente peluqueros.
Con sus 29 años y habiendo pasado tiempo desde que terminó de cursar sus estudios, rememora que “cuando recién terminé la secundaria me fui a trabajar a una estación de servicio porque no me sentía con la suficiente madurez para encarar la profesión de peluquero, me sentía inseguro siendo hombre para atender a mujeres a los 17 o 18 años”. Sin renunciar a su sueño comenta que “Yo quería mi futuro como estilista, entonces después de unos años empecé a averiguar los horarios para comenzar a cursar, y no me daban. Al otro año lo mismo, y recién al tercer año pude acomodarme para trabajar y en el tiempo libre estudiar lo que quería ser. Dos años cursé y trabajé para comprarme las herramientas y terminar el local”.
Si se puede
Impulsado por sus ansias de dedicar su tiempo solo a ejercer esa profesión, y mientras su entorno familiar intentaba convencerlo de que no dejara el trabajo estable que tenía en la estación; en todo momento contó con el apoyo y acompañamiento de Liliana, su compañera de vida. “Socialmente está arraigado el concepto de que hay trabajos que te aseguran una estabilidad económica permitiéndote sostener una familia. Además, tiene más aceptación que sea una mujer quien estudie y se dedique a la peluquería”, menciona Flavio reflexionando que “tengo a mi lado una persona que siempre me acompañó, que me dijo ‘dale para adelante, yo te voy a bancar, y vas a ver que te va a ir bien porque es lo que te gusta’. Y cuando uno hace lo que le gusta, y tenés a tu lado una persona que confía en tú decisión, las cosas salen bien… Costó, porque todo cuesta, nada es tan fácil, pero con el tiempo empecé a crecer, rápido por suerte, considerando que en este rubro hay mucha competencia”.
Con el paso de los años se han naturalizado las peluquerías unisex donde el estilista es varón, y las clientas dejan en sus manos el concepto estético de su corte. “Hoy en día vivimos de la peluquería y eso es un privilegio, porque tengo un camino medianamente corto respecto de otros colegas”, comenta el entrevistado reafirmando el haber tomado una buena decisión.
Los cambios y las emociones
Como pasa en todos los aspectos de la vida, en todas las profesiones, uno tiene que ir actualizando y renovando conocimientos, “capacitarse para brindar lo mejor de uno mismo es fundamental; esta es una profesión en la que debes estar actualizado en las tendencias y los nuevos productos que salen al mercado. Además tenes que actualizarte por la moda, la moda cambia todas las temporadas, entonces hay que hacer cursos y capacitaciones seguido”, cuenta Flavio y agrega que “me parece que es importante seguir adquiriendo conocimiento para seguir mejorando en lo que uno hace”.