¿Son evitables los femicidios con esta forma de intervención?
Por Nicolás Rochi (Paralelo 32/Victoria).- La realidad es cruel, tajante, y por momentos devastadora. Tratar de preguntarse los por qué, nos lleva a un hilo de violencia latente, que en Victoria terminó con una mujer de 33 años asesinada a puñaladas por quien fuera su pareja.
De fuentes judiciales, Paralelo 32 pudo confirmar la restricción cautelar de acercamiento que pesaba sobre el agresor, Claudio Paera (40), desde el viernes 12, quien permanece hospitalizado en la capital entrerriana ya que luego de atacar a Noelia Almada con un cuchillo, habría intentado suicidarse apuñalándose el pecho. Así lo informó el Jefe de Policía Omar Regondi en diversas notas que brindó a la prensa, entre ellas a este medio; y que sobre su estado de salud hemos chequeado su condición de estable hasta la publicación de esta nota.
El hecho puntual
Cerca de la 01:00 de la madrugada del lunes pasado, la policía recibió un llamado de la madre de Paera debido a una discusión muy fuerte (y ruidos estruendosos) registrada en el domicilio, “al que a pesar de la restricción, habían llegado juntos en circunstancias aún no determinadas”, explicó el jefe policial.
La casa está ubicada sobre calle Spiazzi, en inmediaciones del Ex Ingenio Azucarero (Zona Quinto Cuartel) donde Noelia residía y ofrecía el servicio de peluquería. Tenía dos hijos de dos parejas anteriores, pero ese día ninguno de los menores estaba en la vivienda.
Por versiones vinculadas a denuncias mutuas entre Almada y Paera, la disputa sobre el lugar donde ella residía, generó una violencia que fue incrementándose hasta el punto de la agresión física.
El terreno era de Paera, y Almada aportó los materiales para la construcción al cobrar una herencia, en esa disputa de derechos sobre el bien, se dieron varias discusiones desde diciembre último, mes en que él dejó de convivir en ese lugar.
Pero es de advertir que los padres de Claudio ‘Coty’ Paera vivían al frente de Almada, así que cuando se dictó la cautelar, tácitamente lo obligó a abandonar el hogar paterno también.
Esta información fue confirmada también por Regondi: «Hacía dos años y medio que convivían y tenían denuncias cruzadas y hubo algunas restricciones de acercamiento entre ambos. La última fue debido a una exposición que ella realiza el viernes 12 ante la Comisaría del Menor y por la cual el Juzgado de Familia dispone una exclusión de hogar».
Cuando los efectivos del Comando llegaron hasta la vivienda ya no se escuchaban gritos, y la madre del hombre les facilitó el ingreso. Fue entonces que encontraron a la mujer tendida boca arriba gravemente herida a puñaladas y sobre ella a su pareja, quien también estaba herido y tenía clavado un cuchillo en el pecho.
«Él se saca el cuchillo y tenía signos vitales, ella ya estaba fallecida», detalló Regondi. El hombre fue trasladado al Hospital Salaberry de Victoria y luego derivado al San Martín, de Paraná, donde permanece sedado, entubado y con custodia policial, ya que está detenido a disposición de la Justicia local.
Sobre las denuncias contra Paera, cuya actividad principal se vinculaba a la pesca, el jefe policial dijo que fueron «por violencia verbal, no física» y precisó que la exclusión era por «90 días no acercarse a 200 metros ni provocar actos violentos ni intimidatorios». Paera será indagado por el femicidio una vez que sea dado de alta, en una audiencia imputativa que se realizará en los tribunales locales.
La pena que le cabría no sería menor a los 20 años de prisión efectiva, pudo indagar nuestro medio, sin embargo conforme la noticia fue replicándose en medios radiales y la imagen del agresor ganó posteos condenatorios en las redes sociales, varios movimientos sociales salieron a acompañar la demanda, primero a la plaza principal y luego también al edificio de la Justicia sobre calle San Martín.
Esta movilización espontánea fue seguida de otra convocatoria desde esos espacios, algunos muy politizados, que intentaron capitalizar el hecho de una forma que terminó con pintadas en el edificio municipal y que también se replicaron despectivamente por tanta gente como la que apoyó esa cruzada para visibilizar el femicidio.
Como parte de los testimonios, también se pudo conocer la versión de María Eva Caliegris, la madre de Claudio Andrés Paera, que habló a través de Canal 9 de Paraná, y puso en tensión algunas afirmaciones que cobraron estado público, como el caso de las denuncias ante el juzgado de familia local.
María Eva, quien prefirió preservar la imagen de su rostro, defendió a su hijo y culpabilizó a la mujer, que murió tras recibir puñaladas por parte del detenido.
«Ella era enfermiza, siempre lo buscaba, quería volver con él y ahí están las consecuencias. Él se quería quedar con la casa pero le iba a pagar, y ella se negaba en todo, dijo que de la casa sólo la iban a sacar muerta y se cumplió lo que dijo», expresó al medio de televisión provincial.
Dos datos
Noelia Almada había iniciado también acciones, que eran monitoreadas por el COPNAF, para poder ver al menor de sus hijos, de 10 años, ya que hacía once días que había perdido el contacto con él y más de dos meses que no lo frecuentaba, porque su padre biológico hizo caso a los dichos del menor sobre el miedo que le tenía a Paera, quien ya lo había agredido, al menos en una oportunidad. El otro hijo, de 15 años, tampoco vivía con ella, pero la visitaba y tenía una relación fluida.
Otro dato curioso que Paralelo 32pudo recabar es que en la casa había una importante cantidad de agua en el piso, que con el paso de los días se fue extendiendo al resto de los ambientes. Si bien el femicidio habría ocurrido en la cocina-comedor; presumiblemente el agresor en un arrebato de furia, fue al baño y arrancó el lavamanos de su lugar, hecho que provocó la pérdida ininterrumpida de este elemento.
Botón antipánico
Dentro de las medidas de protección de la víctima, el Gobierno Digital Abierto (GDA) local incorporó el llamado Botón Antipánico, que básicamente es una aplicación para celulares instalada en el móvil de la víctima de agresión, donde ante una circunstancia de violencia solamente con tocar la pantalla se habilita el llamado al 101. Tenga o no crédito. Y no precisa de datos, pudimos corroborar para este informe.
Ahora, ¿Qué es lo ideal en estas situaciones? Primero que nada, del otro lado de la línea debería estar alguien con la preparación suficiente para actuar coordinadamente con los estamentos judiciales y de protección de la mujer, al tiempo que tratar de intervenir en esa situación de crisis mientras se intenta salvaguardar su integridad. Luego, darle continuidad y celeridad en cada paso de los que involucren a su contención. Estas cuestiones, como se ve, no pueden esperar porque se puede llegar tarde, como ocurrió en esta oportunidad.
Fuentes consultadas por Paralelo 32 creen que los brazaletes de restricción serían una medida muy efectiva si los usan ambos: agresor y víctima, porque así se cumpliría la distancia prudencial, ya que los dispositivos funcionan emparejados y si se viola la perimetral de, por ejemplo 300 metros, dan aviso inmediato a la autoridad de aplicación.
El botón antipánico da aviso quizás con el agresor dentro de la vivienda, y los tiempos son notoriamente menores para intervenir.
Es evidente que un documento en papel no asegura a la víctima, y sin embargo se siguen extendiendo con los consabidos riesgos. A tal punto que en este caso reciente, el agresor tenía ese documento doblado en su billetera mientras estaba frente a frente de la víctima.
Extrapolar un dato
Durante 2020 los medios nacionales alertaban que la ola de femicidios en el plano nacional avanzaba críticamente por sobre la media de 2019, y que la circunstancia del aislamiento social obligatorio de la Pandemia, complejizaba aún más ese entorno tóxico y de agresiones que caracteriza la violencia de género. Paradójicamente en Victoria no fue así, y esto, lejos de tranquilizar a muchos, muestra una máxima que caracteriza toda investigación: no se pueden extrapolar los datos sin contextualizarlos.
En Victoria sí hay, y sí hubo casos de femicidio históricamente, ¿Cuántos? la estadística es tan difícil como establecer la ruta de la primera agresión, o el agravamiento de la violencia, porque siempre se actúa ante el hecho consumado. Y es que no todas las agresiones registradas como violencia de género pueden encolumnarse bajo este hecho aberrante; y no todas devienen en el asesinato de la mujer, algunas son penosamente menos visibles y no por ello menos duraderas.