Probemos con ruda macho y vinagre
** No sé por qué repito esto casi todos los años… El 1º de noviembre es como una cáscara de banana recién caída al piso de cerámica italiana, lo pisamos y salimos como tiro en inútil esfuerzo por controlar el resbalón, hasta rebotar contra el arbolito de Navidad y las bengalas del fin de año. Lo repito solo para alertar que se nos esfuma este 2018 que nos fumó a casi todos y nos dejará por un año más su alquitrán en los pulmones.
** No es por cábala que hago esta advertencia cada año; no las tengo y siento compasión por la gente que cree en ritos paganos o ata sus sueños a una casualidad. Esto no quita que nos podamos asombrar o divertir con las cábalas de los supersticiosos.
** Días atrás leí en un diario –que había puesto la novedad en tapa y con un despliegue que me hizo suponer que estaba frente a una revelación científica de proporciones– que el responsable de mantenimiento de un club paranaense hizo ganar a su equipo en un duro partido ante Rosario Central. ¿Cómo? Aquí va la fórmula para todos y ¡a triunfaaaar, a triunfaaaar!:
** …llevó al estadio una planta de ruda macho, tiró agua bendita y vinagre en los arcos. “La fe mueve montañas”, declaró el cabulero después del triunfo de su escuadra, habiendo puesto la fe en una planta pretenciosa que se secará en poco tiempo, y un vinagre que se evapora o diluye con el primer riego. La fórmula del triunfo ahora es conocida por todos los adversarios del club, listos para repetir el ritual. Los augures que atienden las imploraciones de la ruda, el vinagre y el agua bendita, tendrán un quebradero de cabezas para decidir a quién hacerle el favor.
Sugerencias de agenda
** Conocí a un vándalo que un día encontró en la calle una ballena austral (billete de 200) y atribuyó esa suerte a una remera de los Rolling con la que se empilchó esa mañana. Desde ese día hasta que lo venció la realidad, se la calzó diariamente esperando que aquel hallazgo se repitiera. Mientras tanto el sujeto que había perdido los doscientos, nunca más se puso aquella bermuda color caqui que llevaba cuando perdió esa guita, no por cábala sino por tener un bolsillo desfondado que no supo remendar.
** Estamos en noviembre, ¿qué nos queda?, cuatro semanas limpias más un mes perdido durante el cual tendremos que hacernos cargo de todos los “juntémonos un día de éstos” que desde enero hemos pronunciado como promesa en encuentros casuales, ya sea en las redes sociales o personalmente, con “amigues” (¡vamos con la grafía inclusiva todavía!) familiares, conocides, compañeres y ex camarades de trabajo o de colegio, y periodistes (emoticón de asombro por favor) y hermanos de la queja en tantas crisis que nos ha tocado sobrevivir.
** No alcanza diciembre para saldar tantas deudas de cortesía (para las que nos dejó el plástico necesitaremos varios diciembres). Tiempo corto para pensar en alguien que nos pueda invitar para Navidad y alguien más para Año Nuevo, acción que nos ayudará a zafar con un vittel toné y una botella de sidra. Te hemos revelado cómo ayudarle a ganar a tu equipo favorito; aquí te dejamos un plan B:
Plan B para asegurar la copa
** Se trata de acordarte quién te invitó hace 5 años -para no abusar-; le mandás un Whatsapp avisándole que, por cábala, es imprescindible que vuelvas a pasar las fiestas con él y su familia. Lo hiciste a fin de 2013 y al año siguiente Arsenal de Sarandí fue campeón en la Copa Argentina de Fútbol. Tu fe en aquel pavo relleno tan delicioso a pesar de las pasas de uvas, es que haciendo todo igual en estas fiestas Arsenal celebrará la copa de la B en 2019. Puede fallar lo del campeonato, pero vos te asegurás la copa de ‘champú’ en la celebración 2018.
** Vayamos pensando en eso desde ya, no todos tenemos un tío petrolero pero quizás un jubilado que cobra el medio aguinaldo antes de Navidad. Se recomienda acopiar buena información sobre los parientes; aquel que compró dólares a más de 40 pesos el mes pasado y hoy no le pagan más de 36, podría estar muy deprimido en las fiestas. Hay que ir por el que se rajó rápidamente al peso criollo, supuestamente tan devaluado y sin embargo el Banco Central paga una tasa histórica del 80% anual para conseguirlo.
** En fin, se trata de pasarlo bien con alguien que se sienta bien y sobre todo nos ayude a pasarlo bomba nosotros. No todos los ricos estarán de buen humor para entonces, recordemos que la buena vibra ya no depende de tener mucha tarasca sobrante sino de qué se ha hecho con ella durante la ‘tormenta’.
Tampoco hay que preocuparse demasiado por los regalos. Con un litro de nafta en botella de vidrio envuelta en papel kraft de color intenso, con moño del color de la petrolera de origen, se puede quedar muy bien y tampoco es algo taaaan caro para una ocasión tan especial cuando uno no se fija en gastos.
…que no se note
** Se dice del verano 2019 que será impresionante la cantidad de argentinos que no saldrá del país para vacacionar en enero. Quienes se las tomaban todo el mes en el Caribe o en el oeste uruguayo están la mayoría en cana, y los que se cruzaban al Uruguay, Brasil o Miami por diez o quince días, están desocupados o contando las monedas para una Pelopincho en 12 cuotas.
** Para consolarlos se les dice que de todos modos, con la devaluación de nuestra moneda, salir al exterior cuesta carísimo. Otro magnífico argumento para no pasar por seco ante los amigos chetos es la chapa nacionalista: “Hay que ayudar al país y quedarse a gastar la guita adentro” (sin decir que significa adentro de tu casa). Si hay miseria, que no se note.
Ni la ruda macho, mire
** Es noviembre, tiempo de disfrutar la primavera y su renacimiento verde; los pajaritos ponen huevos, las gallinas nunca dejaron de hacerlo, los jueces de Entre Ríos prueban cómo es esto. Ya es bueno con que lo intenten. Imitando a la calandria en celos también empiezan a cantar algunos prestanombres que ayudaron a enriquecerse a los ricos, y por primera vez en la historia algún sindicalista-diputado siente que podría perder veinte o más años de impunidad, complicidades delictuosas y obsceno enriquecimiento.
** Mientras tanto en los palos superiores del gallinero del Congreso de la Nación el show vale más que el sentido común. Mientras los amigos del helicóptero están ocupados en sacarle la escalera al oficialismo dejándolo sin presupuesto aprobado, manadas de elefantes amarillos se les cruzan entre las patas y hasta le hacen trompita catalán a Moreau, bajan camino al pueblo y han empezado a pisotearnos sin piedad.
** Dicen que los elefantes se irán a comienzos de enero y las heridas de sus pisotones dejarán de sangrar unos tres meses más tarde, a los que sobrevivan. Quizás no sea más que la cábala de algunos, pero ojalá se cumpla, si no, ni la ruda macho nos podrá ayudar.