Preocupa la falta de fármacos para los tratamientos de tuberculosis
Victoria.- El Dr. Edgardo García, Director del Hospital Fermín Salaberri, se mostró preocupado porque se han cortado determinados programas nacionales, entre ellos para el tratamiento de la tuberculosis. Están faltando tuberculostáticos, fármacos que poseen una acción inhibidora en el crecimiento del bacilo de Koch, microorganismo causante de esta enfermedad. “Esto es grave porque son tratamientos prolongados que el paciente no puede interrumpir”, remarcó.
Confirmó que hay casos de tuberculosis en nuestra ciudad algunos en control y otros en tratamiento, se trata de una enfermedad más relacionada a la pobreza que otra cosa, pero hay que evitar que los casos se incrementen, señaló.
Explicó que la tuberculosis (TBC) es una enfermedad que se contagia a través de las secreciones respiratorias y que afecta principalmente a los pulmones. Se trata de un cuadro que impacta gravemente sobre el estado general de los pacientes provocando tos crónica, debilidad, pérdida de apetito y de peso. Si no es tratada adecuadamente, puede llevar a la muerte.
Las sociedades científicas, así como la bibliografía sobre el tema, coinciden en que el tratamiento de esta enfermedad se basa en la toma de cuatro fármacos (rifampicina, isoniazida, etambutol y estreptomicina), en forma conjunta durante al menos seis meses. Agregó en diálogo con Paralelo 32 que este tratamiento de combinación de drogas es necesario porque la bacteria que causa la TBC tiene alta capacidad de generar resistencia a los antibióticos cuando se emplean tratamientos incompletos o irregulares.
La curación de esta enfermedad requiere de un compromiso mutuo entre el paciente y el sistema de salud proveedor del tratamiento, ya que es de larga duración y el abandono antes de tiempo conlleva el riesgo de generar una enfermedad resistente.
Sostuvo que las personas que se encontraban bajo tratamiento en nuestra ciudad se ven forzosamente obligadas a discontinuarlos o cambiar a “tratamientos alternativos”, con la posibilidad de que la enfermedad avance y comprometan más aún su salud. Sumado a esto, estas terapias son más largas y tienen mayores efectos adversos.
Esta falta de provisión en algunos casos fue precedida por notificaciones – en algunas provincias – en las que directamente se informaba que el esquema terapéutico se cambiaba por un “tratamiento alternativo”. En nuestro departamento esto no fue notificado