¿Por qué el niño necesita moverse?
(Colaboracíon Lic. y profesor Casiano Carballo).- Las primeras experiencias de aprendizaje del niño se dan en el dominio de la coordinación motriz, adecuándose y explorando las nuevas y cambiantes situaciones que le rodea. Es importante marcar que el niño se adapta al mundo que le envuelve desde que nace, a través de diversas acciones motrices, y explora, conoce, distingue, aprende y se conecta al mundo exterior a partir de esa necesidad de moverse que tiene, lo que hará que aparezcan aprendizajes presentes y futuros.
El niño necesita moverse, dinamizarse para desarrollarse, educarse a través de sus movimientos y controlar sus impulsos, siendo la motricidad uno de los aspectos de más influencia en los procesos de desarrollo y aprendizaje influyendo en la vida cotidiana y en sus fines educativos.
Por ello, en tiempos complejos, que estamos atravesando, y en particular nuestros niños debemos ocuparnos, tanto padres y profesionales del movimiento, desarrollando en casa un integral y armónico trabajo desde la actividad física, forjando una neuromotricidad del niño, favoreciendo, a su vez espacios propicios, en casa, para la práctica de acciones motoras, que van a determinar hábitos motrices saludables.
El niño por su naturaleza, necesita canalizar su energía, siendo el proceso de aprendizaje un proceso dinámico y no estático para el cerebro humano. Por ello, el movimiento tiene una gran importancia para el desarrollo cognitivo, social, afectivo y emocional de los niños.
Tan importante es la relación y conexión entre el cerebro y cuerpo, que los mecanismos de aprendizajes primarios y básicos del niño, como son la lectura y la escritura se verán mejorados encontrándose implícitos en las diferentes áreas motrices, así como la simbolización y el lenguaje en un nivel superior cerebral.
El camino hacia el aprendizaje es activado por la emoción, de manera que lo primero que los educadores debemos establecer como objetivo no es la transmisión de contenidos, si no lograr captar la atención de nuestros alumnos, formando parte las emociones de la metodología de trabajo como reacciones psicofisiológicas, biológicas o/y de estados mentales ante diversos estímulos.