¡No tienen nombre!
Años atrás le pregunté a un colega, director de diario, por qué su medio había titulado “Muere un anciano en accidente de tránsito”, siendo que el fallecido, de 78 años, marchaba a 150 km/hora a bordo de su BMW escuchando rock, rumbo a un balneario del Uruguay.
Por fin los sociólogos se están preguntando qué nombre debería llevar un nuevo grupo etario que aún no lo tiene. Desde el fondo de la historia hemos tenido niños, jóvenes, adultos y ancianos. En el siglo XX fue clasificada científicamente “la edad del pavo” que pasó a llamarse adolescente. Después, ante conocimientos más específicos sobre esta edad, ese sector se desdoblaría en preadolescentes y adolescentes.
Hoy han clasificado a una nueva manada y la mantienen bajo observación mientras se preguntan “¿a éstos cómo los llamaremos? Son los y las que transitan los 60 y 70 años mientras siguen jugando al tenis y se revuelcan en la arena con sus nietos.
Humberto Finol (enclavedemi.blogspot.com.ar) habla de los que hoy tienen entre 50 y 70 años pero conforman una franja social “que antes no existía” y que estamos frente a una verdadera novedad demográfica. ¡Tomá!
No son personas detenidas en el tiempo sino que aceptan el beneficio de las nuevas tecnologías. Hacen planes con su propia vida y no con la de los demás. Hombres y mujeres independientes que le han encontrado otro sentido a la vida de “nido vacío”.
¿Cómo llamar a esta “amalgama perfecta entre experiencia y juventud”? Que tal si simplemente llamamos a cada uno/a por su nombre.
(Luis Jacobi)