Llámeme Baby Boomer, por favor
** Hay que ver la voluntad que le pone don Leoncio para lograr empatía con su sobrino nieto. No es que un Baby Boomer; como se encuadra a los nacidos entre 1945 y 1964; no pueda entenderse con un Generación Z o Centennials -nacidos a partir de 1995 y hasta el presente-, pero lleva un tiempo de adaptación. Los Z son nativos digitales; nacen, abren los ojos, se ven rodeados de teléfonos inteligentes tomándoles la primera fotografía y ya extienden la mano para acariciar ese dispositivo luminoso.
** Cuando crecen les ponés un cuaderno en la mano y creen que es un pack de servilletas descartables. Les das un lápiz y empiezan a chucear sobre los renglones esperando que aparezcan las aplicaciones para seleccionar. Otros tiempos. Nosotros teníamos dificultad para aprender a manejar el sonajero a los tres años y éstos se intercambian emojis antes de aprender a hablar.
** Este nuevo siglo ya no distingue a las personas por segmentos de edad sino por clasificación evolutiva, las ordena en Baby Boomer (nacidos desde el 45 al 64 del siglo pasado), Generación X (nacidos entre 1965 y 1981), Generación Y o Millennials (nacidos entre 1982 y 1994), Generación Z o Centennials (nacidos a partir de 1995 y hasta el presente). Esta tipificación se sustenta en estudios de universidades y empresas que miden el acceso a la tecnología y al mundo laboral.
Bueno, es una expresión inglesa pero igual sería lindo que se impusiera ¿no? A como nos llaman hoy los que tienen algunos años menos que nosotros, es mejor que nos llamen Baby Boomer. Es más elegante, menos escatológico además.
** Los Baby Boomer (niños de la posguerra) hemos nacido en un mundo analógico, tiempos cuando una matrona les miraba el vientre a las madres y les decía el sexo probable del chico por nacer. Podía fallar, pero era lo que había. En cambio un Z o Centenials ya se amigó con la digitalidad antes de nacer, desde la séptima semana de gestación al sentirse iluminados para la primera eco. Para la tercera ecografía él o la bebé por nacer ya saluda con la manito.
Aquellos retratos de familia
** Tienen meses de edad y posan cuando advierten que alguien los está filmando o fotografiando, al contraste de nuestro tiempo cuando al fotógrafo le llevaba un par de horas tomarnos la clásica foto con trajecito marinero. Nos retobábamos. Y bueno, a falta de otras cosas teníamos instinto de conservación y no nos quedaba claro si ese aparato nos iba a retratar o fusilar. Más tranquilos estábamos en las fotos de familia, que mezclaba tres generaciones en una escena de amargados mirando hacia el futuro.
** Pero las fotos no son lo que parecen. Las familias más alegres y bulliciosas defeccionaban en la sala de fotografía. Me han contado que esas caras que vemos en los viejos retratos, aparecían porque el fotógrafo tardaba tanto en regular la lente que tomaba la imagen cuando ya todos tenían hambre, sed, ganas de ir al baño y hasta nostalgia por regresar a casa. Hay que ubicarse, pleno verano, sin ventilador y el acondicionador de aire no estaba ni en la imaginación de los inventores, ellos con esos trajes de paño y el calzoncillo largo de frisa por si refrescaba a la vuelta. Tiempos en que Chanel aún no había simplificado el atuendo de la mujer, que seguía con faldas sobre faldas, enaguas, todas las partes cubiertas como correspondía a la gente decente, y telas oscuras que debían servir también para el invierno.
** Las ganas de pishar perturbaban a los chicos pero debían mantener los tacos clavados hasta que el milagro del fogonazo les devolvía la movilidad. Y si salió mal, a repetir. No era fácil mantener la boca en posición de ¡whisky! durante todo ese tiempo que se tomaba el fotógrafo para soltar el pajarito.
Charla inter generacional
** Este es un episodio de don Leoncio, que es una especie de abuelo de la gurisada de su vecindario, a los que mima desde que empiezan a caminar hasta que no le dan más pelota porque tienen 12 años y forman una tribu propia, a imagen y semejanza. Cierta tarde caminaba junto a su sobrino nieto Ignacio (“Pelusa” para don Leoncio).
** Se entienden bastante bien, aunque les cueste. A don Leoncio le dijeron que para amigarse con los chicos hay que saber que ellos quieren mucha adrenalina, y el Baby Boomer fue a preguntar a un Drugstore.
Aclarado el asunto salieron a caminar por el borde costero, entre chiviros y zorzales. Pero el Z ni levantaba la vista. Leoncio le pide que olvide el celular. El gurisito lo mira desconcertado y le recrimina: primero que lo de ‘celular’ está out, estos son Smart phones, y segundo… dejame tranqui que estoy crush.
** _L. Si, yo también me tomaría una bien fría.
—P. ¿Una qué?
_L. Una Crush
—P. No entendés, no sé cómo te las arreglaste para vivir tantos años si no entendés nada. Te dije que estoy crush. ¿Nunca escuchaste decir have a crush on?
_L. Y… si alguien me lo dijo no lo oí, capaz que iba con los auriculares escuchando a los Rolin.
** —P. Significa pegar onda con algo o con alguien, creo que los Picapiedras le llamaban amor a primera vista, o algo así.
_L. Ah, entiendo, así que estás todo el tiempo escribiéndote huevadas con la gurisa esa que te flechó, o el gurí, qué se yo, ya no se sabe.
—P. Es una chica, los chicos no me caen mucho. Y lo de ‘huevadas’ que dijiste está re havy abuelo, ¿qué es?
_L. Ponele que significa ‘palabras de amor’, algo romántico, total hoy todo da igual.
Más viejo que el romanticismo
** —P. ¿Amor… romántico? Chau, eso dice en unos cartones que se intercambiaban mis papás cuando eran novios, jajaja, ¡mundial!, se los encontré un casket y los leí.
_L. Tarjetas postales se llamaban esos cartones que has visto, que no las podían mandar por ‘Guasap’ porque eran privadas, íntimas, y para eso servía el correo.
—P. Obvi, les tenían miedo a los stalkers. Pero bueno, ¡no vayas a creer que Gmail es tan confiable! Además, dejá de salsear, ¡¿qué iban a tener Wap cuando yo ni había nacido?!
_L. Si, tenían ‘guasap’, solo que con otros nombres, tipo OCA, Correo Argentino y nombres así, y tardaban un poco más.
** —P. ¿Y ahí no podían penetrar los stalkers?
_L. ¿Es un grupo de rock?
—P. No. Los stalkers ¿no entendés?
_L. Nop, no conocí a esa familia. Cerca de mi casa vivían otros gringos, los Walker, los Jobson, pero de los que vos decís nunca escuché. Esos Stalker que vos decís ¿era gente jodida que te abría los sobres del correo?
—P. Dejalo ahí, abuelo, tomemos nomás una Crush de las tuyas y miremos esos pajaritos que te gusta mirar.
** _L. (¡gané!, pensó Leoncio) ¿Qué vas a ser cuando seas grande, Pelusa?
—P. Youtuber, o quizás influencer de Instagram.
_L. ¡Qué lo tiró! Mejor vayamos por la Crush y preguntame lo que quieras, ¿querés?